Cómo viajar con animales en el auto

No sólo tiene que ser cómodo para el conductor y la mascota, también hay que respetar ciertas normas. Así como las personas deben usar el cinturón de seguridad, los animales tienen que se transportados en jaulas y en la parte posterior del vehículo.

Cómo viajar con animales en el auto

La imagen es linda. Al volante del descapotable va la dueña y, junto a ella, en el asiento del copiloto, va su perro. La escena la hemos visto más de una vez en revistas y en anuncios publicitarios. Sin embargo, esta imagen no da buen ejemplo ya que quien viaje con mascotas debe respetar determinadas reglas en interés propio y del animal.

Y es que, por muy cómodo que sea para el perro ir en el asiento del copiloto o para el gato ir tirado en el asiento de atrás, lo cierto es que las dos situaciones pueden entrañar un gran riesgo. El animal puede saltar de repente sobre el conductor o distraerlo de otra manera. Y a cierta velocidad en la calle o ruta, la consecuencia puede ser fatal.

Así como existen normas para la seguridad de los niños en un auto, por lo general no las hay para los animales. Pero no por ello los conductores pueden hacer lo que quieran.

Estrictamente hablando, perros y gatos entran en la categoría de “carga” y deben ser transportados por ello como valijas o cajas. La carga debe estar siempre asegurada de forma que no pueda suponer un peligro para nadie, y no solo en un camión, sino también en un auto.

La importancia de asegurar a los animales se ve claramente cuando hay que pisar el freno en una situación de peligro. Por efecto de la gravedad, un perro puede alcanzar el equivalente al peso de un elefante en el impacto, aseguran expertos. El impacto de choque de un perro de 20 kilos a 50 km/h es equivalente a más de media tonelada y debe ser asegurado en el automóvil consecuentemente.

Para animales más pequeños se recomienda el uso de transportines o jaulitas, que no obstante no deben ser simplemente colocados sobre el asiento trasero. Para garantizar la seguridad deben ir sobre el suelo en la parte delantera del asiento posterior.

A los animales grandes hay que llevarlos en el baúl. Hay transportines grandes para ponerlos allí, retirando la tapa habitual y colocando un enrejado protector que separa el baúl de la parte del auto en la que se encuentran los asientos.

En el transporte privado de animales, además de la seguridad, es importante la limpieza. Los olores y los pelos pueden quedarse en el vehículo. Esto es poco higiénico, además de incómodo para quienes puedan viajar después en el auto. Para evitarlo, existen mantas especiales que se pueden ajustar a los asientos y protegen de suciedades. Contra los pelos hay cepillos y aspiradoras.

Al margen de todas las medidas de seguridad e higiene, hay que pensar también en que los animales deben sentirse bien, sobre todo si se va a viajar con frecuencia con ellos.

A la hora de elegir un automóvil, se debe buscar en esos casos modelos en los que la parte trasera no se caliente rápidamente si vamos a llevar en el baúl a un perro, así como modelos con ventanillas laterales que permitan ventilar sin que haya corrientes de aire. El aire acondicionado debería además tener la opción de regular la humedad interior.

Agencias


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