El Cata podría regresar, Alfaro suena en Boedo

Al Cata Daniel Díaz le seduce la idea de volver a calzarse la camiseta de Boca, pero las cosas no serán tan sencillas como parecen.

«Si se da la vuelta a Boca, bienvenida sea», dijo el defensor, quien de todas formas aclaró que su salida del Getafe español «no va a ser fácil».

«Me pone muy contento el interés, pero no sé si acá están dispuestos a que me vaya», dijo Díaz, quien además confirmó que en el club europeo está «cómodo, contento» y no es que tanga ganas de irse, «sino que si las cosas se dan bienvenido sea, pero por ahora estoy bien acá».

El central reveló que «hubo un llamado de Boca pero no estoy muy al tanto. Sé que el club no quiere desprenderse pero también hay que ver qué ofrece Boca y esperar un par de días a ver qué sucede».

«Lo único que queda es que ellos se pongan de acuerdo y solucionen las partes, después de ahí entraría a arreglar el contrato».

Interrogado sobre si estaba informado del presunto interés de River por su pase, comentó que escuchó «algo» pero «más que eso no. Es raro que River pregunte por un jugador que pasó por Boca».

Díaz, de 30 años, jugó en Centra, Cruz Azul de México, Colón, Boca y Getafe.

En el club Xeneize disputó 91 partidos, convirtió siete goles y ganó seis títulos: Apertura 2005, Clausura 2006, Recopa 2005, Recopa 2006, Copa Sudamericana ´05 (todos con Alfio Basile como entrenador) y la Libertadores ´07 (con Russo).

En Boedo también hubo novedades, ya que el juvenil delantero uruguayo Emiliano Alfaro, del Liverpool de Montevideo, se convirtió en la prioridad de San Lorenzo para reforzar su línea de ataque de cara al próximo Clausura.

El presidente Rafael Savino pactó una reunión con sus pares charrúas en las próximas horas para avanzar en la contratación del goleador de 21 años (1,73 metros y 69 kilogramos), sensación del torneo uruguayo.

Alfaro convirtió 19 goles en 2009 con la camiseta de su club y además integró los seleccionados juveniles sub 20 en el Sudamericano Paraguay 2007 y sub 17 en el Mundial Perú 2005. Su nombre tomó fuerza al disiparse la chance de de Diego Ifrán -goleador del Danubio uruguayo-.