Ahora sí se lo puede llamar «alfajor»

No estaba en el Código Alimentario. La semana pasada se incorporó su denominación.

¿Qué son dos o más galletitas, galletas o masas horneadas adheridas entre sí por productos tales como mermeladas, jaleas o dulces? Aunque todos sepan que se trata de un alfajor, la denominación, que proviene de la España mora, recién se incorporó la semana pasada al Código Alimentario Argentino.

Como con el alfajor, las normas nacionales en la materia, que datan de 1971, le deben legalidad a muchos nombres de alimentos.

Parece mentira, pero en el Código Alimentario tampoco está incluido un plato típicamente argentino como las milanesas o las más nuevas hamburguesas de pollo.

En los envases de estos productos con nombres vulgares abundan los eufemismos, a los que tan acostumbrados están los argentinos.

Por ello hasta ahora los alfajores tuvieron que ser definidos con una larga leyenda que mencionaba galletitas y rellenos.

Los hay de chocolate y dulce de leche, aunque en los últimos años hayan aparecido los que están rellenos de pastas tipo mouse. Los hay blancos y negros, santafesinos y cordobeses.

Hasta hay alfajores de maicena, que es la palabra que hubo que inventar para evitar la mención de la marca del almidón de maíz, que va con zeta.

Lo cierto es que desde el lunes pasado el Código Alimentario Argentino incorporó un artículo que dice: «se entiende por alfajor el producto constituido por dos o más galletitas, galletas o masas horneadas adheridas entre sí por productos tales como mermeladas, jaleas, dulces u otras sustancias o mezclas de sustancias alimenticias permitidas».

«La denominación de venta será: «alfajor de…» o «alfajor con…» o «alfajor relleno de…» o «alfajor con relleno de…», seguido de «con baño de…» y/o «cubierto con…», dice la resolución de la secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Nación.

También está permitido que el alfajor se denomine con una procedencia que identifique su tipo, como cordobés o santafesino.

El descubrimiento de la ausencia de este manjar en el Código lo hizo el departamento de Bromatología del ministerio de Salud de Chubut, cuyo titular, Alberto Andrade, contó a este diario que el trámite duró casi dos años.

Ausencias preocupantes

Hay ausencias más preocupantes, como el indicador de frescura en los envases de huevos. Andrade -que, con sus 50 años, de chiquito comía alfajores- hizo notar que no se diferencia entre frescos y conservados.

La palabra alfajor proviene del término «alajú» (una pasta de almendras) y éste del árabe «al-hasu», que quiere decir «el relleno».

Evidentemente, como otras voces árabes, el término debe haber llegado a América desde una España fuertemente influenciada por el dominio moro, que se extendió durante más de siete siglos y finalizó con el triunfo cristiano de Granada, en 1492.

El diccionario de la Real Academia Española enseña que Argentina, Chile, Perú y Uruguay un alfajor es «una golosina compuesta de dos o más piezas de masa relativamente fina, adheridas una a otra con dulce».

En cambio, en Santo Domingo y Venezuela es una «pasta hecha de harina de yuca, papelón, piña y jengibre». (AC)

Un amplio surtido para todos los gustos

CIPOLLETTI (AC).- En los quioscos, se los puede encontrar con baño de chocolate negro, blanco o azucarados. Con agregados de nueces picadas o almendras. Rellenos con dulce de leche, dulces de fruta, mouses o cremas de distintos sabores. Y con las tradicionales dos tapas o tres.

Los alfajores son una tradición nacional, infaltables no sólo entre las golosinas sino también en los recetarios de comida argentina, donde son bautizados por regiones o por los ingredientes que los caracterizan.

* De maicena: Nunca faltan en una tentadora confitería. Hay de distintos tamaños, con panza o chatos, pero con el irremplazable relleno de dulce de leche y la corona de coco rallado. La masa se prepara con harina, manteca, ralladura de limón, esencia de vainilla, fécula de maíz, azúcar y huevo.

* Santafesinos: Son de tres hojas hojaldradas, rellenos con dulce de leche y cubiertos con un azucarado blanco. Si se quiere preparar desde la masa, es necesario contar con harina, azúcar, huevo, agua, manteca, levadura, dulce de leche y azúcar impalpable. Son los «triples» entre los caseros.

* Marplatenses: Hay recetas para preparar alfajores parecidos a los que se venden en la zona atlántica, esos que están incluídos en la agenda turística de cualquiera que visite Mar del Plata o sus alrededores. Los clásicos, son los rellenos con dulce de leche y bañados en chocolate negro o azúcar.

* Los cordobeses: Se caracterizan porque para el relleno también emplean dulces de frutas. Son el «chasco» para los chicos que apuestan ciegamente al dulce de leche, pero un manjar para muchos. El baño es de azúcar.


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