Giannini-Folatelli: el demonio está suelto y se va de gira a la cordillera

El dúo de voces, bajo y percusión llevó al estudio su proyecto “Sal demonio” y, con el disco bajo el brazo, comenzará este domingo, en Roca, una serie de presentaciones que continuarán durante enero.

Gustavo Giannini no para de tocar ni aún acostado. ¿Será ese demonio interior (y musical) que lo mantiene inquieto? En reposo por un accidente sufrido semidoméstico (se le vino un portón de hierro encima y le fracturó feo el fémur de su pierna derecha) hace ya ocho mese que lo mantuvo buena parte de ese tiempo yendo de la cama al sillón, este bajista que no podía tocar y cantar a la vez, empezó a cantar y, de vez en cuando, tocar junto a su amigo el baterista y percusionista Pedro Folatelli. De aquellas sesiones hogareñas una idea tomó forma: la de conformar un dúo de bajo y percusión que versione temas con la voz de Giannini, por primera vez en el rol de cantante. Afines de julio salieron de la casa del bajista para estrenar el espectáculo al que llamaron “Sal demonio”. Desde entonces, no pararon de tocar y de cantar. Era inevitable que los siguientes pasos fueran un disco y una gira. Y de eso, del disco que ya puede escucharse en You Tube y de la gira que hoy comenzará en Roca (ver aparte) y que continuará durante las dos primeras semanas de enero en la cordillero es de lo que Gustavo Giannini y de lo que hablamos con Gustavo Giannini.
Lo primero que quisimos saber era cómo seguía su recuperación, sesiones de rehabilitación en Adanil mediante, y su respuesta fue que está trabajando para llegar al Cosquín Rock sin muletas y tocar junto a Animales en Cautiverio, la banda paralela de Mariano Martínez, de Attaque 77.

Cuando vino (Mariano Martínez) pegamos buena onda. Tengo que estar el 24 de enero para los ensayos y me prometí que iba a llegar caminando, porque ir en muletas a tocar punk rock en el festival de Cosquín no da (risas)”. Lo cierto es que, si bien no está completamente recuperado, necesita sólo de una muleta para moverse.
De vuelta a “Sal demonio”, Giannini, recuerda que cuando empezaron Pedro no tenían pensado hacerlo en vivo. Sin embargo, tras aquella primera presentación en julio pasado, le siguieron decenas de shows a lo largo del Alto Valle. “Lo que hemos tocado con este proyecto es increíble. Y esa gimnasia de tocar casi todos los días le fue dando forma a la idea de llevarlo al estudio”, reconoce.


El nexo entre los músicos y el disco fue otro músico: Roberto García, quien además de ser el guitarrista del quinteto de Giannini, tiene en Roca uno de los mejores estudios de grabación de la región. “Nosotros habíamos pensado hacer la temporada de verano recorriendo la cordillera y decidimos acompañar esta gira con un disco”.


Acerca de la gira, el bajista reveló que tenían ganas de volver a tocar en la calle: “en la calle se vive otra cosa, que la gente te encuentre tocando lo tuyo está buenísimo. Queremos recuperar eso y me parece que la música que hacemos en este proyecto da para tocar en la calle. Al final, metimos fechas en un montón de lugares por lo que vamos a hacer calle y bares”.
“Sal demonio” es un disco de versiones muy personales de Giannini que buscan no parecerse en nada a las versiones originales. El disco es también una buena manera de conocer la banda de sonido de la vida del propio Giannini, o al menos de buena parte de ella. Así es como conviven canciones de Silvio Rodríguez, Fernando Cabrera y Peteco Carabajal con otras de Viejas Locas, Hermética y Sumo.
El disco tiene un bonus track que llegó desde el otro lado de las consolas:las manos de Mario Sobrino, legendario técnico de grabación de los no menos legendarios estudios TNT y RCA, actualmente en Melopea, el búnker de Litto Nebbia. Desde hace tiempo Giannini forma parte de las bandas de Nebbia, de ahí su relación con Sobrino. “Le mandé unos temas para que escuche y nos diga qué onda y resultó que nos ofreció masterizarlo y mezclarlo. ¡Imaginate! Para mi fue tremendo: hizo maravillas.Me encantó cómo lo dejó. Un lujo que no estaba en nuestros planes”, reconoce.


Lo que sigue es un repaso tema por tema de “Sal demonio” en palabras del propio Gustavo Giannini.
“Inconsciente Colectivo”/ “El tiempo está después”: hace unos días escuchaba mi disco “Nunca confíes en un guitarrista”, pero en la versión en sobrecitos que saqué en 2004. Ahí redescubrí que en el final de un tema tiraba el final de “Inconsciente colectivo” y no me acordaba. Rescaté aquella versión y a usé para abrir este disco. Y se pega con el tema de Fernando Cabrera, precioso tema que fue el primero que probé cantar. Es difícil escucharse uno mismo que tu propia voz te guste. Para mi sigue siendo un gran desafío.

FOTO: ANDRES MARIPE

“Chayita del vidalero”: un tema muy viejo que yo conocí por un disco de Willy González, un bajista que hace folclore que es tremendo. Fue versionado por Mercedes, Liliana Herrero… Nosotros hicimos un versión con un poco de todas esas versiones. Tiene el agregado de Leopoldo Deza, un músico tucumano que se toca todo, en flauta traversa, y Mariano Gómez que se encargó de la percusión y de que esta chayita suene a chayita porque ni Pedro ni yo tenemos mucho paño con estos ritmos.

