El aire es su lugar

NEUQUEN (AN).- Alguna vez alguien dijo: «No baila, vuela sobre los escenarios», refiriéndose al bailarín Julio Bocca. Y seguro no se equivocó.

Ver al más importante bailarín de Argentino y a uno de los más grandes del siglo XX en el mundo entero, es sentir que la gravedad a él no lo afecta. En cada pirueta parece quedar suspendido en el aire por unos segundos y luego se deja deslizar lentamente hacia abajo hasta que sus pies tocan el suelo y vuelven a impulsarse hacia arriba. Sin duda, es el vuelo de un ave.

Grandes satisfacciones le dio a la danza argentina y a sus seguidos y sin duda, él mismo tuvo grandes satisfacciones. En la conferencia de prensa, lo confesó. «Tuve la oportunidad de que Nureyev me tocara la puerta del camarín para felicitarme por el show. Tuve la suerte de recibir en calzoncillos a Julio Roberts y de bailar con Baryshnikov». Y todo lo demás que viene asociado a su carrera profesional. Satisfacciones de por más, pero ahora es tiempo del retiro. El no lo extrañará, confiesa, el público sí lo hará.


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