Neuquinos y rionegrinos, al superclásico
Un informe estricto y posiblemente el primero, acerca de los jugadores, nativos de Neuquén y Río Negro que accedieron al podio oficial del superclásico, coronando una de las mayores aspiraciones, en la carrera de todo futbolista.
Para poner en valor el significado de la presente narración, cabe destacar que no sólo se trata del arribo de jugadores de esta parte del país a River o Boca, sino también, introducirnos en la intimidad del acontecimiento. Transitar lo que significa ser protagonista de un partido así. Vale decir, primera división, Campeonato Oficial, Copa Libertadores u otra competencia de Conmebol.
Fue necesario que transcurriera más de 70 años de fútbol profesional, para dar con esa ocasión tantas veces soñada, de que un jugador local, nativo de Neuquén o Río Negro, fuera parte del maravilloso andamiaje del Clásico en su máxima expresión.
Sambueza: el primero

Nacido en Zapala el 1 de enero de 1964, apelativos “Sambu” y “Cañito”, hizo su presentación culminante con los colores de River, frente a Boca, en el Monumental, la noche del 17 de junio de 2004 y nada menos que por la Copa Libertadores.
Cuando llegó la jornada cumbre, en que “tocaría el cielo con las manos”, lejos estaba de imaginar que la suerte le jugaría tan mala pasada: expulsado por el árbitro Héctor Baldassi poco antes de finalizar el partido, el resultado 2 a 1 a favor de los “millonarios” forzaba la definición por penales. Al ganar Boca 5 a 4 mediante la ejecución desde los 12 pasos, su equipo quedó eliminado. El desenlace enmudeció a la multitud, íntegramente local.
Fueron compañeros de Sambueza, que ingresó al inicio de la segunda etapa, Germán Lux, Cristian Nasuti, Horacio Ameli, Ricardo Rojas, Claudio Husain, Eduardo Coudet, Javier Mascherano, Luis González, Daniel Montenegro, Fernando Cavenaghi y Maximiliano López.
Vega: indio millonario

Un 3 de junio de 1984, Cutral Co registraba el nacimiento de quien se convertiría, a los 25 años de edad, en arquero de la banda roja, club al que llegó “excedido” en apodos lugareños: Indio, Chino, Negro, Cholito. El 19 de abril de 2009 lo recibió oficialmente la Bombonera, junto a Paulo Ferrari, Gustavo Cabral, Nicolás Sánchez, Cristian Villagra, Gustavo Bou, Diego Buonanotte, Oscar Ahumada, Nicolás Domingo, Marcelo Gallardo, Matías Abelaira, Cristian Fabbiani y Radamel Falcao García. El marcador final fue 1 a 1 y Mario Daniel Vega fue sorprendido con un golazo de zurda de Martín Palermo, desde fuera del área, igualando “el muñeco” Marcelo Gallardo.
Marín: Neuquén, Centenario y después
Nacido en Neuquén el 22 de enero de 1992, Leandro Lucas Marín hizo sus primeras armas en el semillero de Independiente. Luego ingresó a la actividad rentada en la Asociación Deportiva Centenario. La tarde soñada en Buenos Aires, fue la del 5 de mayo 2013 en el estadio “xeneize”. Ese año, para alguien habituado a la buena, mermó el crédito del técnico Carlos Bianchi, clave en el ascenso de Marín. El encuentro finalizó 1 a 1 en el estreno de esa “sagrada primera vez” . Fueron compañeros del bautismo superclásico, a partir del arco: Orión, Caruzzo, Burdisso, Nahuel Zárate, Ledesma, Bravo, Erviti, Sánchez Miño, Lautaro Acosta, Leandro Paredes y Santiago Silva. Este último, anotó el gol del empate final.
Antes de dejar el club y frente a River, nuestro coterráneo jugó otros 2 partidos, que arrojaron un empate y una derrota.
Izquierdoz: no todo fue “ derecho”

Oriundo de Bariloche, Carlos Roberto Izquierdoz “Cali”, nació el 3 de noviembre de 1988. Adolescente, alternó en el fútbol metropolitano y bonaerense, jugando en Atlanta y Lanús. Se afirmó en el “granate” a punto tal, que dio lugar a su pase al Santos Laguna de México, para luego despertar el interés de Boca, club al que arribó en 2018. No pasó mucho tiempo, cuando un conflicto con el Consejo de Fútbol , dio lugar a su desplazamiento al Real Sporting Gijón de la segunda división de España.
El 23 de septiembre de 2018, fue la jornada de la primera presentación oficial con Boca en el superclásico, que ganó River 2 a 0, con goles de Gonzalo “Pity” Martínez y Scocco. El defensor rionegrino compartió el desenlace junto a Agustín Rossi, Leonardo Jara, Lisandro Magallán, Emanuel Mas, Nahitan Nández, Wilmar Barrios, Agustín Almendra, Cristian Pavón, Carlos Tevez y Darío Benedetto.
En otros 2 cotejos frente a los “millonarios” -Copa Libertadores- la suerte también le fue esquiva : empate 2 a 2 y derrota 3 a 1, en la recordada final celebrada en el estadio Santiago Bernabeu de Madrid.
Acuña: de Zapala al mundo

