Los Auténticos Decadentes calentaron la noche

El grupo fue el elegido para empezar el festejo.

NEUQUEN (AN).- El frío calaba los huesos. Claro, hasta que escalaron el escenario Los Auténticos Decadentes y fueron la hoguera que le faltaba a esta fiesta por el centenario de Neuquén. Justamente por eso fueron los elegidos para comenzar a palpitar los festejos porque ese grupo son una catarata de alegría, de vigor y locura.

Pasadas las 21 dejaron ver sus peinados descuidados y esa «pilcha» que los hace tan particulares. Las más de cinco mil personas que pululaban por la cancha del club Independientes los recibieron con una ovación algo contenida, que con el correr de los minutos devino en una verdadera fiesta.

Había que mover el cuerpo. El frío no daba tregua ylos Auténticos fueron la usina que puso a la masa humana en movimiento. Niños danzando sobre un campo «pelado» y húmedo, muy húmedo. Parejas que se fundían en un baile colectivo, y sobre las gradas la misma algarabía. Jorge Serrano puso en marcha el recital dándole vida al hit «Viviré por siempre», mientras sus compañeros deambulaban sobre el escenario y reclamaban que el estadio se venga abajo. Las canciones de este grupo que vio la luz allá por 1.986 en el colegio San Martín siempre están presentes en la memoria colectiva, canciones que no pasan de moda y que parecen haber sido creadas para espectáculos de estas características.

Y el público les agradece que así sean. Que se muevan con la soltura que lo hacen que sacuden los cerebros desde un pop convencional, pero divertido. Muy divertido. Por eso las adolescentes transformaron sus caderas en cocteleras, los muchachos tararearon cada tema y hasta algunas personas de la organización del evento dejaron la timidez de lado y se prendieron en el baile. Y de ahí en más cayeron como lluvia de verano canciones tan conocidas como «Diosa», «La marca de la gorra», «Vení Raquel», «Loco (tu forma de ser)» y «Siga el baile». Por eso el público se lo agradeció con una intensa ovación. Porque quedó en claro que están hechos para eventos de estas características.

La banda porteña está integrada por Pablo Armesto en bajo, Gastón Bernardou en percusión, Diego Demarco en voz, guitarra y coros, Guillermo Eijo en trompeta, Mariano Franceschelli en batería, Martín Lorenzo en percusión y coros, Gustavo Montecchia en guitarra y coros, Gustavo Parisi en voz, coros y teclado, Pablo Rodríguez en saxo, Jorge Serrano en guitarra y voz, Eduardo Trípodi en percusión y coros y Daniel Zimbello en trombón. «El milagro argentino» fue el primer disco de la banda que incluía temas como «Loco», «Entregá el marrón» y «Vení, Raquel», aún escuchados en las radios y bailados por cientos de jóvenes en boliches nocturnos. Luego de esos inolvidables éxitos, lanzaron la segunda placa «Supersónico» en 1991. Al año siguiente grabaron junto a Alberto Castillo «Siga el baile», el hit del tercer álbum «El nuevo milagro».

Realizaron en total más de mil recitales en vivo y lograron vender 300 mil discos, además de telonear al reconocido grupo británico B-52 en el estadio de Vélez Sársfield en Liniers.

En 1995 los Decadentes editaron su cuarto trabajo discográfico, «Mi vida loca», con diferentes ritmos que van desde la chacarera hasta el ska y el reggae. Los temas más importantes fueron «El pájaro vio el cielo y se voló» y «La guitarra».

Esperaron a la gente

NEUQUEN (AN).- Las gradas y el campo de juego del Club Independiente aguardaban la llegada de la gente al espectáculo. La tarde caía y todavía no había «calor popular» entre el público. Pero llegaron los teloneros y se rompió el hielo: bailes improvisados entre los más chicos, movimientos acompasados de quienes presenciaban el espectáculo hasta que comenzaron los juegos de luces y llegó el turno de Los Auténticos Decadentes.

La gente de «El Taller» calentaron los motores con éxitos de Divididos -buena interpretación de «El 38», Los Piojos y Turf. Difícil calentar los cuerpos a esa altura, cuando el frío era el enemigo número uno de los presentes. Niños y grandes encapuchados de pie a cabeza, buscando un poco de calor a la espera del arribo de los Auténticos. Muchos apelaron a los choripanes para gambetear el hambre y la baja temperatura, mientras un par de payasos intentaba robarle alguna sonrisa a los pequeños y los vendedores seducían a los presentes con diferentes productos.

Nota asociada: Entre luces y música arrancó la fiesta del centenario

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