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Chancho inteligente: Y-TEC desarrolla una herramienta para estudiar el estado de los ductos

En la actualidad, para medir la integridad de un ducto debe importarse por un periodo de tiempo el scraper o "chancho inteligente". Y-TEC busca desarrollar la herramienta para disponer de ella en el país.

De cara a las obras de infraestructura para el transporte de hidrocarburos, contar con un scraper o «chancho inteligente» en el país es una buena noticia. Se trata de una herramienta para analizar la integridad de un ducto que la empresa de tecnología e investigación de YPF, Y-TEC desarrolla junto a Invap. «Está en marcha«, destacó el presidente del directorio de la empresa, Roberto Salvarezza.

En un mano a mano con este medio, el ejecutivo comentó que tienen en carpeta el desarrollo del «chancho inteligente». «La idea es que se pueda desarrollar en Y-TEC algo similar con lo mejor de la tecnología actual. Está en marcha. Ya hay un diseño del chancho inteligente con todo el detalle de ingeniería», destacó. Ahora, evalúan la etapa de producción.

En el transporte de hidrocarburos por ductos un punto clave es la integridad de los tubos. «Tantos gasoductos como oleoductos están enterrados y sufren procesos de estrés dada la presión de los fluidos que la ejercen sobre las paredes del ducto», explicó el referente.

Esta presión junto con la corrosión generan el llamado «stress corrosion cracking», que significa el agrietamiento por corrosión bajo tensión. Cuando «las colonias de fisuras se vuelven importantes, se produce un fenómeno de ruptura en la cañería con fuga de gas o petróleo y en algunos casos, con explosión y contaminación», detalló.

Para estudiar la integridad de los ductos y no llegar a este punto, se contrata en el exterior el «chancho inteligente». Es un equipo de forma cilíndrica que se traslada dentro del tubo una vez que se para el sistema y «que tiene un montón de sensores que te va detectando las fallas en la pared«, señaló. Esta herramienta elabora un mapa sobre el estado del espesor de las paredes del ducto en toda su extensión.

Con la información que brinda la herramienta, «el equipo de operaciones del ducto mira los resultados y reconoce si hay que hacer algún cambio en algunos tramos que estén deteriorados», explicó.

Para utilizar un scraper en el país es necesario importarlo por un periodo determinado. Por lo que, en algunos casos, puede no estar disponible. Por eso, contar con la herramienta en Argentina aporta al cumplimiento de plazos previstos para la operación de los ductos y al ahorro de divisas. «Es fundamental cómo se estudia y con qué herramientas», subrayó Salvarezza.


Chancho inteligente: las obras para aumentar la capacidad de transporte


Salvarezza explicó que mantiene diálogos con Transportadora Gas del Sur (TGS) y con Oldelval para el desarrollo de la herramienta. Es un dato no menor, ya que TGS es la firma encargada de operar y mantener el primer tramo del gasoducto Néstor Kirchner, que se extiende por 573 kilómetros. A esta se le suma la extensa red de transporte que opera la firma desde el centro al sur del país.

A estas obras se le suman numerosos proyectos en carpeta de la mano de Vaca Muerta. En gas, está previsto el segundo tramo del gasoducto Néstor Kirchner, el gasoducto Mercedes – Cardales (obra complementaria del primer tramo) y la reversión del Gasoducto Norte, que incluye un gasoducto a hacer entre La Carlota y Tío Pujio.

En cuanto al petróleo, está el oleoducto Vaca Muerta Oil Sur, previsto para la exportación, y el proyecto Duplicar de Oleoductos del Valle (Oldelval). Una obra en la que fue clave el scraper fue para la reapertura del Oleoducto Trasandino (Otasa), que permitió retomar las exportaciones de petróleo a Chile.

El ducto estuvo 17 años sin actividad, por lo que «hubo que hacer el estudio de integridad de ducto«, marcó el ejecutivo. Tiene una extensión de 427 kilómetros con capacidad para trasladar hasta 110.000 barriles de petróleo por día.


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