Mucha música y poca gente en Cosquín

Buenas propuestas no tuvieron el apoyo del público

COSQUíN, (Telam).- Mario Bofill, Argentino Luna y Los Carabajal, fueron los artistas más destacados de la tercera luna coscoína en el desarrollo de la 44 edición del Festival Mayor de Folclore de Cosquín.

Alrededor de 3 mil personas poblaron la estrellada noche del domingo que tuvo brillo por la actuación de los protagonistas de los distintos números, pero que otra vez no contó con una buena convocatoria de público, ya que sólo se cubrió un 40 por ciento de la plaza Próspero Molina.

En el inicio y luego de una brillante introducción del violinista Néstor Garnica (sobrino del reconocido compositor santiagueño «Duende» Garnica) junto al Ballet Camín-Carlos Paz, el cantor surero Argentino Luna hizo poner de pie y reflexionar a la audiencia.

Con la estampa de gaucho que absorvió en su General Madariaga, Luna desarrolló, acompañado por la guitarra, un momento de pensamiento con creaciones como «Sureño y cantor», «Cuánta tristeza país» y el crítico «Me preguntan cómo ando».

Seguidamente Mario Bofill, otro cantautor, pero en este caso de la correntina Loreto, con su sentido canto del litoral en sus más variados estilos, brindó un sentido homenaje a los padres del género: Ernesto Montiel, Tránsito Cocomarola e Isaac Abitbol.

Además de la evocación y el tributo, Bofill recurrió a su obra y se destacó con «Pepa y sus cinco hijos» y con «Soldados de Malvinas», que volvió a hacer poner de pie a la platea.

El juvenil cordobés Juan Iñaki regresó al escenario coscoíno, con un variado repertorio de zambas, chacareras y huaynos, donde sobresalieron su personal versión del motivo popular «El seclanteño» (de Ariel Petrocelli) y «La de los angelitos».

Promediando la velada, Santiago del Estero comenzó a ser protagonista con las participaciones de La Chacarerata Santiagueña y de Los Carabajal.

La agrupación que comanda Gramajo, cuyo lema es «si Bariloche tiene a la Camerata, Santiago tiene a la Chacarerata», revivió la magia de un patio de tierra santiagueño con una selección de chacareras, zambas y escondidos que sumó los cohetes y hasta al bailarín del monte Aurelio Gramajo.

Por su parte, Los Carabajal aprovecharon la ocasión para estrenar algunas composiciones de su próximo álbum (a editarse en marzo o abril) entre las que se destacaron la chacarera «Cielo e infierno» y el huayno «Lugar de ensueño». Pero el plato fuerte de su set lo marcaron los clá

sicos: Las zambas «Perfume de carnaval» y «La estrella azul» (en versión más ahuaynada) y las chacareras, «Desde el puente carretero» y «Entre a mi pago sin golpear».

El santafesino Orlando Veracruz trajo a Cosquín la poesía de don Julio Miño; mientras que el narrador y cuentista Luis Landriscina comenzó sus despedida de los escenarios con «Cómo cuenta, cómo canta y cómo reza mi país», en su voz, expresión y humor, secundado por los padres Julian Zini y Mamerto Menapace, uniendo el Chaco, Santa Fe y Corrientes.

Completaron la velada, Alejandro Kano (nativo del sur argentino pero afincado en Santa Fe), Grupo Ceibo, el humor de Jorge Tissera, Miguel Angel Morelli, Beto Suaid y Los Sureños, junto a un homenaje al recordado autor y compositor Oscar «Cacho» Valles, uno de los fundadores de Los Cantores de Quilla Huasi.


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