Qué tiene en la cabeza el presidente: una mirada regional sobre el pensamiento de Milei

Un grupo de académicos e investigadores de la Universidad del Comahue y otras entidades realizó un análisis de los discursos presidenciales más recientes, en especial en Davos. Allí desplegó un mix de elementos sobre temas económicos, geopolítica, ideológicos y sobre el cambio climático a veces extraños y contradictorios.

Redacción

Por Ernesto Bilder, Patricia Varela, Graciela Iuorno y Samuel Domvek

La reciente disertación del presidente Milei en Suiza nos da lugar a una reflexión sobre sus contenidos, algunos por momentos extraños y contradictorios.

Parte de sus ataques van dirigidos uno de los núcleos del pensamiento económico, no referimos a la Teoría Neoclásica también conocida como Marginalista, que nace en la segunda mitad del siglo XIX y cuyo tema preponderante son los mercados y precios, con su gran exponente el economista inglés Alfred Marchall cuya obra “Principios de Economía” será publicada en 1890. Su tema fue el análisis del funcionamiento de los precios, comenzando por el estudio de los productores y consumidores e introduciendo el método matemático.

En este camino sus continuadores dieron el fundamento a la rama de la ciencia conocida como la Microeconomía, completando los capítulos precedentes de los clásicos y el marxismo.

Sus estudios dieron lugar a lo que denominaron “fallas de mercado”, situaciones en las que la competencia se ve restringida como en el caso del funcionamiento de un sistema de trenes subterráneos en una ciudad, donde no hay espacio para varias líneas simultaneas.

Dadas estas situaciones, el gobierno debe intervenir.

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Estos hechos le dan a Milei el espacio para criticar a la escuela neoclásica por haber dado lugar al aparato político en el proceso económico, cuestión que nuestro presidente considera el antecedente para que “termine siendo instrumental a la intromisión del Estado, el socialismo y la degradación de la sociedad”.

En su curioso razonamiento, sostiene que con el intervencionismo Estatal se dio lugar a variantes políticas como comunistas, fascistas, nazi, sociales demócratas, neokeynesianos y otras.

Si lo que busca Milei es desde el pensamiento económico identificar los responsables de la justificación de la presencia del Estado en la Economía que considera tan negativa, debería haberse centrado en las propuestas keynesianas y no en el mundo neoclásico que jamás planteo una crítica al sistema capitalista. Keynes publica en 1936 su “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero” dando fundamento al nuevo capítulo del pensamiento, la denominada macroeconomía.

El brillante profesor J. M. Keynes ante la gran crisis de los años 30, que llevaran al mundo a la segunda guerra mundial, propone que cuando el sistema económico se encuentra en una fase recesiva, y no ofrece trabajo a todos los que demandan empleo, es positivo sumar una cuota de gasto público para dar empleo a los desocupados y empujar al sistema a re comenzar el ciclo productivo.

Keynes teoriza sobre los niveles de renta macro y de empleo de las economías industriales y las causas de las fluctuaciones económicas, era lo que se denominaría el corto plazo. En esta coyuntura la intervención del Estado era absolutamente necearía para restablecer el equilibrio. De esta forma se establece las bases de la nueva macroeconomía, donde la intervención del Estado no es ningún pecado ni sendero que lleven al colectivismo. Keynes ni menciona la microeconomía tema de los neoclásicos.

Continuando el sendero keynesiano, aparecen las llamadas economizas del bienestar, del Welfare State (Estado de Bienestar) , como el brillante desempeño en la economía de Escandinavia, donde el Estado asume el buen funcionamiento de la salud, la educación y condiciones básicas de todos sus habitantes.

De modo que el intervencionismo Estatal, en reiteradas oportunidades, no tiene nada de anticapitalista y es parte de la tradición keynesiana, de la cual, como lo hemos señalado, no se ocupa Milei.

El respetado profesor Javier Zanatta, menciona que Milei pretende defender los valores de Occidente y nos recuerda que, además del tema de la libre empresa, el liberalismo fue construyendo otras referencias de enorme importancia como la democracia, el pluralismo, los derechos humanos, las libertades civiles, la laicidad y el respeto a las minorías.

Occidente “en peligro” y visión muy peculiar del “socialismo”

Este trabajo colectivo pretende por el momento hacer reflexiones en torno al discurso del Presidente de Argentina Javier Milei en la ciudad de Davos.

Inicia su discurso alertando sobre el peligro que acecha a Occidente y sobre sus valores a la vez que pone en el centro al eje del mal: el socialismo.

