Condena por el abuso de una joven en Angostura

Le dieron 9 años de prisión por un hecho ocurrido en abril del 2007. La víctima tiene 23 años y un ligero retraso madurativo. El cómplice ya había recibido una sentencia a 8 años de cárcel.

VILLA LA ANGOSTURA (AVLA)- La Cámara Penal de Zapala condenó a 9 años de prisión a uno de los acusados de violar a una joven a orillas del Nahuel Huapi. El otro ya había recibido una pena de 8 años.

Carlos Iñíguez y Roberto Paillaqueo, ambos de La Angostura, fueron imputados por el abuso sexual agravado de una chica de 23 años que sufre un leve retraso mental. El hecho ocurrió el 3 de abril de 2007 en el barrio privado Puerto Nahuel, ubicado detrás del barrio Mallín.

Paillaqueo fue sentenciado a 8 años de prisión efectiva a fines del año pasado. La Cámara, en esta ocasión integrada por Liliana Deiub, Eduardo Sagües y María Julia Barrese, condenó el 5 de junio a Iñíguez a 9 años de reclusión. Los jueces consideraron como agravante el hecho de que el imputado conociera a la víctima, a quien engañó y luego ultrajó.

La violación quedó comprobada además por las pericias médicas -presentaba signos de violencia-y psicológicas.

La instrucción de la causa fue realizada por la fiscalía local, a cargo de Juan Pablo Balderrama y en el juicio actuó el fiscal de la Cámara Héctor Trova.

Durante el juicio, Iñíguez acusó a la víctima de acceder a tener sexo por dinero. La revictimización de la joven y las contradicciones del imputado hicieron que la pena fuera mayor.

Según consta en la sentencia, el hecho ocurrió el 3 de abril de 2007 entre las 16 y 23. Los dos acusados fueron a buscar a la víctima con la promesa de que le habían conseguido trabajo como niñera.

Se subieron con ella a un taxi y se dirigieron hacia el barrio Puerto Nahuel, donde en aquella fecha había numerosas obras en construcción.

En el trayecto pararon a comprar cerveza. «Ella estaba contenta porque iba a trabajar», declaró la mujer que vivía con ella. La víctima tenía entonces unos 23 años y una edad madurativa de 13.

La joven relató que cuando llegaron al lugar le ofrecieron tomar cerveza y no quiso, que luego la arrojaron vestida al agua en dos oportunidades, «que se sentó en una piedra para secarse al sol y ahí la empujan para atrás y se golpea la cabeza y siente que se desvanece por un segundo».

Para cuando logró recobrar el conocimiento, Iñíguez la tenía tomada de las manos desde atrás mientras que el otro acusado abusaba de ella.

Luego, cuando finalizó el acto, cambiaron roles e Iñíguez comenzó a violarla. La joven logró morderle en la cara y «retorcerle los testículos», por lo cual el acusado desistió del acto.


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