Dos circuitos definen resultados en Neuquén

El oeste de la capital agrupa a 83.503 electores. Son 19 barrios que concentran el 18,2% del padrón.

a 6 días de las elecciones

El ideario popular identifica a La Matanza como el partido del conurbano bonaerense donde hay que imponerse para ganar una elección. Incluso se habla de que mueve, y mucho, la balanza en las elecciones nacionales. El oeste de Neuquén capital tiene, en su escala, similar significado y valor simbólico para los postulantes de los partidos político.

En ese sector de la capital donde la barda limita y la pobreza inquieta, los políticos buscarán captar las voluntades de nada menos que 83.503 votantes, el 18,2 por ciento del planeta electoral de la provincia.

La ciudad de Neuquén reúne cerca del 42% de votantes de los 458.923 que registra el padrón provincial. Sólo dos circuitos del oeste, el 62-A (41.845 empadronados) y el 1-G (41.658), con 19 barrios en total, suman 83.503. Ese número pesa mucho sobre los 192.457 electores de la capital que están inscriptos en 17 distritos.

Captar el voto de ese conglomerado es clave para ganar la elección en el caso de los principales partidos -MPN, quiroguismo y kirchnerismo-, o para las fuerzas minoritarias que aspiran a una banca en el parlamento provincial.

El MPN, que no es gobierno en la ciudad desde 1999, cuando dejó el mando Luis Jalil y Horacio Quiroga ganó su primera contienda a Luis «Toti» Manganaro, desembarcó con un conocido poderío en el oeste.

Ocurre que el premio en este lugar es grande. Basta con una rápida comparación: en Chos Malal, donde se produjo el debut electoral, estaban habilitados para votar unos 7.000 ciudadanos, mientras que para la intendencia de Zapala el padrón era de algo más de 27.000. Ni siquiera juntando los votos de esas dos ciudades se acerca al caudal que ofrece un distrito como el 62-A, compuesto por San Lorenzo Sur, San Lorenzo Norte, Cuenca XV, Z-1, Canal 5, Gran Neuquén Sur, Gran Neuquén Norte, Hibepa (Hipódromo, Belén y Paraíso), Almafuerte 1 y Almafuerte 2 (más detalles ver infografía).

La presencia del aparato del MPN en el oeste capitalino es imponente. Es difícil encontrar en las centenares de cuadras y manzanas de estas calles de ripio y lodo (después de las lluvias) un poste que no tenga un afiche con la consigna «Omar Gutiérrez gobernador».

De ladrillo o madera, los locales partidarios se multiplicaron a una velocidad asombrosa, al punto que hay cuadras, como en la calle Lago Muster, en Almafuerte I, copadas completamente por el MPN.

«Es imposible pelear contra eso. Al menos en esta zona son poderosísimos», reconoció un referente que tiene el FpV en el oeste.

La contracara de la apabullante presencia del oficialismo son los otros partidos. Mientras el provincial reina al oeste de la calle Colón, cuesta encontrar una vivienda de las llamadas «promotoras» con afiches de Ramón Rioseco. Y más ausente están los locales de Horacio «Pechi» Quiroga, el que, al menos visualmente, tiene menos peso en esa «ciudad» metida en el corazón de la capital. Los carteles del intendente capitalino recién asaltan las retinas cuando el asfalto -justamente un factor emblemático en sus gestiones- vuelve a ser una realidad en la avenida del Trabajador.


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