Dos testigos complican la situación de un ex juez

Ayer se realizó la segunda audiencia contra el ex juez Víctor Ramírez Cabrera, un subcomisario y un civil, acusados de plantar pruebas durante la investigación de un robo con cheques. Ayer declaró la presunta víctima de la "plantada" de pruebas. Dijo que le habían advertido que le iban a hacer una "chanchada". Otro testigo complicó al imputado Espiasse.

VIEDMA (AV).- Jorge Duhalde y José Alfonsín fueron los testigos más importantes en el juicio contra el ex juez Víctor Ramírez Cabrera, el subcomisario Héctor Hernández y Wálter Espiasse. Se les imputa haber «plantado» pruebas en la casa de Duhalde para comprometerlo en el robo de cheques al municipio de San Antonio Oeste.

En una extensa audiencia que se prolongó hasta anoche, Duhalde sostuvo ante el Tribunal que su padre y un amigo, Víctor Grupico, le advirtieron que Espiasse tenía los cheques robados y que «se cuidara porque le iban a hacer una chanchada».

Agregó que su padre le habló también del «ruso» Rolando por la relación que éste tenía con Espiasse y por la enemistad que ambos mantenían con él luego de una discusión que generó balazos contra la casa de Duhalde que éste adjudicó a aquellos dos.

Dijo que la misma advertencia le formuló López del Pino, quien le manifestó que «no le gustaba la actitud de estos chicos de ponerle los cheques», quien además vinculó a la relación de Espiasse con el subcomisario Hernández «para que se le limpiaran las causas que tenía».

Duhalde detalló que en su casa hubo dos allanamientos y a pesar de algunas contradicciones con el tiempo, recordó que antes del segundo recibió las advertencias sobre la posible plantación de pruebas.

Agregó que por esta razón y para tener mayor visibilidad, limpió el patio de su casa donde abundaban los yuyos mezclados con chatarras y autos viejos producto de su trabajo como mecánico.

También colocó una luz más potente en el patio con la ayuda de Grupico el día que éste le advirtió que se cuidara.

 

«¡Doctor, un paquete!»

 

Recordó que en el primer allanamiento en su domicilio no se encontró nada y que en el segundo, ante la presencia del entonces juez Ramírez Cabrera, otros funcionarios judiciales y policías, un hombre que vestía una campera marrón le gritó al juez desde al lado de uno de los autos: «¡doctor, un paquete!» que mostró levantando un mano y luego lo dejó en el asiento trasero del vehículo.

Allí estaban los cheques que habían sido sustraídos al municipio.

Tras ese hallazgo Duhalde fue detenido y en esa condición se mantuvo durante tres meses.

Admitió que junto con otras personas estaba sospechado de haber participado de ese robo, lo que coincidió con lo señalado por el sargento Osvaldo Sáenz, quien detalló que a medida que se avanzó en la investigación de ese hecho contra el municipio se fue ampliando el círculo de sospechosos entre los que se encontraban Espiasse y Duhalde, pista que confirmó el subcomisario Hernández al sumarse a la investigación y supuestamente entrevistarse con el primero de ellos.

 

«Había arreglado»

 

Sáenz agregó que fue él quien encontró el «paquete» durante el allanamiento y puntualizó que en más de una oportunidad lo observó al subcomisario conversar con Espiasse y Rolando.

En tanto, Alfonsín declaró ante el Tribunal que fue el mismo Espiasse quien le adelantó que había arreglado con el juez ponerle a Duhalde los cheques tras utilizar el celular del testigo unos días antes de producirse el allanamiento.

Además dijo que el imputado le mostró los cheques, razón por la cual decidió advertirle a Duhalde sobre esta maniobra a través del padre de éste y Víctor Grupico, un amigo en común que también declaró ayer.

Este último testigo estuvo a punto de quedar detenido por su falta de memoria sobre los hechos.

Sólo recordó que Alfonsín le pidió que le avisara a Duhalde sobre la intención de colocarle pruebas. Pero sobre el resto dijo no recordar nada. Los jueces decidieron citarlo nuevamente, tras considerarlo reticente.

Detalles que no están en el expediente

VIEDMA (AV).- El Tribunal se informó ayer de algunos detalles que no constan en el expediente. Según Duhalde los manifestó durante la instrucción ante la exjueza Liliana Piccinini pero no están incluidos en las actas respectivas firmadas por el testigo, quien dijo no saber leer con rapidez.

Además en el testimonio prestado durante la instrucción y que fue leído en parte ayer para alimentar su memoria figuran términos que Duhalde confesó desconocer su significado como el de la palabra «acotaciones».

También dijo que mencionó la advertencia que había recibido de Del Pino en relación con la actitud que se temía de Espiasse y Rolando, pero esto tampoco figura en las constancias. Además aquel tampoco fue citado a declarar como testigo por esas manifestaciones.

Duhalde mencionó que días después del allanamiento un policía le respondió que el que había encontrado el «paquete» en su casa había sido el subcomisario Hernández pero sostuvo no recordar la fisonomía de aquella persona de la que sólo señaló que vestía una campera marrón.

También agregó que de acuerdo con los comentarios en el pueblo Rolando y Espiasse «trabajaban con la Policía de Viedma». Recordó que en los días previos al segundo allanamiento estaba muy nervioso porque trataba de vigilar su casa para que no entraran y le plantaran pruebas. Duhalde fue uno de los tres testigos que más esperó en la audiencia de ayer con el adicional que el auto en el que viajó desde San Antonio a Viedma se rompió a la altura de O`Connor y allí quedaron su esposa y su hijito de un año.


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