A 31 días de las PASO

Redacción

Por Redacción

Una repetida divisoria de aguas ensayó el 9 de julio la presidenta Cristina Fernández, previa aclaración que en el gobierno “nadie es eterno, ni lo quiere ser”. Lo hizo en medio aprestos electorales que tuvieron varios hechos sobresalientes en las últimas horas: el paro y movilización contra el impuesto a las ganancias de los camioneros de Hugo Moyano, quien batalla detrás de Francisco de Narváez; la presentación opositora de Sergio Massa, preparado para competir en un maratón que, sumando peronistas de distinto color, incluso kirchneristas, le facilite subir al podio en el 2015 y el abandono de cualquier atisbo de ambigüedad del gobernador Daniel Scioli, al proclamar que no hay embarazo a medias, “con el modelo se está, o no se está”. Dadas las características políticas volátiles del país, prudente es concentrarse en la primera estación, las PASO, previstas para dentro de un mes y que posicionarán a los contendientes para las legislativas de medio turno, el 27 de octubre. Mientras Cristina trata de forzar pronunciamientos taxativos (“¿de qué lado estás”, desafió), las principales resistencias surgen del peronismo, ya que las otras fuerzas están atareadas más en un desarrollo local que nacional. Lo evidencia Mauricio Macri, mandamás en Capital, pero dependiente de Massa, en la provincia de Buenos Aires, el principal distrito. Y el segundo en las presidenciales del 2011, el socialista Hermes Binner, quien siguió siendo influyente en Santa Fe, pero no logró mantener abroquelado a su Frente Amplio Progresista (FAP). “–Ahora nos pedís que no la votemos, pero vos la bancaste casi diez años. –Es cierto, pido perdón. Me equivoqué”. La anécdota la contó el secretario general de la CGT rebelde, Moyano, al dar cuenta de los pases de facturas que le formularon varios de sus compañeros que el lunes acudieron a la protesta de Plaza de Mayo. Posicionado, según las principales encuestadoras, como favorito de las PASO, Massa insistió en defender “grandes logros” como la asignación universal por hijo, las jubilaciones amplias y la política de derechos humanos. Dijo que “la concordia está en el futuro, con unidad en la diversidad”. Así, tal como vaticinó el intendente de Tres de Febrero Hugo Curto, empezó a “embarrarse” al abordar temas espinosos que son la base del descontento de gran parte de la ciudadanía con Cristina. Condenó la inflación y la inseguridad y abogó por “una Corte cada vez más independiente”. Ayer, Cristina bajó la orden de salir a “pegarle”. Massa pretende caminar por el centro, lejos de tirios y troyanos. Por eso, coincidió con Moyano en que los trabajadores no deben pagar el impuesto a las ganancias. Pero, tras cartón, hizo equilibrio y le pidió responsabilidad: lo llamó a pensar de donde sacar los recursos, y propuso que una salida sería gravar las operaciones financieras. Al frente de la campaña, Cristina elevó la discusión al tablero mundial. Denunció que las grandes potencias procuran hacerse de las materias primas, para insuflarles valor agregado, con salarios más bajos, fuera del continente, impidiendo así que los productos se industrialicen en América del Sur. “Antes explotaban, ahora excluyen”, sintetizó, para quejarse luego de los actos de espionaje a través de agencias de informaciones norteamericanas. La presidenta, provocando a sus oponentes, entonces, puso de relieve que aún falta “democratizar” la Justicia, lo que avivó el pleito latente con la Corte Suprema.

arnaldo paganetti Agencia Buenos Aires

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