“Tu laberinto”: una versión de una balada de Jaime Ross, pero que se cae de maduro que es un bolero. Nosotros la versionamos justamente en clave de bolero.

“Bailarín de los montes”: un tema de Peteco Carabajal que yo conocí en la versión que hace Willy Gonzalez y Micaela Vita. Nuestra versión es más parecida a esta que a la original de Peteco. Es un tema que yo hacía mucho con un trío en el que cantaba Daniela Amondarain. Ahora lo cantó yo (risas). Lo tenemos como invitado al pianista Robinson Ibaca, que hace un solo tremendo. Es como Chick Corea tocando folclore.

“Olvídalo y volveré por más”: un tema de Hermética que está en “Víctimas del vaciamiento” (1994) y que yo conozco de mi adolescencia. Un tema que siempre me llamó la atención porque era el único que cantaba Iorio, que no tenía esa voz típica de O’Connor. En aquel entonces, recuerdo, no se sabía si se lo habían dedicado a Massaccesi o Menem, pero que, como “Cambalache”, no pierde vigencia y le cabe a cualquier político. Es una versión muy atípica, más folclórica, con bombo legüero y solos de saxo. Esta versión la armé cuando fui telonero de Marty Friedman, el guitarrista de Megadeth, en el Cine Español de Neuquén, para que enganche a los heavies de esa noche.

“Mañana en el Abasto”: esta versión surgió hace mucho y que toqué bastante con el quinteto. Fue mi primer intento como cantante. Iba a estar en “Nunca confíes en un guitarrista”, hablé con Andrea Prodan, el hermano de Luca, para ver si la quería cantar, y me dijo que no porque la versión original le parecía insuperable. También se lo propuse a Andrés Giménez, de ANIMAL, pero tampoco se dio. En Sal demonio quedó una versión tirando a candombe. La original es con una caja de ritmos que nosotros corrimos un poquito la armonía para que suene más rioplatense (risas).

“Todo sigue igual”: Siempre me gustó Viejas Locas y las letras de Pity. Este tema del primer dsico de ellos nosotros lo hicimos tirando para el lado del bossanova medio rara. La intro es un tema que se me había ocurrido como un bossanova que se pega con “Todo sigue igual” y me queda cómo pata tocarla y cantarla a la vez.

“El necio”: cuando tenía 22, 23 años tenía un casete que de un lado tenía a Silvio Rodríguez y del otro, a V8. Ese casete de algún modo describe el repertorio y los compositores que me acompañaron desde siempre. Esta es un canción que siempre me gustó de Silvio y que nosotros versionamos para bajo y percusión que está bastante bien lograda. Sin embargo, es el que más me costó cantar y el que menos me convence como lo canto (risas).

“Tutanka”: es un tema mío de Rebel Music, una banda de reggae que yo tenía. No hay mucho por decir al respecto, sólo escucharlo.

“La maza”: una versión instrumental del clásico de Silvio Rodríguez, en la que a la melodía la lleva el bajo.

“Sólo se trata de vivir”: un tema que me encanta de Litto Nebbia. Estaba grabado sólo con bajo, pero vino Robinson y le agregó un piano Rhodes buenísimo. Entonces ya no se justificaba que yo le hiciera los acordes. Le saqué ese bajo que había grabado y le agregué un bajo base.


Con el disco en las redes y, próximamente, en formato físico, Giannini sume que el mayor desafío desde lo vocal fue “El Nesio”: “No me cerraba por ningún lado, pero que Mario Sobrino retocó muchísimo para una versión digna (risas). El tema me encanta pero lo prefiero cantado por Silvio (risas)».


Gustavo Giannini no para de tocar ni aún acostado. ¿Será ese demonio interior (y musical) que lo mantiene inquieto? En reposo por un accidente sufrido semidoméstico (se le vino un portón de hierro encima y le fracturó feo el fémur de su pierna derecha) hace ya ocho mese que lo mantuvo buena parte de ese tiempo yendo de la cama al sillón, este bajista que no podía tocar y cantar a la vez, empezó a cantar y, de vez en cuando, tocar junto a su amigo el baterista y percusionista Pedro Folatelli. De aquellas sesiones hogareñas una idea tomó forma: la de conformar un dúo de bajo y percusión que versione temas con la voz de Giannini, por primera vez en el rol de cantante. Afines de julio salieron de la casa del bajista para estrenar el espectáculo al que llamaron “Sal demonio”. Desde entonces, no pararon de tocar y de cantar. Era inevitable que los siguientes pasos fueran un disco y una gira. Y de eso, del disco que ya puede escucharse en You Tube y de la gira que hoy comenzará en Roca (ver aparte) y que continuará durante las dos primeras semanas de enero en la cordillero es de lo que Gustavo Giannini y de lo que hablamos con Gustavo Giannini.
Lo primero que quisimos saber era cómo seguía su recuperación, sesiones de rehabilitación en Adanil mediante, y su respuesta fue que está trabajando para llegar al Cosquín Rock sin muletas y tocar junto a Animales en Cautiverio, la banda paralela de Mariano Martínez, de Attaque 77.

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