El Etna se adueña de la situación

Nuevos temblores dejaron en la calle a 1.400 sicilianos.

Ríos de lava ardiente que se desbordaban por las laderas del monte Etna se tragaban ayer zonas boscosas de Sicilia, mientras se registraban dos nuevos temblores, uno de ellos de 4,3 grados de magnitud en la escala de Richter que dejaron a más de 1.400 sicilianos sin vivienda.

El gobierno italiano declaró ayer la emergencia para la zona, tras una reunión del Consejo de Ministros convocada de urgencia para analizar la situación.

El Etna, estremecido por una serie de terremotos, ha lanzado fuego durante tres días mientras un equipo de hidroaviones continuaba rociando miles de litros de agua sobre los ríos de lava y los árboles en llamas.

Cerca de 50 residentes de Linguaglossa, una popular localidad para los aficionados al esquí ubicada a unos 12 kilómetros del río de lava, pasaron la noche rezando en la principal iglesia de su población mientras los colegios suspendieron sus clases. Pero los equipos de rescate señalaron que la ciudad, cuyo nombre significa «lengua de lava», no sería devorada por el calor infernal.

«El hecho es que los residentes de Linguaglossa están muy preocupados de un modo razonable y justificado, pero por el momento puedo excluir que vayan a sufrir algún daño», dijo Vincenzo Crimi, coordinador de los servicios de rescate a través de su radio. A pesar de todo, los fieles de Linguaglossa planean llevar la estatua de su santo patrón a través de las calles con la esperanza de que éste detenga la lava. Cuando hicieron esto mismo hace 23 años, la lava se detuvo, aseguran los habitantes del lugar.

Más arriba de la montaña, máquinas excavadoras construyen barricadas para dirigir el río de lava lejos de las instalaciones de esquí y de los restaurantes turísticos que se extienden por los bosques.

El Etna, que tuvo su mayor erupción en 1992, comenzó a desbordar lava el domingo después de registrarse más de 100 pequeños terremotos en el este de Sicilia y parte de la península de Italia.

El Instituto Nacional de Geofísica y Volcanología registró más temblores durante la noche del lunes y en la mañana del martes otro sismo, de 2,9 en la escala de Richter, sacudió la zona cercana al volcán.

Las cenizas continuaban cayendo sobre Catania, la segunda ciudad más grande de Sicilia, y los residentes del lugar llevaban paraguas para protegerse de partículas llameantes.

El aeropuerto más importante de Catania fue cerrado por tercer día, y el tráfico aéreo fue desviado a la capital de Sicilia, Palermo.

El Etna está casi siempre retumbando, pero los expertos dicen que sus fisuras actúan como ventilación, dejando que salga la presión a intervalos regulares en vez de dejar que se infle hasta registrar una gran explosión.

Funcionarios de Protección Civil dijeron el martes que algunas de estas fisuras podrían haberse agrandado por la noche debido a los temblores.

El Etna no ha producido ninguna actividad seria desde una serie de erupciones en julio y agosto del año pasado, descritas como una de las más grandes y complejas en 300 años. (Reuters)


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