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Kombucha: la bebida fermentada que beneficia a nuestro organismo

Su consumo favorece y mejora la digestión ya que asimila los nutrientes de nuestros alimentos, entre otras bondades. Aprendé cómo prepararla.


Melisa Randazzo (@simbiosis.lab) es cocinera vegana y va recorriendo el camino por el lado de la cocina sin gluten. Además, hace varios años viene investigando sobre los beneficios que genera el consumo de bebidas fermentadas. Se considera una cocinera fermentista que va revalorizando y redescubriendo estos alimentos que promocionan la salud. La kombucha capta toda su atención. Para Melisa la kombucha es vida, es un alimento del bien. Se trata de una bebida fermentada que tiene su origen en China y que se elabora a partir de una infusión de té a la que se le agrega un scoby (colonia simbiótica de bacterias y levaduras) y algo de kombucha, reservada de la elaboración anterior.

Los alimentos fermentados pasan por una acción transformadora de microorganismos que generan alimentos más digeribles, menos tóxicos, con un aroma y sabor particular.

El consumo de estos alimentos tiene varios beneficios a la salud ya que favorecen el funcionamiento del aparato digestivo, mejorando la digestión y asimilando los nutrientes de nuestros alimentos, alivian el estreñimiento, fortalecen la función inmunitaria (contienen vitaminas del grupo C y B) y al tener antioxidantes, permite la limpieza de la sangre y el hígado. Aportes que contribuyen con el bienestar general de nuestro cuerpo.

La preparación lleva un tiempo de fermentación de 7 a 10 días (primera fermentación) en un lugar oscuro en condiciones ideales de temperatura entre 22 y 28°. Cuidar la temperatura ambiental es importante ya que modificará los tiempos del proceso de fermentación.

Melisa explica el proceso de la siguiente forma: “Lo que va a suceder es que los microbios van a consumir el azúcar y el té, transformándolo en una bebida levemente ácida y efervescente. Cuanto más tiempo fermente, más ácida se vuelve (ya que contiene bacterias del género acetobacter) y por lo tanto el contenido de azúcar residual va a ser menor. La fermentación acabará cuando nosotros lo decidamos. Podemos ir probando hasta que nos guste la acidez y el sabor. En ese momento filtramos la kombucha, embotellamos y colocamos en heladera o bien, también podemos realizar una segunda fermentación filtrándola (reservamos por un lado el scoby y un poco de líquido para la siguiente tanda), la embotellamos agregando jugos de frutas o frutas cortadas, o hierbas para darle aromas y sabores. A esta segunda preparación la dejamos 4 días más a temperatura ambiente y luego colocamos en la heladera para comenzar a consumirla”.

Una buena fermentación dependerá de la temperatura, el tiempo y un buen flujo de oxígeno ya que es un cultivo aeróbico. Es recomendable comenzar a consumir un vaso en la mañana, puede ser en ayunas, luego iremos sintiéndonos y la beberemos cuando nos guste.


Cómo se hace


Para realizar un litro de kombucha vas a necesitar:
1 litro de agua
4 saquitos de té o 5 g (verde, rojo, negro)
100 ml (o sea 10% de kombucha de la tanda anterior)
scoby


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