“Hoy estoy acá para decirles que occidente está en peligro. Está en peligro porque aquellos que supuestamente deben defender los valores de occidente se encuentran cooptados por una visión del mundo que inexorablemente conduce al socialismo, y en consecuencia, a la pobreza.

Estos valores de Occidente cuentan con varios componentes producto de su largo proceso histórico de construcción, ya que Occidente no se hizo en un día. Entre ellos cabe destacar los siguientes:

1) La invención de las polis griegas.

2) El derecho romano

3) El cristianianismo

4) El poder papal de los siglos XI-XIII en el que se logra amalgamar la cultura griega, romana y cristiana.

5) Las revoluciones liberales.

El papel fundamental de las religiones monoteístas, con principal enclave en la iglesia católica que se edifica sobre los restos del Imperio Romano de Occidente. Esta institución sigue siendo la columna vertebral con base en la moralidad a la que apela permanentemente Javier Milei el que a su vez abreva del judaísmo.

El presidente pretende presentarse como el gran salvador en su lucha contra el socialismo al que responsabiliza de la pobreza y en una estética de la modernidad líquida pretende presentarse a sí mismo como el héroe haciendo uso de su modelo de concentración de poder, sin concesos, sin respeto al diálogo político parlamentario las bases constitutivas del liberalismo político.

Occidente vs Oriente

El presidente Javier Milei en su apelación a Occidente como el eje del bien y el socialismo como el eje del mal busca intimidar y generar miedo para construir un relato dominante. Herramientas argumentativas que para nada son novedosas, ya que apelar a la invención de hipótesis de conflicto para fundamentar una guerra es una característica desde la creación de la civilización.

Claro esta mirada tiene sus tropiezos ya que Javier Milei apela a que nada mejor que al ayer, se remonta a la génesis del liberalismo económico proponiendo retrasar el reloj unos cuantos siglos, la economía informacional como nuevo orden mundial llegó para quedarse y seguir evolucionando.

Sobre la moral

El componente de la moralidad en el discurso de Javier Milei está basado en el concepto del mal representando a todo aquello que no responda a los valores de Occidente. El principal valor está representado por la religión.

“El mal necesita ser demonizado mientras que los orígenes del bien ( la gracia, la redención, la salvación) continúan siendo deificados, como ha ocurrido en todas las fes monoteístas. La figura del diablo representa la naturaleza irreconciliable de la presencia del mal en el mundo tal como es experimentado y vivido junto con la figura de un Dios amoroso: un padre benévolo, compasivo y guardián de la humanidad, la fuente de todo lo bueno – premisa fundamental de todo monoteísmo- señala Zygmunt Bauman (1)

El poder de la tecnología en la comunicación política

Mientras en el período Medieval la comunicación de las ideas para construir relatos del poder, se hacía desde la épica, la novela hoy pasa todo por una pantalla en la que la comunicación política adquirió un espacio virtual.

Desde las diversas herramientas de la digitalización y el mundo virtual Javier Milei hace uso de estos recursos para trazar las líneas del discurso del mal y la moralidad para esconder su principal propuesta tendiente a fortalecer los monopolios empresariales, despojando y desentendiéndose de la fragilidad de los otros, de los que sufrirán los daños colaterales ante las desigualdades sociales. “La destrucción de la vida de un extraño sin la menor dudad de que cumples con tu deber y de que eres una persona moral es la nueva forma del mal, la forma invisible de la maldad en la modernidad líquida.” (Bauman).

El nuevo orden de la modernidad líquida requiere de una era de fragmentos de sonido que se antepone al de pensamientos. George Steiner toma a esta nueva era como pensada para conseguir un máximo impacto y una obsolescencia instantánea. (Bauman, pág 64)

El triunfo de Javier Milei en su poder de comunicación está centrado en derrotar el lenguaje que Bauman lo define como: demacrado, empobrecido, vulgarizado. “Los intelectuales, los caballeros andantes de la palabra significativa, son sus bajas.”

La críticas a la “casta” mostraron su limitaciones en la reciente discusión de la Ley Ómnibus.

Medias verdades con efecto engañoso, pero poderoso


Desde una perspectiva histórica la exposición del presidente Javier Milei, en Davos, contiene una fuerte ‘desacreditación’ al pasado reciente, no sólo del país sino también de la historia reciente mundial y además, una marcada ‘impugnación’ ante las evidencias de la concreción de derechos políticos y sociales alcanzados durante el siglo XX por parte de la población argentina.

En este sentido los enunciados leídos en clave histórica, se centran en la prosperidad económica alcanzada en el último tercio del siglo XIX con la división internacional del trabajo y en el lugar que nos cupo en ella, donde se ensalza el proyecto de una generación de dirigentes que miraba al mundo transatlántico y buscaba alcanzar una cultura nacional ampliamente ‘compartida’ con la educación obligatoria y gratuita.