“El Huevo” zapalino, tiene todo el derecho de hacer cáscara, razón de su fenomenal derrotero futbolístico, que va desde Ferro hasta River, pasando por Racing, Sporting de Portugal, Seviilla y nada menos que la selección nacional. Nació el 28 de octubre de 1991 y antes de consolidarse en Don Bosco, el club de su terruño, se la jugó yendo a probarse –aunque sin éxito- en Boca Juniors y San Lorenzo.
Casi 15 años después, fracasada aquella primera tentativa, el 21 de septiembre de 2024, se presentaba nuevamente en Brandsen 805, pero esta vez para enfrentar al club de su ilusión primigenia, luciendo la histórica camisa de River. El resultado final de 1 a 0 a favor del visitante, rondaba como un desquite. El zapalino ingresó en el segundo tiempo en lugar de Manuel Lanzini, quien había logrado el gol que le daría la victoria a River. El resto de los compañeros de Acuña, fueron Armani, González Pires, Paulo Díaz, Gattoni, Bustos, Santiago Simón, Fonseca, Enzo Díaz, Bareiro y Colidio.
Herrera: máxima autoridad
Si algo faltaba en la galería de quienes se animaron a desafiar, por Neuquén o Río Negro, la exigencia y responsabilidad del clásico por antonomasia, el sorprendente registro de un ciudadano de los pagos de Andacollo. Decidido a hacer sonar su silbato e impartir justicia, el 14 de mayo de 2015, por primera vez, se hacía presente en la histórica Bombonera, Darío Humberto Herrera, nada menos que en octavos de final de la Copa Libertadores y en un cara a cara entre Boca y River. Las respectivas formaciones, declaraban por Boca, a Orión, Colazo, “Cata” Díaz, Burdisso, Peruzzi, Gago, Pablo Perez, Meli, Carrizo, Pavón y Osvaldo. En cuanto a River, Barovero, Mammana, Funes Mori, Maidana, Vangioni, Sánchez, Ponzio, Kranevitter, Driussi, “Pity” Martínez y Rodrigo Mora.
La noche de su primera vez en el superclásico, no fue cuestión de “ soplar y hacer… “ Al ingreso de los jugadores del equipo “millonario” para cumplir con el segundo tiempo, un energúmeno, seguramente simpatizante de Boca, los atacó con gas pimienta. En este recordado e imprevisto episodio, a Herrera no le cupo ninguna responsabilidad, pero fue en detrimento de una expectativa con otras aristas.
Con marcador parcial 0 a 0, el procedimiento administrativo y sanción de Conmebol , determinó la derrota de Boca. En la continuidad del certamen continental, River Plate logró la máxima conquista de ese año.
Verdadero fenómeno el de nuestro paisano Herrera. Nacido en Andacollo el 24 de febrero de 1985, profesor de Educación Física, ascenso meteórico hacia la conquista del referato internacional y un registro excluyente en su legajo de AFA: a la fecha, el arbitraje de 6 encuentros entre River y Boca, saldo 3 victorias de Boca, 1 triunfo de River y 2 empates, incluyendo la igualdad en la noche del incidente, partido Copa Libertadores.
Junto a su colega Facundo Tello, nuestro comprovinciano Darío Herrera figura en la lista de los 25 árbitros de todo el mundo, candidatos de la Federación Internacional de Historia y Estadísticas del Fútbol.
Los que se quedaron con las ganas
La evocación y estadística de este informe, no sería completo, si dejáramos de lado la cita de aquellos jugadores de una y otra Provincia que, vistiendo la divisa de Boca o la de River, no llegaron a saborear el privilegio de ser protagonista del superclásico oficial, a estadio lleno, y a la vista y consideración de todo un país :
Pedro Prospitti, temible goleador de Estudiantes de La Pata e Independiente de Avellaneda, nacido en Allen el 24 de julio de 1941, llegó a jugar 2 partidos en River Plate durante la temporada de 1966, pero con esta última camiseta, no tuvo chance de enfrentar a Boca.
Miguel Eduardo Caneo, también rionegrino, promovido a la división superior de Boca por el técnico Carlos Bianchi, y que al igual que su padre surgió de las filas del Deportivo Roca, apenas pudo jugar 9 minutos en la primera del club xeneize frente a River. Fue en un partido amistoso realizado la noche del 24 de enero de 2004 en Mar del Plata, que ganó el “millo” por 1 a 0.
Carlos Enrique Ortíz, mendocino (neuquino por adopción), nacido el 27 de agosto de 1952, dio el gran salto en 1977 de Independiente a Boca, donde jugó 19 partidos en primera y anotó 9 goles. No jugó el superclásico mayor. En cambio – confeso hincha de Riiver- actuando en la reserva boquense, al adversario de su simpatía le hizo un gol “de palomita”, que la Bombonera aplaudió de pie.
(*) Periodista y Estadígrafo.
Para poner en valor el significado de la presente narración, cabe destacar que no sólo se trata del arribo de jugadores de esta parte del país a River o Boca, sino también, introducirnos en la intimidad del acontecimiento. Transitar lo que significa ser protagonista de un partido así. Vale decir, primera división, Campeonato Oficial, Copa Libertadores u otra competencia de Conmebol.
Fue necesario que transcurriera más de 70 años de fútbol profesional, para dar con esa ocasión tantas veces soñada, de que un jugador local, nativo de Neuquén o Río Negro, fuera parte del maravilloso andamiaje del Clásico en su máxima expresión.
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