La terminación de Atucha IIes prioritaria para el gobierno 24-11-03

Paralizada desde 1994, podría generar más energía que El Chocón

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El gobierno nacional pretende poner en funcionamiento la central atómica Atucha II antes de 2007 para aumentar la capacidad de generación energética y aventar los fantasmas de «colapso» del sistema eléctrico pronosticados desde distintos sectores.

Sacar esta monumental obra de los diez años de letargo que marcaron su historia reciente y concluirla demandará 489 millones de dólares. La decisión está tomada pero aún resta definir la forma de financiamiento -que dependería de crédito externo- para traducirla a un anuncio oficial.

Hace dos meses que los funcionarios de la secretaría de Energía y de Nucleoeléctrica Argentina SA (NASA, la operadora de las centrales atómicas) iniciaron gestiones con la contratista Siemens para redefinir la terminación de los trabajos pendientes. Las estimaciones de los técnicos de NASA hablan de 52 meses, pero el gobierno pretende concluirla en tan sólo 44.

El grupo Siemens delegaría la obra en su socia francesa Framatome-ANP, que la semana pasada entregó un informe preliminar a sus interlocutores argentinos con las condiciones técnicas, económicas y legales en que asumiría el trabajo.

Atucha II se levanta junto a su homónima y antecesora -Atucha I- a orillas del río Paraná de las Palmas, en la localidad bonaerense de Lima. El Estado lleva invertido unos 2.700 millones de dólares en la central que alcanzó un 80 por ciento de concreción de obra antes de quedar paralizada en forma definitiva en 1994.

El proyecto para erigir la tercera central -prevista dentro del plan nuclear que contemplaba la contrucción de 10 reactores de potencia- comenzó a ejecutarse en 1981 y cuatro años después sufrió su primera paralización. En ese momento el gobierno de Alfonsín decidió priorizar la generación de energía hidroeléctrica y cerró el flujo de fondos hacia el sector nuclear.

Los trabajos fueron retomados por la administración menemista en 1992 con el objetivo de privatizar las centrales, pero a poco de andar se intentó un traspaso total a manos privadas que fracasó por falta de interesados.

Al momento de «bajarle el pulgar» Atucha II tenía el 90 por ciento de los componentes adquirido, pero sólo el 60 por ciento estaba montado. La «conservación» del resto -dispuesto en despósitos especiales- demandó once millones de pesos anuales. En los 10 años transcurridos las «tareas de conservación» permitieron un avance moderado de las obras pese a la parálisis. Gran parte de las tuberías y componentes que estaban dispuestos en carpas especiales fueron trasladados al lugar de montaje por los técnicos locales que núnca perdieron la esperanza de ver la central en marcha.

La paralización de Atucha II representó una segunda pérdida para el país que se privó de sumar al sistema eléctrico nacional los 745 MW de potencia máxima -695 MW en promedio de generación- que producirá la central, un caudal de generación superior al que brinda El Chocón.

Nota asociada: Mesurado optimismo de científicos por cambios en la CNEA  

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