El fútbol, su mundo y su (i)lógica

El técnico de Cipolletti cumplirá tres años en el cargo. El mismo lo explica.

CIPOLLETTI (AC).- Es día de descanso, pero a metros del portón de entrada se escuchan voces tímidas. «Mingo» Perilli habla con los dos utileros sobre tiempos pasados, nombres que nunca «llegaron», dirigentes que dejaron su impronta. Enciende un cigarrillo tras otro y decide dialogar acerca de la ajustada victoria frente a Aldosivi, charla que terminará desnudando parte de la lógica «perilliana» acerca del fútbol. Y de mucho más.

El técnico cipoleño y sus jugadores quedaron en la historia grande del club por los 31 partidos invictos en «La Visera». Pero el técnico se ha transformado en un fenómeno inédito en este fútbol argentino, vertiginoso y carnívoro. Una especie de Expediente X. «En noviembre cumplo tres años como entrenador», dice con una sonrisa el calvo DT. Un caso atípico y paradigmático en un deporte que se devora nombres por minuto y donde siempre se corta el hilo por lo más delgado.

¿Te sentís un entrenador reconocido en la ciudad?

– Sé que me reconocen más afuera que acá (en Cipolletti). Es como dice el dicho: 'nadie es profeta en su tierra'. De lo que estoy seguro es que estoy mucho más capacitado de lo que muchos creen.

¿Por qué creés que no te reconocen como te merecés?

– Creo que mi pasado como futbolista me condena. No fui un buen profesional cuando jugaba, y la gente se toma de eso. Pero en este plantel lo que sobra es orden y profesionalismo.

¿Se lo hubieran reconocido más a un técnico de afuera?

– Seguro. Si las campañas que yo hice (en los cuatro torneos) las hubiese realizado un técnico de Buenos Aires, más demagogo que yo, seguro que lo hubieran reconocido más. Son las reglas del juego.

Esto de «las reglas del juego»

se le escuchará decir en repetidas oportunidades durante la entrevista. Como la frase a modo de slogan de «somos Cipolletti», un mote que toma como valor agregado a la hora de dar las charlas técnicas e inflar la personalidad de sus dirigidos.

¿Es un caso único esto de permanecer tres años como DT?

– Nosotros (jugadores y cuerpo técnico) quedamos en l historia del club, y eso no nos lo saca nadie. Tienen que entender que los dirigentes no me dejan en el cargo porque estoy identificado con el club o porque vivo a dos cuadras. En el fútbol nadie hace solidaridad. Nadie le regala la plata a nadie. Si sigo acá es porque a los dirigentes les conviene.

Pero no creerás que tenés el cargo asegurado…

– No. Sé que si pierdo tres partidos seguidos me van a putear y me van a querer rajar. Es una profesión ingrata, fea, de la que disfrutás poco, pero a la que no cambiaría por nada. Se que soy un privilegiado. Me quiero quedar en Cipolletti hasta que me muera.

¿Sos un técnico normal…?

– En esta categoría soy un bicho raro. Hace tres años que dirijo en este nivel y no tengo auto, sigo caminando todos los días.

Sebastián Busader

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