Aplausos oficiales, silencios y ausencias

Reiteración. Además del discurso, Saiz entregó un anexo de 319 hojas con la revisión por áreas de la gestión provincial. En su discurso, igual repasó las acciones y las obras principales. También existieron los anuncios, algunos demorados y demasiado reiterados, como la pavimentación del acceso a Playa Doradas. Sólo hay que recordar el reciente contrapunto del intendente radical, Nelson Iribarren con el presidente de Viarse, Miguel Pedranti.

Escenarios. Las bandejas completas y algunas banderas de respaldo a la reelección de Saiz. Entre las autoridades invitadas, el ex gobernador Pablo Verani -que pidió una copia para seguir en la lectura el mensaje de Saiz-, la senadora Amanda Isidori -única de las parlamentarias nacionales presentes- y, en pleno, los órganos de control del Estado. Una ausencia con mensaje: la del saliente presidente del STJ, Luis Lutz (cada vez, con peor relación con el Ejecutivo).

Mala señal. La emisión televisiva de la cadena oficial provincial -otra vez- fue deficiente. En esta ocasión, el mensaje de Saiz directamente concluyó en la pantalla de Canal 10 de General Roca con un imagen fija del mandatario y solamente con el audio.

Confianza. Seguridad de su continuidad se advirtió en el mandatario. Habló que el de ayer fue su «último mensaje del primer período de gobierno». Así, el gobernador descuenta que habrá un segundo.

Agregado. Saiz se ajustó al discurso escrito, sólo improvisó al manifestar del acompañamiento del BID. Recordó las presencias en Río Negro de sus máximas autoridades. Destacó que fundaron ese apoyo en «el liderazgo», en «la solvencia fiscal» y la «calidad de los proyectos». Pidió mirarse «para adentro» y evitar así los pronósticos «temerarios».

Aplausos. El primero y más contundente fue cuando el gobernador rechazó «criminalizar la pobreza». Se dieron otros más. La legisladora Marta Milesi se mostró como la más efusiva. La oposición no se inmutó en ningún momento. Sólo en ese sector del recinto sí aplaudía Osvaldo Muena del Mara, ya socio político del oficialismo.

Reloj. La sesión comenzó cerca de 8 y cuarto, pero el gobernador llegó una hora después. Tuvo un cómplice para esa demora: el reloj del recinto legislativo. Estaba parado. Se retiró rápidamente y no volvió a colocarse. (AV)


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