Las gatas preñadas necesitan una alimentación reforzada

En esta nota verás con qué enriquecer el balanceado habitual y también cómo acompañarla mejor durante el parto.

Las gatas preñadas necesitan una alimentación reforzada

En esta nota verás con qué enriquecer el balanceado habitual y también cómo acompañarla mejor durante el parto.

Muchos dueños solo se dan cuenta de que su gata está preñada cuando el embarazo está ya avanzado.

No hay que entrar en pánico, pero sí asegurarse de hacer determinadas cosas que hagan más fácil la vida a nuestro animal, dicen los profesionales.

Lo más importante seguramente es alimentar bien a la gata. Necesita mucha proteína, y esta se encuentra en la ricota, la clara de huevo y en los copos de cereales.

Se recomienda mezclar estos alimentos con su comida habitual. En las tiendas de mascotas, no obstante, suele haber comida especial para gatas embarazadas.

“Siempre es recomendable acudir al veterinario para prepararse para el parto. Y una de las cosas de esta preparación es la comida apropiada”, dice Bettina, de la revista “Nuestros gatos”.

Las gatas caseras embarazadas buscan aún más de lo habitual la cercanía de las personas. “Durante el embarazo, la gata debe tener más atención y dedicación por parte de sus dueños”, explica un conocido veterinario.

Es especialmente importante el lugar elegido para el parto. “Debe ofrecer a la gata y a su prole protección y tranquilidad”, señala por su parte otro profesional.

Es común que los dueños solo se den cuenta de que la gata está preñada poco antes del parto.

La gata, por lo general, revisa toda la casa en busca de ese sitio. Los armarios y los cajones grandes son siempre lugares atractivos para ello.

Los dueños pueden ayudarla en esa tarea poniendo, por ejemplo, una cesta confortable en una habitación tranquila de la casa. “Por lo general, las gatas la toman”, señala el experto.

Son apropiadas las cestas o cajones grandes con un borde alto. En esos lugares la gata se encuentra más a gusto durante el parto porque puede apoyar la espalda.

“El nido debe estar forrado con material suave”, aconsejan. Toallas, mantas o un cojín con forro lavable son apropiados.

Las gatas anuncian el parto con mauillos altos o escarbando insistentemente.

“A muchas les gusta que su dueño esté con ellas”, dice Bettina. Si es el primer parto, hay que estar cerca hasta que finalice el proceso.

Esto no significa, no obstante, que haya que intervenir. “La gata hace todo sola durante el parto. Incluso se muerde el cordón umbilical para cortarlo”, explica los veterinarios consultados.

El parto de una gata puede durar horas, ya que pueden nacer hasta ocho gatitos.

Un cajón o caja de cartón grueso en un lugar tranquilo de la casa facilitará a la minina hallar dónde traer a sus gatitos al mundo.

Solo hará falta llamar al veterinario en caso de emergencia. La ayuda puede ser necesaria cuando dos o tres horas después del inicio aún no ha salido ningún cachorro. También cuando el embarazo ha superado los 60 días.

El nacimiento de gatitos es un acontecimiento especial. Pero los dueños deben preguntarse antes si la procreación de su gata tiene realmente sentido.

“Hay mucho sufrimiento animal por no pensar antes lo que va a ocurrir con la descendencia”, dice Bettina Rrahmani.

Quien no quiera criar debe castrar a su gata cuando tiene medio año de vida.

La operación de las gatas es siempre más cara que la de los gatos ya que la extirpación de los órganos reproductores de las hembras, los ovarios, es interna, mientras que en los machos es externa.

Una opción alternativa es la esterilización. Con ella ya no pueden procrear pero se mantiene su instinto sexual, que con la castración desaparece.

Quien haya pasado una noche en vela con un gato o una gata en celo se decidirá inmediatamente por la castración.


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