Familia Sfeir, parte de la historia neuquina basada en el trabajo

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Para homenajear a esta familia, comenzamos con Ángela “Coca” Allaltuni de Sfeir que fue una perseverante luchadora desde la vida y por la Cooperadora del hospital Castro Rendón. Su incansable labor hizo que la Terapia Intensiva Pediátrica del hospital lleve su nombre. Había nacido en 1926 en Maquinchao, Río Negro, lugar en el que conoció a Elías Sfeir, quien asistía a menudo a visitar parientes. Poco tiempo después, el 6 de febrero de 1943, la pareja se casó y se quedaron en la ciudad rionegrina. En 1946, la familia se trasladó a Bariloche debido a que Elías trabajaba en Parques Nacionales. Posteriormente se mudaron al barrio porteño de Caballito. Coca y Elías tuvieron tres hijos: “Charo” Rosario Ángeles, que estudió Bellas Artes; Mario Carlos y Beatriz Alicia, médica psiquiatra. En 1961 vinieron a probar suerte a estas tierras tan inhóspitas como generosas. Abrieron un negocio de ropa de hombre en la Galería Iommi, ubicada en la primera cuadra de la Avenida Argentina. No tardarían en cambiar de rubro: al poco tiempo se dedicaron a la venta mayorista de frutas y verduras a través de su negocio El Turco, ubicado a la vera de la ruta 22. De allí se trasladaron a la calle Láinez, en donde tuvieron un maduradero de bananas. Coca empezó a trabajar en la Cooperadora del hospital Castro Rendón. El trabajo allí era, por un lado, arduo y, por otro, absolutamente placentero, ya que consistía en realizar campañas de socios, pedidos de donaciones a empresas y comercios y organizar rifas, ferias, maratones y festivales deportivos y culturales.

Pero lo más importante del funcionamiento de la Cooperadora es que se ocupaba de asistir a todos los servicios del hospital en equipamiento, medicamentos, indumentaria y becas de perfeccionamiento de servicio. En ese sentido, se entregaron varios subsidios, se compró una ambulancia y diferentes equipamientos. Además de lo mencionado, la Cooperadora también fue responsable de la construcción del sitio en donde funciona el kiosco del hospital. Coca recibió diversos premios y reconocimientos.

Su hijo, Mario, llegó a Neuquén a los 15 años en 1963. Se casó con María Magdalena Kraieski, tuvieron 3 hijos (María de los Ángeles, Leandro Elías y Yasmina Luján) y además 9 nietos (Natalia, Leo, Aníbal, Pedro, Faustino, Manuel, Facundo, Jerónimo y Paulina). Abrió un supermercado en la ciudad que se llamaba Chickens (ubicado en calle Misiones y Lastra) y dos sucursales en Entre Ríos y Rivadavia y otra en calle Alderete. Fue militante del MPN y el Club Independiente. Después de dejar sus comercios trabajó en distintas áreas como empleado público municipal y provincial. Fue el presidente de la Unión Cultural Sirio-Libanesa que conformó con Luis Drube y Ricardo Soiza. Los tres participaban de todos los eventos culturales que sucedían en la capital neuquina en constante crecimiento. Además recibió a tres embajadores en simultáneo: el de Siria, Líbano y Palestina.

Esta familia, como muchas otras, formadas por hijos de inmigrantes, arribó a la provincia –y en este caso a la capital neuquina–, puso manos a la obra en pos del engrandecimiento de la capital y nunca más partió. Coca, en su fecunda labor en la Cooperadora del hospital Castro Rendón, y sus hijos, abocados a distintas tareas pero siempre teniendo el mismo objetivo de laboriosidad que su madre.

Beatriz Carolina Chávez

DNI 6.251.256

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