Diciembre enciende las alertas sociales

El 19 de diciembre de 2001 el país estaba en llamas. Los saqueos se replicaban en todo el país y en Cipolletti se concentraban en Esquiú, la calle comercial del barrio 1.200 Viviendas, un pueblo en sí mismo. Un disparo mató a una mujer que no participaba de la acción, Elvira Abaca. La zona norte de la ciudad fue tierra de nadie hasta la mañana siguiente.

La situación social era bien diferente el 20 de diciembre de 2012. Unos días antes el entonces intendente de Bariloche Omar Goye se había reunido con dueños y directivos de supermercados para advertirles que si no otorgaban una canasta navideña habría reacción social. Los saqueos se concentraron de manera real y hasta simbólica en el supermercado Changomas, de la multinacional estadounidense Wal Mart. Las imágenes recorrieron el país, las acciones se replicaron y encendió la mecha de un polvorín que no llegó a estallar.

“Nosotros no reavivamos ningún fantasma de saqueo”, dijo hace dos semanas en Bariloche la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich. “Creemos que hoy se está dando la ayuda necesaria. Están las intendencias, las provincias, la Nación. Partimos de la hipótesis de que se puede pasar todo esto en tranquilidad a menos que alguien tenga un interés de que las cosas no sean tranquilas”.

De todos modos, el refuerzo de la seguridad en Bariloche ya está dispuesto, según la información que se maneja en Viedma. Llegarán a la zona cordillerana de la provincia cientos de efectivos de fuerzas federales.

Cuando mataron a Elvira Abaca, Alberto Weretilneck era secretario de Gobierno de Julio Arriaga en Cipolletti pero desde una segunda fila manejaba el gobierno municipal.

En 2012 hacía casi un año que había asumido como gobernador. Se encargó personalmente de que Goye fuera señalado como el responsable de los saqueos (lo que le terminó costando la destitución) y su presión sobre el juez Ricardo Calcagno fue tan fuerte que en cuestión de horas había cinco detenidos; estuvieron nueve meses presos. La causa, seis años después, no llegó a juicio.

Weretilneck aplica desde entonces su propio plan preventivo de crisis, basado en el reparto asistencial en las grandes ciudades cada vez que llega diciembre, especialmente en Bariloche, donde los contrastes son tan grandes como la distancia en kilómetros que hay entre el Oeste rico y el Alto pobre.

El Ministerio de Hacienda ya está trabajando con Desarrollo Social en la liberación de partidas mientras analiza cómo llegar a fin de año, cuando hay que liquidar los aguinaldos de la administración pública. “Si hay que emitir letras del Tesoro, va a ser muy poco”, le explicaron a Weretilneck.

Los funcionarios provinciales y los intendentes del oficialismo están obsesionados con la posibilidad de que el PJ aproveche la delicadísima situación social que se vive en los sectores de menores ingresos para agitar una revuelta social.

Y señalan especialmente a la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) de Juan Grabois y a los referentes locales del movimiento que agrupa a personas y cooperativas que se mueven las más de las veces en el mundo del trabajo informal y que reciben un salario social complementario del Estado nacional.

¿Qué se reparte? Desde bolsas navideñas hasta chapas y colchones.

Un diagnóstico que evidentemente no estaba equivocado aflojó la ayuda social a finales del año pasado. Pero con el aumento de tarifas, la inflación, la caída del empleo y la pérdida del poder adquisitivo del salario doce meses después la realidad es otra.

La experiencia le enseñó al gobernador que, de todos modos, hay incendios que no se apagan con una regadera. De hecho, en el 2001 no faltaba ayuda social en Cipolletti: estaba el reparto ordenado que hacía el entonces secretario de Acción Social Luis Bardeggia y, mediante un depósito paralelo que funcionaba en la ex-Corpofrut, Weretilneck hacía el suyo, según la denuncia que en su momento hizo Elvi Cides, el hermano de Nelson, que hoy es secretario general de la Gobernación y la persona más cercana al gobernador.

Nación enviará efectivos federales a Bariloche antes de fin de año y Weretilneck reforzará el reparto de alimentos y mercadería en las ciudades más pobladas.

En Hacienda mueven partidas presupuestarias para reforzar Desarrollo Social mientras analizan cómo llegar a fin de año con los aguinaldos pagados.

Panorama de río negro

Datos

Nación enviará efectivos federales a Bariloche antes de fin de año y Weretilneck reforzará el reparto de alimentos y mercadería en las ciudades más pobladas.
En Hacienda mueven partidas presupuestarias para reforzar Desarrollo Social mientras analizan cómo llegar a fin de año con los aguinaldos pagados.

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