Cuatro años de cárcel
por la muerte de Camila

Alberto Arabarco salió de la sala de audiencias para prender el enésimo cigarrillo. Era la única forma de contener los nervios. Masticaba bronca. Le había gritado “¡asesino!” a Fernando Penepil apenas lo tuvo de frente y se había ganado un nuevo reproche del presidente del tribunal Héctor Leguizamón Pondal. Por eso, cuando el tribunal anunció ayer por la tarde que condenaba a Penepil a 4 años de prisión como autor penalmente responsable por la muerte de su hija Camila, el hombre fuerte del sindicato de los mercantiles de Bariloche abrazó a su esposa y lloró.

Días atrás el tribunal, integrado por los jueces Gregor Joos, Miguel Gaimaro Pozzi y Leguizamón Pondal, por unanimidad, había declarado a Penepil responsable del delito de homicidio culposo, agravado por la conducción antirreglamentaria e imprudente y por exceso de velocidad. Ayer se definió la pena que es de 4 años de prisión y 10 años de inhabilitación para conducir automotores. La sentencia que se dictó en forma oral, aún no está firme. Por eso, el tribunal no dispuso la detención del joven.

La pena impuesta por el tribunal coincidió con la que había solicitado la fiscal Betiana Cendón. “Penepil asumió el riesgo y deberá hacerse cargo de la muerte de Camila”, afirmó la fiscal en su alegato. La defensa había pedido 3 años de prisión en suspenso.

Y desacreditó la declaración del acusado que había señalado ante el tribunal que “se levanta y se acuesta pensando en Camila”. La fiscal advirtió el perfil narcisista de Penepil, que describió la psiquiatra forense del Poder Judicial Verónica Martínez, para afirmar que nunca le interesó la suerte de Camila tras la violenta colisión que ocurrió la madrugada del 2 de abril del año pasado en el barrio Pájaro Azul, donde murió la chica.

Penepil se cubría la cara con las dos manos mientras la fiscal argumentaba el pedido de 4 años de prisión.

El abogado por la querella Martín Domínguez recordó que Penepil tenía una colostomía y en esas condiciones manejó la noche que murió Camila. Además, recordó que no tenía licencia de conducir.

Sostuvo que el acusado no mostró arrepentimiento. “Hoy Penepil es una amenaza para la sociedad”, alegó. Y pidió 6 años de prisión, que es el máximo que prevé el Código Penal para el delito de homicidio culposo agravado.

La defensora particular Ana Vera sostuvo que el imputado es una persona de buenos sentimientos. Y relacionó lo ocurrido con la juventud del acusado.

“Todos nos creemos inmortales a esa edad”, afirmó. Advirtió que Penepil no tiene antecedentes penales y aseguró que expresó arrepentimiento.

El tribunal recordó que se trata de un homicidio involuntario y valoró en contra de Pepenil el exceso de velocidad, la falta de seguro y la conducción imprudente.

Tras dictar la sentencia, familiares, amigas y compañeros de Camila fueron a saludar a los padres de la víctima. Mientras que policías retiraron a Penepil de la sala rápidamente.

El caso

Fernando Penepil (20 años) conducía la madrugada del 2 de abril del año pasado un Renault Clio a 86,53 kilómetros en la hora por una calle de tierra del barrio Pájaro Azul, donde la velocidad máxima es de 30 kilómetros por hora.

Perdió el control en el cruce de las calles Pitíos y Diucas y chocó contra un árbol. Camila Arabarco (17 años) viajaba en el asiento del acompañante. Murió por un traumatismo de base de cráneo. La fiscalía lo acusó por conducir de manera antirreglamentaria y negligente con exceso de velocidad y sin licencia de conducir. El tribunal desestimó el último agravante.

“Una condena igual no me va a devolver la vida de mi hija”,

Aseguró Alberto Arabarco, padre de Camila.