España, el país de las cirugías

Las cirugías plásticas son un boom en ese país.

MADRID (DPA).- Hacía años que E. P., una española de 27 años licenciada en Geografía, no estaba contenta con su nariz. Después de inútiles esfuerzos por «aceptarse por lo que uno es y no por su apariencia», la joven decidió someterse al bisturí del cirujano. «Lo hice únicamente por mi imagen», dijo al diario «La Vanguardia». «En parte era una obsesión, porque la gente me dice que era igual de guapa».

La cirugía estética ya no es sólo para los ricos y famosos. Toda clase de gente, desde cajeras de supermercado a adolescentes y hombres en busca de mayores perspectivas de éxito en su carrera se someten a una cirugía estética en España, el país europeo donde se realizan más operaciones de este tipo, según la prensa local.

«Entre los clientes hay desempleados, empleadas domésticas y gente de campo», afirma Fernando Barragán, director de una clínica madrileña.

Unas 350.000 operaciones estéticas son practicadas anualmente en el país, de acuerdo con la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética.

A lo largo de la última década, se han duplicado con un crecimiento anual del 8%. «Somos un país mediterráneo en el que la gente pasa mucho tiempo en la calle, el buen tiempo dura meses y todos quieren mostrar la piel y verse bien», señala el presidente de SEPCRE, José Manuel Pérez Macías.

Las intervenciones más populares son la liposucción, el aumento de pecho y la rinoplastia. También son comunes la eliminación de bolsas bajo los ojos, reducciones de estómago y liftings faciales. La cirugía estética no es barata. Un lifting, por ejemplo, puede costar hasta 9.000 euros (11.000 dólares) en España. Pero las grandes compañías que ofrecen estos servicios también promocionan facilidades de pago, y su agresiva publicidad ha creado la sensación de que pasar por el bisturí es tan fácil y común como ir a la peluquería.

Según «La Vanguardia», algunos padres españoles regalan liposucciones o rinoplastias a sus hijas por su cumpleaños. Aunque el 80 por ciento de los pacientes son mujeres, el interés masculino está creciendo. En una clínica de Barcelona, el número de clientes hombres pasó del 10 al 25 por ciento en cinco años.

Los medios españoles publican con frecuencia artículos más bien acríticos en los que se subraya la fama de los cirujanos locales y se muestran fotografías de resultados espectaculares. No se habla mucho de los riesgos.

Un lifting, por ejemplo, puede dejar cicatrices, infecciones e incluso una parálisis nerviosa, aun cuando es practicado por un cirujano experimentado. Además, las autoridades españolas han clausurado decenas de clínicas ilegales en los últimos años. Varias mujeres españolas murieron durante una liposucción. Más de mil pacientes de este tipo de operación demandaron a sus doctores en el 2002, según «El Mundo».


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