Isla, el jazz fusión electrónico

El músico Joaquín Casalla presentó su primer álbum discográfico. Parte de la inspiración de este trabajo proviene del “drum & bass”, un género electrónico que nació a comienzos de los 90 en barrios marginados de Jamaica.

Con solo 23 años y un gran legado musical por parte de su familia, Joaquín Casalla se atrevió a presentar su primer álbum discográfico, Isla. Un trabajo instrumental y experimental que su mismo autor asume como “difícil de describir” ya que une el universo de la música electrónica con el jazz.

“Es jazz fusión pero electrónico. Se trata de la primera composición musical que hago pública porque vengo experimentado con música desde hace muchos años pero a modo de hobby”, reconoció el muchacho.

El trabajo se puede escuchar a través de la plataforma You Tube puesto que el espíritu de Joaquín fue masificar su propuesta cultural. “Es lo más práctico a la hora de difundir algo porque sale para todos lados. Es lo que la gente más utiliza. Abriste el Facebook y hay un video de You Tube”, advierte.

Su padre, Javier Casalla, reconocido violinista de Bajofondo, colaboró con los arreglos de cuerdas de Isla que se grabó en Buenos Aires. El talentoso músico uruguayo Luciano Supervielle aportó también con su piano.

“Compuse este álbum aunque con la idea de que alguna banda la pueda interpretar ya que quedó como un proyecto electrónico”, reconoce.

La mayor parte de la inspiración de Isla provino del “drum & bass”, un género electrónico que nació a comienzos de los 90 en los barrios marginados de Jamaica. “Al principio, se lo llamaba Jungle, y era una música muy agresiva y rítmica. Luego, el género se mudó a Inglaterra y a Estados Unidos, donde se hizo popular en los suburbios pero fue prohibido por la alta criminalidad que tenía en los lugares donde se promovía. Por eso se le cambió el nombre a drum & bass”, relató y aclaró que en Isla, una canción se llama “Marginado” y plasma algo del espíritu original y agresivo del género. Otra canción inspirada en ese género es “Basurero” que cuenta con la participación de Carlos Casalla en percusión.

Familia de músicos

Los padres de Joaquín son músicos pero él asume que se topó con la música “casi de casualidad”. “Cuando tenía 8 no era tan simple tener una computadora o tener internet. Mi viejo consiguió una, me tiró alguna información y arranqué jugando a hacer canciones. Es diferente a la composición clásica; es algo más de laboratorio”, explicó Joaquín, amante de la música electrónica underground.

De mis viejos, tomé principalmente la disciplina, continuó Joaquín, ambos son de formación clásica y constantemente, buscan la perfección técnica. Nunca me presionaron para estudiar música y me dieron total libertad”.

Poco a poco, Joaquín aprendió a tocar la batería, algo de teclado, incentivado por su madre, y comenzó a transitar el camino del jazz. De ese modo, nació Isla. “Me di cuenta que podía unir esos dos mundos: las composiciones electrónicas con lo que venía aprendiendo.

La primera canción del álbum también se llama Isla y le da el nombre al álbum. Joaquín la compuso cuando tenía solo 15 años. “Era un boceto de algo que me salió y lo dejé abandonado en el tiempo. Lo volví a escuchar un par de años atrás y la incorporé”, dijo.

El trabajo se puede escuchar también a través de la plataforma You Tube puesto que el espíritu de Joaquín fue masificar su propuesta cultural.

“Tengo momentos creativos que surgen aleatoriamente. Los busco pero no siempre los encuentro. Son estados emocionales.”

Joaquín Casalla, músico.

Datos

El trabajo se puede escuchar también a través de la plataforma You Tube puesto que el espíritu de Joaquín fue masificar su propuesta cultural.
“Tengo momentos creativos que surgen aleatoriamente. Los busco pero no siempre los encuentro. Son estados emocionales.”

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