Dos colosos juegan por la gloria

Miami y Spurs se miden en el séptimo partido de la gran final de la NBA.

básquet

Después no habrá otra oportunidad, por eso esta noche será a todo o nada. Miami Heat y San Antonio Spurs, que necesita más iluminado que nunca a Emanuel Ginóbili, jugarán el séptimo y decisivo partido de la final de la NBA. Uno festejará la obtención del “anillo” y el otro lamentará las oportunidades perdidas y masticará bronca por el subcampeonato. El definitorio partido comenzará a las 22, en el American Airlines Arena de Miami, que promete estar colmado como antenoche, cuando los Spurs arañaron la posibilidad de quedarse con el título y cerrar la serie a su favor por 4-2. Ganaba por cinco tantos a falta de 28 segundos (94-89), pero dos triples consecutivos de LeBron James y Ray Allen llevaron la definición a la prórroga, después de empatar en 95 tantos. Después, en el tiempo añadido, el campeón vigente de la NBA hizo pesar una mayor serenidad en los instantes claves y terminó ganando por 103 a 100, para poner la serie 3-3. Ginóbili, de discreta labor antenoche, con 9 puntos, todavía siente impotencia y dolor por el partido que se escapó en el tramo final. Su planilla la cerró con 1-2 en dobles, 1-3 en triples y 4-6 en libres, tomó dos rebotes, dio tres asistencias, robó una pelota, cometió cuatro faltas y tuvo ocho de las trece pérdidas de su equipo. “Ya estoy menos caliente, pero estoy igual de desilusionado. Todos sabemos la posibilidad que perdimos”, expresó el zurdo número 20 de los Spurs, en conferencia de prensa. “Cuesta todo, desde el aspecto físico y hasta mental, pero tenemos una oportunidad más y queremos aprovecharla”, destacó Manu en el entrenamiento que ayer realizó el equipo de Gregg Popovich. A la hora de analizar lo sucedido en el sexto partido, resumió que el equipo dejó “de jugar rápido” en determinado momento del partido. “Estamos pasando un momento espantoso, jugamos un partido aceptable, estuvimos a un tiro libre o una defensa de ganar el título y no se dio”, indicó Ginóbili. “Nos confiamos y dejamos de hacer el pick and roll que nos distingue. Igualmente se definió por dos rebotes en ataque y dos triples difíciles de embocar”, contó Ginóbili. “Si hacía cinco meses me preguntaban jugar un partido siete de una final NBA lo tomaba, sin dudas. Hay un montón de jugadores de básquetbol que quisieran estar hoy en nuestra situación”, agregó. “Tenemos que hacer un juego cada vez más perfecto, con menos errores. Los dos somos equipos parejos, ellos, tal vez, sean más compactos, pero ahora es solamente un partido”, finalizó Manu. Mientras, Tim Duncan aseguró que “es un juego de equipo, pero necesitamos de Manu para desnivelar”.

AP

Manu no rindió como en el anterior juego de la serie, pero esta noche puede vestirse con el traje de héroe.


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