EE. UU. atacó nuevos objetivos estratégicos afganos

Dos oleadas de bombardeos en ciudades clave.Se mantiene la ofensiva política y diplomática.

Rumsfeld: «Los bombardeos durarán días, la campaña años»

Estados Unidos lanzó ayer dos oleadas de ataques contra blancos en Afganistán por segundo día consecutivo y amenazó con atacar a otros países implicados en los atentados del 11 de septiembre.

El primero de los ataques se produjo al caer la noche afgana (mediodía en Argentina), mientras el segundo se concretó en la madrugada local (noche en Argentina).

Entre los principales puntos atacados ayer se encuentran los aeropuertos de la capital afgana, Kabul, y de ciudades como Jalalabad, y Kandahar, donde está el cuartel general de los talibán y la residencia de su líder supremo, el «mullah» Mohamed Omar.

Aviones y misiles disparados desde barcos estadounidenses bombardearon el aeropuerto y la principal antena de televisión de la ciudad, cuya población siguió el lunes su éxodo para huir los nuevos ataques.

En las operaciones de ayer sólo participaron aviones norteamericanos, mientras que las fuerzas británicas se limitaron a a tareas de apoyo logístico pero no efectuaron vuelos sobre Afganistán como hicieron el domingo, durante la primera jornada de la operación.

Los aviones norteamericanos bombardearon especialmente los aeropuertos de la capital afgana, Kabul, y de Jalalabad (este de Afganistán).

El aeropuerto de Jalalabad se encuentra en llamas, según informó la agencia Afgana Islámica de Prensa (AIP), portavoz oficioso del régimen afgano de los talibán.

Por lo que se refiere a Kabul, al menos dos proyectiles pueden haber caído sobre el aeropuerto, y otras tantas en la colina donde se encuentra la mayor antena repetidora de televisión.

Asimismo, se registraron fuertes explosiones en Kandahar, donde al parecer se concentra el grueso de las defensas y el armamento pesado de los talibán, como los carros de combate y su exigua aviación, que según algunos expertos occidentales en defensa, no pasaría de una veintena de aviones, modelo «Mig» de fabricación rusa, bastante obsoletos y en mal estado de conservación.

Los ataques aéreos contra Afganistán tuvieron como objetivo inicial eliminar defensas aéreas y puestos de comando, ayudar a la oposición armada anti-Talibán y destruir campamentos de adiestramiento guerrillero de Osama ben Laden, a quien Washington busca como autor de los atentados del 11 de septiembre, que dejaron unos 5.000 muertos.

El Pentágono dijo que 31 blancos fueron atacados el domingo y los bombardeos y lanzamientos de misiles crucero seguirán varios días.

Funcionarios del Talibán dijeron que cerca de 20 personas murieron durante los ataques, aunque el viceministro de Salud Mohammad Abbas indicó que habían muerto unas ocho personas. Junto con las bombas, dos aviones trasporte C-17 estadounidenses lanzaron el lunes 37.000 paquetes de alimentos en Afganistán para ganar el apoyo de la población afgana.

Washington tampoco esconde su intención de desalojar al Talibán del poder por haberlo protegido.

De hecho, los ataques estadounidenses fueron aprovechados ayer por la opositora Alianza del Norte, que capturó varios sitios clave y declaró sus intensiones de avanzar a la capital en pocos días.

El Talibán, en tanto, se mostró desafiante y dijo que su líder supremo, el mullah Mohammad Omar, salió ileso de los ataques, al igual que Ben Laden.

Ola de protestas

El movimiento Talibán, que controla la mayor parte de Afganistán declaró una yihad, o guerra santa, para resistir los ataques de Estados Unidos, que desataron una ola de protestas de musulmanes desde el Oriente Medio hasta Indonesia.

En Islamabad y otras ciudades del vecino Pakistán, cuyo gobierno militar ha respaldado la acción de Washington, se produjeron violentas manifestaciones en rechazo a los ataques.

Las autoridades en Estados Unidos, temiendo nuevos atentados, desplegaron miles de policías armados y efectivos de la Guardia Nacional para vigilar aeropuertos y estaciones de tren, usinas nucleares, industrias petroleras, químicas y de alimentos

En Europa y américa Latina también se aumentaron las medidas de seguridad.

El presidente George W. Bush asistió a la ceremonia en que el ex gobernador de Pennsylvania Tom Ridge asumió como director de la nueva Oficina de Seguridad Interna, encargada de prevenir futuros ataques en suelo estadounidense y responder a estos si ocurren de nuevo.

El FBI anunció que investiga «muy seriamente» la aparición del segundo caso de ántrax en el estado de Florida, al tiempo que no descartó que los mismos pudieran tratarse de un ataque bacteriológico.

Estados Unidos advirtió ayer al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que podría verse obligado a lanzar ataques militares contra otros países o grupos además de Afganistán

Algunos políticos norteamericanos quieren que también Irak sea un objetivo para una segunda fase de ataques contra países acusados de apoyar el terrorismo.

La Unión Europea (UE) y Rusia apoyaron los ataques con una unánime condena al terrorismo, mientras la OTAN decidió el envío de aviones para aumentar la seguridad de las operaciones en el Golfo. El secretario general de la ONU , Kofi Annan, reconoció que los ataques a Afganistán se encuadran en el marco del derecho a «legítima defensa». (ANSA/Reuters/EFE)

La meta es derrocar al Talibán

Sólo con bombardeos Estados Unidos no logrará sus objetivos de derrocar el régimen talibán y erradicar el terrorismo, advirtió ayer el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.

«El propósito de esta fase de las operaciones es que logremos condiciones que sustenten las operaciones humanitarias y antiterroristas», dijo Rumsfeld.

El jefe de la Junta de Estado Mayor, general Richard Myers, explicó que EEUU y el Reino Unido atacaron el domingo 31 objetivos en Afganistán, incluidas «instalaciones de radar, puestos de comando, control y comunicaciones, aeródromos y aviones».

«Los ataques contra objetivos adicionales continúan en este momento», dijo Myers, aunque solamente participan efectivos militares de Estados Unidos.

Rumsfeld afirmó que los ataques que comenzaron el domingo tienen un objetivo limitado porque «después de ser bombardeados durante 10 años por la Unión Soviética, y de años de pelearse entre sí, los afganos tienen pocos objetivos valiosos (desde un punto de vista militar) que puedan destruirse desde el aire». «Los bombardeos no lograrán el objetivo mayor que es librar al mundo del terrorismo», agregó.


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