El virus avanza aun con nuevos ministros

Esta semana el gobierno de Arabela Carreras recibió serios cuestionamientos a su política sanitaria frente a la pandemia del covid-19 de parte del mundo académico.

La transcripción de los datos de las ciudades donde se registraron casos de coronavirus (y en especial, las que siguen detectando contagios) en un mapa de la provincia es elocuente: Río Negro ocupa el tercer lugar del país en cantidad de infectados cada 100.000 habitantes pero tiene la inmensa mayoría de su territorio sin un solo paciente con diagnóstico de covid-19.

Los focos son Bariloche (y Dina Huapi) y los dos valles superiores del río Negro, el Alto y el Medio, con algunas particularidades muy preocupantes, como Lamarque, donde viven unas 10.000 personas y hay 27 casos acumulados, 22 de ellos activos.

En estos difíciles cinco meses de gobierno, Arabela Carreras cambió dos veces su gabinete (Luis Vaisberg por Agustín Domingo en Economía, primero, y después Juan José Deco por Nicolás Land en el área social). Logró así sumar al gabinete a una de las personas de mayor confianza, Daniel Sanguinetti, que dejará su banca en la Legislatura para asumir en la Secretaría General de la Gobernación.

Fue más previsora en el área social que en la sanitaria, tal vez porque cree que cuando el virus llegue a los barrios más pobres de las ciudades más pobladas de Río Negro la solución volverá a ser el reparto. Pero entre tantas incertidumbres que rodean la pandemia, hay una certeza: no está demostrado que los bolsones ni los colchones sean capaces de frenar los contagios. La receta fue exitosa para prevenir los saqueos los años siguientes a las revueltas de 2012 en Bariloche, pero para darle batalla a la transmisión del virus hace falta más ciencia que asistencia social.

La gobernadora hizo su segundo cambio de gabinete en cinco meses: se fue Land de Desarrollo Social y llegó Deco. ¿Existirá la idea de que la respuesta es la asistencia?

El breve, esquemático y poco claro documento que el área de Salud de la Provincia emitió a principios de la semana habla de una curva descendente de la pandemia en Río Negro.

Fue refutado nada menos que por el director de la especialización en Epidemiología de la Universidad Nacional de Lanús, Marcio Alazraqui (doctor en Medicina y magister en Salud Pública): “No se explicita a cuál curva descendente se refieren, lo cual tampoco ayuda a la comprensión de lo que se quiere decir. ¿Se trata de la curva descendente de casos activos?, ¿de 27 casos en 9 días? En síntesis, la pregunta sin respuesta es: ¿cuál es la tendencia de la curva de casos acumulados desde el comienzo de la pandemia?”.

En el Valle Medio se acumulan 104 casos, con 6 muertos y 50 activos. Son cinco localidades; la más complicada es Choele Choel, con cuatro muertos.

De todos modos, son Lamarque y Luis Beltrán las que más llaman la atención. Ambas están literalmente en una isla, entre dos brazos del río Negro, con un puente al norte y otro al sur:

Lamarque acumula 27 casos y 8 recuperados. Nadie ha explicado qué pasa en este pequeño pueblo. Versiones sobran, falta información. En Beltrán se reportaron 20 casos, cinco de ellos activos. Pomona está, por ahora, indemne.

El cordón sanitario es sencillo cuando las poblaciones están rodeadas de agua, pero, si fuera cierto que el foco original fue en Choele Choel, falló el control.

Por si solo, “el río no es un antiviral”, dijo esta semana Juan Cruz Astelarra, exdirector de Epidemiología de la Provincia. Eso está demostrado con el caso Cipolletti, que sigue acumulando contagios al este del río mientras hacia el oeste la ciudad de Neuquén aplanó la curva de contagios.

El Bolsón trata de retomar cierta actividad comercial. Tuvo dos casos, ambos importados (incluido el intendente Bruno Pogliano), y no volvió a registrar nuevos. Su relación con las pequeñas localidades del norte de Chubut (Lago Puelo, El Hoyo, Epuyén) es intensa, pero allí tampoco hay registro de contagios.

La Línea Sur no tiene casos reportados. Hay aislamiento entre ciudades, que de por sí están alejadas una de otra, y controles de, por ejemplo, los necesarios viajes de Jacobacci a Bariloche para cuestiones médicas, como diálisis; y abastecimiento de alimentos, que deben pasar un control al ingresar.

Modelos para imitar sobran, faltan decisiones.