Cambiará la forma de elegir al presidente del TSJ

Fernández propuso modificar la ley orgánica del Poder Judicial.

NEUQUEN (AN)- El presidente del Tribunal Superior de Justicia, Roberto Fernández, había elaborado un proyecto que habilitaba su reelección en el cargo. Pero en el acuerdo de ayer se aprobó uno distinto, que condiciona esa posibilidad.

De acuerdo con las versiones que circulan en el Poder Judicial, Fernández no logró que el oficialismo emepenista en la Legislatura le garantizara que su proyecto sería aprobado, debido a la resistencia que generaba entre algunos de los demás vocales. En especial Eduardo Badano, a quien le corresponde subir a la presidencia en febrero próximo y, de imponerse la modificación, corría el riesgo de quedarse a pie.

De acuerdo con la ley orgánica del Poder Judicial, el presidente del TSJ dura un año en el cargo y no es reelegible. Su designación depende de un acuerdo entre los cinco vocales que integran el cuerpo, que deben combinar criterios de mayor edad y mayor antigüedad. Si no logran consenso, se recurre al sorteo.

Ninguno puede repetir hasta que los otros cuatro hayan ejercido el cargo. Así, un vocal puede ser presidente del TSJ cada cinco años.

Fernández elaboró un proyecto para modificar la ley orgánica en el artículo referido a la elección del presidente. De acuerdo con su redacción original, proponía: «la presidencia del TSJ será ejercida durante un año por aquel de sus miembros que el mismo cuerpo designe (por simple mayoría). La elección se realizará en diciembre de cada año y en el mismo acto se elegirán quiénes lo sustituirán en caso de impedimento o ausencia».

Así postulado, quedaba habilitada la posibilidad de reelección del presidente, incluso de manera indefinida.

El proyecto generó resistencia entre los demás vocales. Es que existía un acuerdo para turnarse en la presidencia «por orden de llegada» al cuerpo, y respetando la edad y la antigüedad.

Jorge Sommariva, Roberto Fernández y Eduardo Badano llegaron juntos, en febrero del año pasado. Por edad y antigüedad, el primer presidente fue Sommariva, en febrero de este año lo reemplazó Fernández, y el año que viene le tocaba a Badano. Luego sería el turno de los vocales que arribaron después: Ricardo Kohon y Eduardo Felipe Cía. La modificación propuesta por Fernández rompía ese pacto, en especial en perjuicio de Badano, el más joven de los vocales.

De acuerdo con las versiones que circulan en la alturas del Poder Judicial, el actual presidente tendría aliados dentro del TSJ como para imponer su proyecto. Pero también necesitaba un guiño del oficialismo en la Legislatura, ya que se trata de modificar la ley orgánica y eso sólo puede hacerse mediante otra ley.

Las fuentes consultadas ayer no pudieron precisar si ese guiño no llegó, o si cambió la relación de fuerzas dentro del tribunal. Lo concreto es que el proyecto quedó redactado de la siguiente manera: «La presidencia del TSJ se turnará anualmente entre todos sus integrantes, no pudiendo en una misma composición volver a ser electo ninguno de ellos hasta que todos la hayan ejercido. El cuerpo elegirá su presidente por simple mayoría (…)»

Había otra cuestión pendiente: ¿quién reemplaza al presidente del TSJ en caso de que se vea impedido de ejercer el cargo por algún motivo? Hasta ahora, «el vocal más antiguo en el cargo y, a igual antigüedad entre estos, el de mayor edad».

Pero si se impone el proyecto de Fernández esta modalidad también cambiará, ya que se postula que en el mismo acto de elección del presidente se designará «a quien deba sustituirlo durante ese período en caso de ausencia o impedimento transitorio».

Cerrado el capítulo de la presidencia, el proyecto de Fernández también propone limitar algunas de las facultades del presidente del cuerpo, reteniendo otras. El fundamento es que «el principio esencial es que quien gobierna es el cuerpo colegiado y el presidente debe limitarse a ejecutar la voluntad mayoritaria».

«Sin demora»

NEUQUEN (AN)- El apuro por modificar la ley orgánica del Poder Judicial sólo en el aspecto referido a la forma de elección del presidente y sus facultades despertó desconfianza dentro de la magistratura.

Según pudo saber «Río Negro», al presentar su proyecto Fernández explicó que «nuestra ley orgánica debe ser objeto de una profunda e íntegra revisión para adecuarla a la actual realidad». Pero como ese proceso puede llevar «un tiempo considerable», señaló que «existen cuestiones que por su trascendencia deben ser abordadas sin demoras».

En los fundamentos de su proyecto, Fernández reseñó los mecanismos que rigen en las demás provincias. Casi ninguna tiene pautas ni condicionamientos expresos; en varias existe la reelección, en otras el mandato dura dos y hasta cuatro años.

«Por resultar a todas luces más racional y conveniente, se propone modificar» la ley orgánica en ese artículo, dice el proyecto.


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