La nueva Justicia

Apenas un año demoró Jorge Sobisch en consolidar la conquista de la Justicia neuquina. Esta semana renunció Arturo González Taboada, el último de los cinco vocales del antiguo Tribunal Superior de Justicia (TSJ). Con la vacante que dejó el gobierno tiene vía libre para avanzar un paso más en un proceso de colonización que se inició en el verano del 2004.

Aún no se había despedido González Taboada de sus compañeros de trabajo que el Poder Ejecutivo ya estaba enviando a la Legislatura la terna para su reemplazo, siguiendo así el veloz ritmo de las polémicas transformaciones que se sucedieron en la Justicia neuquina en los últimos meses.

Como en las estadísticas de un partido de básquet, el gobernador anotará cinco de cinco cuando se produzca en la Legislatura la designación del nuevo vocal, probablemente en febrero.

Esto significa que el TSJ completo contará con el padrinazgo de Sobisch. Por lo tanto, el gobernador aumentará su influencia sobre una Justicia que se desprestigia cada vez que el Ejecutivo no limita sus funciones y avanza sobre otros poderes del Estado.

El gobierno está conduciendo la política judicial hacia un hecho fundacional, a través de movimientos estratégicos promovidos por los hombres que ahora tienen el poder de decidir en la cúspide de la Justicia.

Pero en los tiempos de cambios que corren hay funcionarios judiciales que, por su independencia de criterio, no encuadran en el nuevo esquema. Es el caso del fiscal de Cámara Ricardo Mendaña, quien será sometido a un jurado de enjuiciamiento para echarlo del Poder Judicial.

Es evidente que en este proceso de transformación hace falta un caso alec

cionador para el resto de los integrantes del Poder Judicial y ha quedado claro que han decidido crucificar a Mendaña, un fiscal que además de no tener vínculos con el poder de turno era el único que podía intentar llegar hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación para apelar el sobreseimiento que se dictó a favor de Sobisch en la causa por el presunto delito de cohecho.

Ese expediente judicial lo inició en diciembre del 2002 el ex diputado Jorge Taylor y acompañó su denuncia con imágenes obtenidas con una cámara oculta. La presentación involucró a Sobisch y al ex vicepresidente de la Legislatura, Osvaldo Ferreyra.

Esta causa y la fundación de un nuevo Poder Judicial con premios y castigos son dos hechos que están asociados.

En la anterior gestión de Sobisch se produjeron tres vacantes en el TSJ, pero el gobernador no tenía fuerza suficiente en la Legislatura para designar a los nuevos vocales.

En diciembre del 2002 sacudieron la política neuquina la denuncia de Taylor y las imágenes que registraron las citas que mantuvo el ex legislador con el gobernador y con Ferreyra.

Con esa documentación, Taylor denunció que le habían ofrecido un crédito a cambio de facilitar el quórum que el Movimiento Popular Neuquino no tenía para tratar las nuevas ternas.

Sobisch ya había desfilado por los juzgados luego de su primera gestión de gobierno, pero nunca enfrentó nada parecido a la denuncia que promovió Taylor.

En el 2003 el gobernador obtuvo la reelección y un resultado en las urnas que le permitió, desde el 10 de diciembre de ese año, controlar la Legislatura con diputados de su partido y aliados del menemismo. Así consiguió la llave que antes no tenía para designar a tres de los cinco vocales que integran el TSJ.

El gobernador fue cuidadoso en la selección. Promovió el ascenso de dos camaristas que votaron su primer sobreseimiento en la causa de la cámara oculta, los ahora vocales Jorge Sommariva y Roberto Fernández. El elegido para ocupar la tercera vacante fue el juez Eduardo Badano, quien también votó por el sobreseimiento de Sobisch, pero cuando la causa llegó al TSJ.

Los tres jueces conformaron la nueva mayoría en el verano del 2004 e impulsaron cambios y políticas que mantienen, desde entonces, en estado deliberativo al Poder Judicial y en alerta a la sociedad que ha detectado una invasión del poder político sobre la Justicia.

El fiscal Mendaña, que se opuso al sobreseimiento y ha dado batalla en las distintas instancias judiciales, fue suspendido esta semana en su cargo, al habilitarse el jurado de enjuiciamiento. Por esa razón ahora no puede apelar el reciente rechazo del TSJ a un recurso extraordinario que el fiscal había presentado para llegar con el caso a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Con esta traba que le impusieron a Mendaña, Sobisch quedó más cerca del sobreseimiento definitivo de una causa que el gobernador quiere clausurar, pero de la que todavía se habla y se hablará.

El gobernador insiste en que en Neuquén la Justicia es independiente y eficaz. Pero esta semana la familia Zanon, propietaria de la fábrica de cerámicos que está ubicada en Parque Industrial de la ciudad de Neuquén, se preocupó en destacar que no es así.

Los Zanon iniciaron una demanda millonaria contra el Estado provincial porque los jueces de aquí no actuaron ante la ocupación de la fábrica por parte de los trabajadores, ni respondieron los pedidos del juez de Capital Federal que tiene el expediente del concurso de acreedores de la empresa.

El reclamo por daños y perjuicios, que puede llegar hasta 300 millones de pesos, cayó mal en el gobierno neuquino que, por ahora, se paró frente al caso Zanon como observador.

Gerardo Bilardo gbilardo@rionegro.com.ar


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