Los plásticos ya afectan desde el ave macá grande a los pingüinos en costas argentinas

Investigadores de Viedma hallaron macroplástico en un ave, mientras que colegas de Bahía Blanca estudiaron pingüinos varados en playas

Aunque tienen muchos usos valiosos, los seres humanos utilizan productos de plástico de un solo uso. Eso implica graves consecuencias ambientales, sociales, económicas y para la salud. Una de ellas es la alteración de los ambientes marinos y sus habitantes, desde mamíferos a microorganismos.

En Patagonia, los científicos Marina Winter, Sergio Abate, y otros colegas de la Universidad Nacional de Río Negro, hicieron un análisis entre 2020 y 2022 sobre 23 individuos que representaban 5 aves y 2 mamíferos.

Encontraron una pieza de 10 centímetros de macroplástico en un ejemplar del ave Macá grande. El animal se había tragado una cinta elástica amarilla que los humanos usan en embalajes.

Los pingüinos se convierten en bioindicadores de la contaminación de las aguas por plásticos 

De acuerdo con Winter, en diálogo con RIO NEGRO, “la banda elástica que estaba en el ave conservaba intacto el color y la rigidez”. Se infiere que el ave había ingerido la banda poco tiempo antes de morir.

Es posible que el ave haya confundido a la banda elástica con un pez, que es una de sus principales fuentes de alimento, según Winter. El Macá encontrado estaba en la playa la Lobería dentro de la reserva natural Punta Bermeja, Río Negro.

La investigación fue publicada en Marine Pollution Bulletin. Esta revista también difundió otro hallazgo realizado desde la Argentina por investigadores e investigadoras del CONICET en el Instituto Argentino de Oceanografía (IADO, CONICET-UNS), que se encuentra en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires.

Junto con colegas del Centro de Química Inorgánica “Pedro J. Aymonino” (CEQUINOR, CONICET-UNLP-asociado a CICPBA), encontraron la primera evidencia de contaminación por microplásticos en pingüinos de Magallanes, que habían quedado varados en la costa atlántica del sur de la provincia de Buenos Aires.

Esa especie de pingüinos migra desde el sur hacia Brasil. En ese trayecto, muchos se enferman y llegan en grave estado de salud o muertos a las playas.

Los científicos tuvieron en cuenta esa situación. Tomaron ejemplares de pingüinos que murieron durante su rehabilitación después de quedar varados en la costa. Analizaron su tracto digestivo y encontraron el rastro de ingesta de plásticos y partículas plásticas, según detalló Tatiana Recabarren Villalón, becaria doctoral del Conicet en el y primera autora del trabajo.

Estudiaron el tracto digestivo completo de los pingüinos, separaron toda la materia orgánica y clasificaron según tamaño, tipo y color toda evidencia de la presencia de microplásticos.

A través de diferentes técnicas, fue posible la determinación exacta de la composición química de las muestras: se pudo discernir el material polimérico de origen plástico.

Según los expertos, en la totalidad de los pingüinos estudiados, las micropartículas representaron el 91 por ciento de los desechos hallados, el 97 por ciento de las cuales fueron fibras de origen antrópico, es decir procedentes de la actividad humana.

En el mismo sentido, más del 62 % del total de las partículas eran de origen plástico, siendo el polipropileno y el poliéster los más abundantes.También se encontraron fibras celulósicas semisintéticas, partículas metálicas y pigmentos utilizados en las industrias textiles y plásticas.


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