Si ponemos a Argentina ‘ante el espejo de un occidente cultural’ (Fontana, 1994), – ese occidente que está en la base del discurso- encontramos que las imágenes resultan deformantes de ‘su’ progreso decimonónico, dado que en la percepción del ‘crecimiento económico moderno` que se hace referencia es de la revolución industrial británica en adelante.

Recordemos que cuando se aplicaron políticas económicas industrialistas en el mundo colonial, tras su independencia, no siempre terminaron en buen puerto. Por ello interpretamos que estas enunciaciones están basadas en una visión mitificada y falaz del crecimiento, al que alude permanentemente, y al aumento de la riqueza como si la economía tuviera una evolución que pudiera sostenerse por sí misma, independientemente de la actuación de las mujeres y los hombres en la sociedad civil.

La fuerte crítica que se realiza en el discurso ‘al comunismo’, es decir, a las propuestas socialistas tanto europeas como del propio continente americano (Cuba, Nicaragua) y su fracaso en los ‘socialismos reales’ no tiene una contraparte en las consecuencias posteriores con la aplicación de políticas denominadas neoliberales en esos espacios, políticas acompañadas de un descenso de las tasas de crecimiento, desmintiendo, además las profecías del fin de la historia y de la teoría del ‘derrame’.

Sin considerarse en la exposición que paradójicamente el ritmo más acelerado de crecimiento y ascenso lo registra China ‘comunista’, en lo que podríamos definir como una suerte de mezcolanza de sistemas en lo político y económico, que no se puede encasillar en ninguno de los esquemas disponibles. Como señalara Schumpeter, la evolución de la economía no se explica ‘solamente’ a partir de la economía.

Se registra en el contexto social del siglo XXI un cambio fundamental en Argentina, América Latina y en otros escenarios del globo, donde se destruyeron ‘lazos comunitarios’ y se crearon partidos políticos- que no consiguieron integrar ni satisfacer a los ciudadanos -con una fuerte crisis de representación- que tampoco le ofrecen la ‘autonomía’ que se sostenía en aquéllos lazos, ni alcanzaron expresan los intereses generales de la sociedad.

Por ello, hoy encontramos que la ‘cultura universal’ que debía absorber a lo popular no satisface las necesidades de todos (Fontana, 1994). En este nuevo contexto político-ideológico, la crítica a la ‘casta’ (Galli), ‘clase política’ (Gramsci), está en el centro de la argumentación que busca interpretar la insatisfacción de ‘grandes sectores sociales trasversales’ de la sociedad argentina.

Sin embargo, este no es un fenómeno singular, pues tiene algunos parentesco con resistencias al llamado socialismo del siglo XXI, desde una suerte de ‘conservadurismo político’ como es el caso de Chapetón, en Bolivia, Capriles, en Venezuela, o Rodas, en Ecuador de lo que se da en llamar la ‘nueva derecha’. Como en el ideario de Milei, en estas nuevas ideologías se confronta: conservadurismo vs progresismo; libertad versus colectivismo; valores democráticos consolidados en la pos-IIGM vs libertades individuales y autonomía; estado vs mercado; en marco de un recupero de fundamentos de creencias religiosas y apelación a lo ‘Superior’ que guía iluminando a líderes. En nuestro caso es más innovador aún por la autopercepción de Milei de encarnar un proyecto liberal libertario para el mundo.

La sequía extrema del años pasado en Argentina ilustra los efectos reales del cambio climático.

El negacionismo del Cambio Climático


Cuando las Naciones Unidas en su Informe sobre Brecha de las Emisiones 2023 afirma que en menos de una década aumentará exponencialmente la explotación de los combustibles fósiles, recomendando bajar drásticamente su producción debido a que ya está incidiendo en la baja de la producción de alimentos a través de enormes sequías e inundaciones catastróficas, hay que tener una mirada esquizofrénica o cínicamente cruel, como la de nuestro Presidente Javier Milei, para negar los efectos de este cambio climático.

Nuestro país, en este último año pudo corroborar en carne propia estas aseveraciones. Esta negación me parece altamente interesada y no puro diletantismo terraplanista.

* Ernesto Bilder es economista, exdocente e investigador de la Unco. Patricia Varela es historiadora, fue docente en la Unco y en la Universidad de Flores. Graciela Iuorno es Historiadora, ex docente e investigadora de las Unco. Samuel Domvek es doctor en Historia del Arte, ex docente en la facultad de Turismo de la Universidad Nacional del Comahue.


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