Convocante encuentro de artesanos en Neuquén

La feria cumple 26 años y llegaron 350 expositores.

NEUQUEN (AN).- Juancho Ferreyra llegó a esta capital desde Monte Hermoso. Los 20 años de trabajo en su taller artesanal se reflejan en sus manos y en las piezas musicales que exhibe, orgulloso, en su puesto. A unos pocos metros, se ubican Martín Hermida y Gustavo que viajaron unos 1.200 kilómetros, desde Quilmes, provincia de Buenos Aires, para mostrar sus muñecos articulados en resinas y poliéster y sus artesanías en hierro. Ellos forman parte de los casi 350 expositores de todo el país que participan desde el jueves de la 26 feria artesanal de Neuquén que atrae a miles de neuquinos y rionegrinos del Alto Valle.

La tradicional plaza de los artesanos de esta capital, ubicada en la céntrica avenida Argentina, se cubrió de magia y color y de distintas manifestaciones artísticas y culturales. No esa para menos, cuando la fiesta es doble. La convocatoria incluye además el 10 encuentro patagónico con artesanos de todo el país.

«La producción de esta celebración es el resultado directo del trabajo conjunto y consensuado de los artesanos y artistas regionales», dice el folleto oficial que elaboraron los organizadores.

Y el calor de la amistad y la fraternidad se percibe en la convivencia de los artesanos que llegaron a Neuquén con distintas expectativas, pero con las ganas de mostrar su trabajo a un público que desde hace 26 años los acompaña.

Los organizadores trabajaron en silencio y con esfuerzo para que los cientos de puestos se pudieran levantar sin complicaciones. Además se puso en funcionamiento una comisión para fiscalizar que las piezas que se presentan sean realmente elaboradas en forma artesanal.

La idea es que el creador de las piezas sean el que las exhiba y así evitar la muestra de artesanías en serie, explicó Mario.

«Hay reglas que en este submundo son distintas», añade, mientras Sergio Di Francesco convoca a los visitantes a lo espectáculos musicales que brindarán todas las noches bandas de la zona para ponerle fuerza a la fiesta. La calle Vuelta de Obligado será el escenario de los recitales. No serán las únicas expresiones. Habrá murgas, malabares y hasta danzas.

La feria es un punto de encuentro. Así lo reconocen los artesanos que arribaron a esta ciudad en las últimas horas. Es el sitio donde no hay lugar para la producción masiva, sino para rendirle homenaje a las manos creadoras y la destreza de un oficio milenario.

Los habitantes de la región podrán disfrutar del color de la feria hasta el domingo. Abundan los grabados a mano, colgantes, aros y pulseras para todos los gustos,además de instrumentos musicales de viento y percusión, muñecos, relojes, velas, caricaturas, trabajos en cerámica y plata, tejidos, juguetes en madera y piezas en vitraux.

El evento ha despertado el interés de miles de neuquinos que ayer salieron apenas el sol comenzó a esconderse y colmaron la feria. Los visitantes deambulan por el laberinto donde se alzan los puestos multicolores.

La feria atrapa, seduce. Como los atrapó a Martín y Gustavo que por segundo año consecutivo cargaron las mochilas con sus piezas y viajaron hasta la ciudad de Neuquén para trabajar y fortalecer esa tribu especial que son los artesanos.

Creativos de diversos lugares

NEUQUEN (AN).- Las piezas en hierro llaman la atención apenas se las divisa. Criaturas exóticas, figuras humanas forman parte de esa especie de realismo mágico que Gustavo construye con sus manos. «Los materiales me los dan unos amigos de un taller metalúrgico que queda cerca de casa», relata el muchacho que vive en Quilmes, provincia de Buenos Aires.

Bobinas, tuercas, cadenas cobran vida en las piezas que construye Gustavo, que lleva 11 años explorando en el oficio de los artesanos.

Juancho exhibe y toca con destreza sus instrumentos de viento y percusión. Su taller está en Monte Hermoso, al sur de la provincia de Buenos Aires. Allá quedó la familia. Sus dos hijas pequeñas y su mujer. «Es el quinto año que vengo. Me gusta la feria, me gusta la gente de acá porque es alegre», dice en un paréntesis que hace para charlar con «Río Negro». Después vuelve a sacarle música a sus instrumentos, como para encantar a los visitantes que circulan a su alrededor.

Gustavo y Juancho son parte de los artesanos que llegaron desde otros puntos del país para compartir los festejos con sus pares locales, que desde hace 26 años persisten en mantener con vida la plazoleta de los artesanos.


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