Agresión a la universidad

Las universidades nacionales realizarán el martes una jornada nacional de movilización en defensa de un presupuesto adecuado y reivindicando su función como instituciones públicas de educación e investigación, en medio de un durísimo recorte de fondos y ataques desmesurados por parte de varias figuras del oficialismo.

Los rectores y decanos de todo el país, incluyendo las universidades nacionales del Comahue (UNCo) y de Río Negro (UNRN), vienen advirtiendo hace tiempo que el ahogo presupuestario que sufren desde principios de año pone en riesgo el funcionamiento mismo de las instituciones. Muchas ya no pueden pagar las facturas de luz, gas y otros servicios básicos, redujeron al mínimo o eliminaron servicios de limpieza y enfrentan serios problemas para mantener funcionando laboratorios y equipos de investigación.

El 14 de marzo, las 55 universidades nacionales públicas realizaron un paro ante el congelamiento de los salarios docentes y del presupuesto, advirtiendo que se está en una situación crítica, donde muchos establecimientos no garantizan poder funcionar y dar clases más allá de mayo.

Un informe sobre la ejecución presupuestaria elaborado por la Asociación por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), revela que el nivel de financiamiento de las universidades es el más bajo desde 1997. Para este año el presupuesto para educación superior es un 72% menos en comparación con el año pasado y su ejecución mostró una caída del 34% sólo en este trimestre. Con el simple recurso de mantener, sin actualizar, los recursos del 2023, en un contexto de inflación interanual del 287,9%, el Gobierno hizo un recorte incluso más fuerte que el promedio del Estado nacional.

Este desfinancimiento vino acompañado además de una intensa campaña en medios masivos y redes sociales del propio presidente Javier Milei, quien acusó a la educación pública de generar “disonancia cognitiva” y de referentes libertarios que tildan a las casas de altos estudios de “antros de adoctrinamiento” a sus estudiantes, repletos de “vagos y ñoquis” y de investigaciones innecesarias e inconducentes, que poco tienen que ver con la economía.

En medio de las tensiones, el ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Petovello, anunció un “acuerdo” para aumentar un 70% los fondos, aunque sólo para gastos de funcionamiento, con lo cual su impacto real en el total presupuestario es de apenas 2,2%, sin resolución oficial. Los rectores advirtieron que no hubo tal consenso, sino que fue una decisión unilateral de Nación y que es apenas un parche para la emergencia inmediata pero no soluciona el problema de fondo: la falta de un presupuesto para que las universidades puedan planificar sus actividades académicas e investigaciones en el año. Menos aún el tema de los salarios docentes, que no se actualizan desde hace seis meses.

La universidad pública argentina tiene una rica historia que enorgullece al país. En estos 40 años de democracia ha incorporado a muchos más estudiantes, instituciones y carreras. Su calidad y variedad en opciones de formación están entre las mejores de América Latina y sus principales instituciones destacan en los rankings a nivel mundial. Sus investigadores son tentados y buscados por los mejores laboratorios y centros académicos del mundo. Eso no significa que no tenga problemas. Se han cuestionado las bajas tasas de graduación, la poca inclusión de los más pobres pese a su gratuidad, falta de planificación en la creación de carreras e instituciones nuevas, deficiente articulación con otros niveles educativos y con el sector productivo, entre otras.

Sin embargo, la ofensiva actual del presidente y sus seguidores no pareciera estar orientado a mejorarla, sino más bien guiada por un fuerte desprecio por el Estado y las instituciones educativas públicas. Si lo que buscan es un sistema pago o privatizado, debieran ponerlo abiertamente en discusión pública en el Congreso y otros foros, no mediante un brutal y furtivo ahogo presupuestario que perjudica a más de 2 millones de jóvenes que buscan ser profesionales y afecta investigaciones científicas y técnicas claves para el progreso del país.


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