La autora de esas historias en las que todo termina bien

LONDRES (DPA) – Aunque Rosamunde Pilcher aparezca en las fotografías casi siempre con el rostro serio y amargado, las novelas de esta autora de bestsellers británica son una garantía de bienestar: historias románticas sobre buenas personas en escenarios rurales idílicos.

El sexo y los crímenes existen sólo entre líneas y los malos son castigados siempre al final. Con ventas millonarias de sus libros en todo el mundo, Pilcher celebró días atrás su 80 cumpleaños. La escritora defiende un mundo bondadoso incluso pese a que sus personajes, como en su más reciente libro, «Solsticio de invierno» (Plaza & Janés), deban afrontar duros golpes del destino.

Sus novelas, llevadas muchas veces a la pantalla chica en películas para televisión, son una garantía además de altas cuotas de rating. Ya con 18 años Pilcher publicó su primer cuento y ese mismo año se presentó para prestar servicio militar en el Women's Royal Naval Service, con el que fue enviada a India.

Tras regresar en 1946 se casó con el oficial -en ese momento herido- y comerciante de yute Graham Pilcher y se trasladó a Dundee, en Escocia. Allí siguió escribiendo historias cortas con el seudónimo de Jane Fraser. Durante muchos años se ocupó en primer término de sus cuatro hijos y «el enorme jardín». Pero en cuanto la familia se valió por sí misma colocó la máquina de escribir sobre la mesa de cocina y empezó su trabajo, «siempre con un enorme vaso de whisky y las ideas en los papelitos con las listas de la compra».

Fue con 63 años que tuvo su primer gran éxito: Su drama familiar «Los buscadores de conchas» se colocó en las listas de los más vendidos, como casi todos los libros que vendrían después.

La escritora sólo habla de dinero si se le pregunta. Seguramente podría pagarse un Mercedes Cabriolet, admite, pero no le interesa.

«Aquí en Escocia la gente viaja en coches sencillos», asegura. Y de la misma manera, del tendedero de la ropa lavada cuelgan en su casa tres cardigans iguales de producción masiva.