La justicia como arte

Cuando pienso en la justicia pienso en positivo, en futuro y en plural: siempre hay otro con el que interactúo para mejorar lo que viene, y esa relación nos afecta a ambos y a otros más allá de nosotros. La justicia es una cualidad de todo intercambio humano y de esa forma es parte de mi vida de todos los días.

En el 2015 pregunté a varias personas en distintos lugares del país qué pensaban sobre la justicia. Las respuestas fueron diversas, pero compartían una convicción alarmante. La justicia aparecía como una fuerza externa, extraña, violenta, negativa y atemorizante, como un castigo, una pena, algo que llega después, tarde. Mis interlocutores aludían a privilegios de un mundo oscuro, sólo accesible para los ricos, un mundo en el que los abogados y los jueces sólo se entienden entre ellos. Algunas palabras se repetían como violencia, Poder Judicial, justicia legítima, partido judicial. En todo caso, la justicia era un poder de otros que se padece, nunca un valor compartido que se ejerce.

La Argentina del 2016 inicia una época de cambio. Y los argentinos necesitamos y podemos desprendernos de aquellas connotaciones negativas y violentas de la justicia. Nada ni nadie nos ata a ello. Podemos vivir la justicia como un valor, como una disposición, como un arte: el arte de dar a cada uno lo que le corresponde. Arte que todos podemos ensayar con nuestros hijos, hermanas, vecinos, empleadas, compañeros de trabajo, socias, jefes. Respetando al otro, escuchándola, integrándolo, aprendiendo de ella, no discriminando, respetando sus derechos. Podemos, debemos, volver a intentarlo cada vez que nos defrauden, evitando hacer volar todo por el aire o delegando la solución en otros que no somos nosotros, una costumbre que debemos comenzar a desterrar.

A nuestra manera, todos podemos “hacer” justicia explicitando nuestros reclamos, escuchando los de los otros, dialogando y acordando, y volviendo a empezar. En este sentido la justicia no nos es ajena. Podemos ser sus artífices, podemos realizarla a medida que ganamos práctica en su ejercicio.

Aquellos que asumimos responsabilidades públicas en el gobierno enfrentamos un desafío mayor: debemos ser conscientes de que ejercemos el arte de la justicia en cada ámbito y en cada política que nos toca diseñar e implementar. Ya sea que se trate de una política social, económica, educativa, judicial, impositiva, de salud, de derechos humanos, de seguridad, y cualquiera sea el ámbito del que provenga –Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial– siempre “hacemos” justicia definiendo el quién (los sujetos, el “cada uno” de la definición), el qué (lo que corresponde a cada quien, “lo suyo”), cuánto le corresponde a cada uno y, lo más importante del ejercicio de este arte, el cómo (cómo decidimos el quién, el qué y el cómo hacerlo efectivo). Con roles distintos, todos los funcionarios hacemos justicia. No solamente los que integran el Poder Judicial. Nuestra responsabilidad es inmensa. Debemos hacerla valer y hacernos cargo de ella.

Un concepto amplio de justicia como el que sugiero permite abrir el ejercicio de este arte a todas las personas. Permite “democratizar” la justicia mediante una verdadera participación popular basada en el diálogo, el consenso, el compromiso, el ejercicio de derechos y la asunción de responsabilidades. Comienza en nuestra relaciones personales, familiares y se extiende al Estado. Permite fortalecer la república y sus instituciones interpretando las reglas de la Constitución de forma tal de tener acuerdos sobre cómo disentir y sin embargo seguir siendo una comunidad. Facilitará la concreción de una reforma integral y consensuada del sistema judicial, haciéndolo más confiable, transparente, cercano a la gente y, sí, más justo: con mayor capacidad de mostrar una “voluntad constante de dar a cada uno lo suyo”.

En la justicia, como en todo arte, sólo la práctica lleva a la perfección. Cuanto más conscientes seamos de la importancia de este arte particular que podemos ejercitar todos los días y nos hagamos cargo de ese ejercicio en forma razonada y razonablemente, más justa será nuestra sociedad.

*Secretario de Planificación. Ministerio de Justicia de la Nación

Debemos ser conscientes de que ejercemos el arte de la Justicia en cada ámbito y en cada política que nos toca diseñar e implementar.

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Debemos ser conscientes de que ejercemos el arte de la Justicia en cada ámbito y en cada política que nos toca diseñar e implementar.

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