La ceniza obligó a cerrar el paso Samoré

Mariana Fernández

erupción del volcán puyehue

VILLA LA ANGOSTURA, SAN CARLOS DE BARILOCHE (AVLA, AB) – Por segundo día consecutivo la nube de ceniza volvió a castigar a las ciudades ubicadas sobre el lago Nahuel Huapi al igual que sus vías de comunicación, al punto que por la tarde Vialidad Nacional dispuso el cierre del paso internacional Cardenal Samoré hasta hoy por la visibilidad nula sobre la ruta 231 en el límite fronterizo.

El fenómeno fue provocado sobre todo por el viento porque aunque el volcán aumentó su actividad sísmica, la erupción sigue catalogada como estable y de baja intensidad. (Ver pronóstico)

Ayer precipitó material volcánico muy fino que alcanzó a cubrir de un manto blanco calles y parques recién limpios. Los barbijos y las antiparras volvieron al paisaje angosturense.

Asimismo, se recomendaba circular con extrema precaución en la ruta 40 en el tramo comprendido entre el Collón Cura y el límite con la provincia de Río Negro, en la naciente del Limay.

Por la mañana varios vecinos angosturenses llamaron a Defensa Civil para solicitar que suspendan las clases. Desde el área se informó que no había riesgo ni motivo basado en informes de organismos pertinentes que justificaran el incremento del nivel de alerta.

El secretario de Seguridad y Defensa Civil recordó que la suspensión de clases se debe coordinar primero con el Consejo Provincial de Educación. Asimismo, indicó que la ceniza no es tóxica y que no hay riesgo para la población si se toma los recaudos necesarios y señaló el uso obligatorio de barbijo y antiparras.

En tanto en la ruta 231 la visibilidad era reducida pero las condiciones, aseguró Tressens, eran buenas. Según se informó el paso se rehabilitará hoy, a partir de las 8 horas.

En Bariloche Defensa Civil volvió a recordar que en día de fuertes vientos es necesario salir a la calle con barbijos y antiparras y en especial hay que tener cuidado en no exponer a niños y bebés, que no deberían estar a la intemperie en esas condiciones.

Lo que aumenta la molestia es la arena depositada en los techos, que se vuela y causa problemas.

Ni el Museo del Centro Cívico está limpio y numerosos edificios tienen arena en sus techos. También hay numerosos vecinos que nunca limpiaron sus veredas y patios. Todo ello contribuye a que el lugar, en días de fuertes vientos, se asemeje a un temporal en el medio de desierto.

El decano del Centro Regional Universitario de la UNC, Víctor Baéz, sostuvo que la ceniza es muy abrasiva y tiene puntas filosas que pueden dañar ojos y vías respiratorias. Sumó su voz a la de los que recomiendan usar barbijos y antiparras y a no salir sin ellas en días de fuertes vientos.

En diálogo con Radio Seis, explicó que lo que vuela “no es nada bueno” y confirmó lo que se viene reiterando desde que se conformó el Comité Científico Técnico que integra la universidad: “lo que sobrevuela es muy abrasivo”, dijo. Negó que los científicos oculten información a los vecinos y destacó que es la primera vez que “todas las instituciones nos juntamos en pos de un mismo objetivo que es el cuidado de la salud, pedimos a la población que colabore también, porque es la mejor forma de no enfermarnos”.

“Vamos a tener que aprender, vamos a tener que convivir con esta situación durante muchos meses, hasta que todo el proceso de cenizas se incorpore en el suelo y el volcán deje de tirar ceniza, vamos a tener que acostumbrarnos a esto, es responsabilidad de cada uno, llega un momento en que los barbijos no alcanzan y ahí hay que quedarse en la casa”, manifestó.