Elogian el programa de Laborterapia en cárceles

Empezó como experiencia piloto y se extendió. Los internos reciben un incentivo de $150.

NEUQUEN (AN)- «Sin dudas, este programa da resultado». La frase le pertenece al comisario general retirado Hugo Rosas, interventor de la dirección de Unidades de Detención, en alusión al proyecto denominado Laborterapia que permite que un centenar de internos de varias cárceles de la provincia se capaciten en diversos oficios a cambio de un incentivo económico.

Como una reafirmación de sus palabras, Rosas asistió recientemente a la inauguración de un espacio de juegos infantiles para los hijos de las mujeres encarceladas en la Unidad de Detención 16, de Valentina Sur; que fueron diseñados, construídos y donados por los internos del taller de Herrería de la Unidad 12, de San Lorenzo.

El programa de Laborterapia comenzó a implementarse a fines de 2004, como una experiencia piloto, con 50 presos de la U11, de Parque Industrial. Desde el ministerio de Seguridad accedieron a financiar el proyecto tras una solicitud formulada por la dirección de Unidades de Detención y las autoridades de la cárcel, a raíz de una serie de sucesivos conflictos entre los uniformados y un grupo de internos.

Rosas explicó que los reclusos que adhieren al programa deben asistir diariamente a un curso-taller de capacitación laboral y a cambio reciben un «incentivo económico» de 150 pesos mensuales como máximo (1,50 pesos por cada hora de práctica).

De esa remuneración, un 70% es entregado en mano a los familiares del interno y el monto restante se deposita mes a mes en una caja de ahorro del Banco Provincia de Neuquén. Cuando el recluso concluye su condena puede retirar de su cuenta la suma que haya acumulado.

«Lo bueno de esto es que se le da la posibilidad al condenado para que se capacite, y después cuente con un oficio y un pequeño capital para cuando recupere su libertad», comentó Rosas.

El director de las Unidades de Detención señaló que otro logro del programa es que, desde su implementación, «bajó notablemente el nivel de conflictividad» en las cárceles. Por ese motivo, a partir de marzo de este año el ministerio resolvió duplicar el número de cupos; lo que permitió abrir nuevos talleres en las unidades 16 y 12, de Neuquén; 21, de Cutral Co; y 31, de Zapala.

En todos los casos, la producción es destinada a alguna institución pública. Por eso, Rosas destacó que «la gran diferencia entre este programa y otros es que acá nada va a parar a un particular, los internos saben que lo que hacen tiene un fin social».

Por caso, los reclusos de la unidad de San Lorenzo realizan prácticas de herrería y soldadura reparando bancos y sillas para las escuelas. Además los integrantes de este taller construyeron juegos de jardín para los niños alojados en la unidad 16, la única cárcel de mujeres de la provincia.

A su vez, las internas de la U16 confeccionan sábanas, batas y ambos para el hospital Heller. «Hasta lo que vamos evaluando, cumplimos con lo que estaba pautado: que la interna esté motivada y que haga de su tiempo algo útil», indicó Mónica Vallejos, oficial a cargo de esa unidad.

Rosas destacó los «buenos resultados» del programa de Laborterapia y anunció que «es casi un hecho que para el próximo año vamos a seguir ampliando esta experiencia».


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