El estrés y el frío pueden causar herpes labial

Este virus ingresa al organismo y por lo general ya no se va

Las manifestaciones cutáneas en alguna medida se pueden prevenir y tratar.

El causante del herpes labial es un virus denominado Herpes simplex tipo 1, que se transmite por contacto directo de persona a persona, a través del beso, aunque el contagio también puede producirse a través de objetos contaminados como los que se utilizan para comer y beber (vasos, utensilios) pero también toallas o lápices de labio, por eso es importante evitar su uso compartido. Se estima que en todo el mundo un 80% de la población padece algún tipo de infección herpética. El herpes no tiene cura, y una vez que alguien se infecta el virus permanece en el cuerpo en las células nerviosas, generalmente debajo de la piel. A menudo se mantiene latente o inactivo en estas células, a veces por muchos años o de por vida. Con frecuencia, la infección se reactiva y el virus se traslada nuevamente hasta la piel y las mucosas, y reaparecen los conocidos síntomas. Algunas personas sufren uno o dos episodios por año, mientras que otros los padecen con mayor frecuencia. Hay personas con una predisposición especial a presentarlo, y determinadas circunstancias pueden reactivar con mayor facilidad el virus. Llegar al diagnóstico es sencillo. Se hace mediante un examen físico, observando las vesículas y analizando el líquido que contienen. “El virus Herpes simplex, generalmente el de tipo I, en individuos que ya han sido infectados por él, permanece en el organismo en estado latente. Si bien no se conocen con certeza los mecanismos íntimos que producen los brotes, se sabe que estos ocurren en forma espontánea, asociados a distintas situaciones como estrés físico o emocional, inmunosupresión y exposición a la luz ultravioleta”, explica el dermatólogo pediatra José Máximo, del hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de la ciudad de Buenos Aires. El estrés, la fiebre causada por una enfermedad infecciosa y la menstruación son, entre otros, factores que precipitan la repetición. Es común que una persona infectada sufra un brote cuando, por ejemplo, cambia de trabajo, cuando se muda, ante una separación o por la pérdida de un ser querido. Otros causantes de los brotes repetidos de herpes son el frío intenso y la exposición prolongada al sol, no sólo en verano sino también durante el invierno, como puede ocurrir en las personas que en esa época van a la montaña a esquiar. La prevención de la infección por herpes no siempre es posible, pero pueden adoptarse algunas medidas para minimizar los brotes. En este sentido, es importante reducir las situaciones de estrés para evitar reapariciones, así como lavarse frecuentemente las manos durante una exacerbación de la infección, ya que una higiene adecuada puede eliminar el riesgo de propagar la infección hacia otras áreas del cuerpo como, por ejemplo, los ojos, ya que en algunos casos los virus Herpes simplex pueden producir conjuntivitis virales.


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