Las moscas sírfidas

Su parecido con avispas o abejas asusta, pero son totalmente inofensivas.

Las conocemos vulgarmente como “moscas suspendidas”, porque tienen la facultad de quedar suspendidas en pleno vuelo y pegar la gambeta al mejor estilo Maradona o Mezzi cuando se las quiere atrapar. Unen a ello un gran parecido con abejas y avispas, lo que es justamente una forma de defensa pasiva contra sus enemigos naturales. TOTALMENTE INOFENSIVAS A pesar de ese parecido mimético, no se les debe temer pues su abdomen es inerme, sin aguijón. Su único par de alas y sus antenas cortas las identifican como moscas, además de su característica de quedar suspendidas en el aire. Hay muchísimas especies de esta familia (Syrphidae) repartidas por todo el mundo y a ellas también corresponden las que viven en suelos húmedos, en el barro, en el guano, en madera podrida o en restos vegetales. A nosotros nos interesan aquellas cuyas larvas viven como predadoras de pulgones, aunque también predan sobre cochinillas algodonosas y trips. Tienen ojos extremadamente grandes que necesitan imperiosamente, porque buscan en vuelo a las colonias de pulgones para colocar entre ellas sus huevos. Después de las vaquitas, son los más eficientes predadores de “piojos de las plantas” (áfidos). Estas moscas aparecen al fin del invierno y al principio se alimentan de polen, esperando la aparición de los pulgones y reconocen a las colonias de éstos por el arrugamiento y acartuchamiento que produce en las hojas su acción de chuparles la savia, ya que buscan siempre allí, aunque el arrugamiento haya sido provocado por heladas primaverales, pero no colocan sus huevos porque falta el olor característico de los pulgones, que perciben al acercarse. Los huevos son alargados, blancos, con la superficie con forma de red (ver imagen) y son colocados en forma solitaria. Las hembras de algunas especies pueden poner entre 500 a 1.000 huevos. Las larvas son las únicas predadoras y las hay con formas y coloraciones bastante diferentes según la especie. No tienen patas (tienen cierto parecido a las babosas, aunque mucho más pequeñas) y se trasladan al estilo del caracol, toman a los pulgones con los ganchos bucales y los vacían totalmente, para lo que les alcanza 1 minuto por pulgón. En total, para su desarrollo, que dura aproximadamente dos semanas, cada larva necesita consumir aproximadamente 700 pulgones. Salen de cacería principalmente en horas del atardecer y a la noche y descansan durante el día, frecuentemente en medio de las colonias. Hay que mirar con cuidado entre las colonias de pulgones para identificarlas. Su presencia es delatada por los adultos que sobrevuelan las plantas. Empupan cerca del lugar de alimentación o en el suelo; los cocones de las pupas tienen forma de gota. Para evitar dañarlas, es importante no hacer laboreos del suelo. ——————————————– Fuentes: – Wikipedia. – Hans Steiner. “Útiles en el jardín”. – “Enemigos naturales”. Carlos Betancourt e Iris Staconi.

TEODORICO HILDEBRANDT ELJARDIN@RIONEGRO.COM.AR

jardinería

La diversidad de especies y su parecido con avispas y abejas son enormes.

La larva es la única predadora. Cada una consume unos 700 pulgones.


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