Muebles, útiles y sueños viajan al nuevo industrial

El 109 de Cipolletti tiene el edificio listo y empezó la mudanza. Toda la comunidad de la escuela aporta lo suyo para el traslado. Empezaron con dos aulas en un salón de fiestas y fueron creciendo.

CIPOLLETTI (AC).- Un claro ejemplo del trabajo mancomunado entre docentes, alumnos, padres y vecinos se materializó en Cipolletti con la inminente puesta en funcionamiento del edificio propio del industrial Nº109.

El colegio inició sus actividades por la gran demanda de padres que no lograban conseguir lugar para sus hijos en el «viejo» industrial. Fue así como en el 2003 comenzó el dictado de clases con apenas dos aulas en un pequeño salón de fiestas, con poco personal: el director, la secretaria y un preceptor. La única oficina funcionaba en la cocina.

Ante la necesidad de más espacio, unos meses después el colegio se trasladó a un antiguo comercio de la ciudad, en donde además de luchar contra la falta de elementos debieron soportar varios robos de las mismas herramientas que los mismos alumnos compraron con la venta de rifas y empanadas. Hasta que finalmente quedó terminado el edificio propio, que cuenta con nueve aulas (serán 17 cursos entre los turnos de mañana y tarde), los talleres, un gimnasio y todas las «comodidades» que necesita una institución educativa.

La iniciativa pudo concretarse luego de un crédito tomado por Nación para la construcción de escuelas, la «elección» del 109 por parte de la provincia y la entrega del terreno que pertenecía al municipio.

Con el colegio listo para ser «habitado», desde hace unos días todos los actores intervinientes en la gestación del industrial están colaborando en la mudanza, como si fuera una verdadera familia instalándose en su nueva casa.

«Para nosotros es un orgullo enorme llegar a tener nuestro edificio propio. Fueron varios años de mucho esfuerzo, sin esperar que el Estado nos dé todo. Poco a poco fuimos construyendo un colegio con todas las letras con la colaboración de los alumnos, sus padres, comerciantes y vecinos desinteresados, pero nos faltaba el edificio. Ahora estamos completos», comentó el director del establecimiento, Juan José Castro.

El «nuevo» industrial, con orientación en construcción (los chicos egresan con el título de maestro mayor de obra) quedará oficialmente inaugurado con el comienzo de clases y por eso todos quieren tenerlo listo.

Además del edificio en sí, en el 109 están satisfechos porque el Consejo Provincial de Educación ya designó a los más de 120 docentes que trabajarán en el ciclo lectivo 2008, del que saldrá la primera camada de egresados.

Paralelamente ya se realizó la presentación para que en el futuro cercano se creen los cargos de bibliotecario y ayudante de laboratorio.

«Históricamente en cada comienzo de año, la inscripción de alumnos ha colapsado, incluso para este ciclo lectivo. Un industrial te prepara para la vida a partir de que se le inculca a los chicos la capacidad de analizar situaciones problemáticas, un espíritu de sacrificio y atención. Paralelamente tiene una salida laboral y además salen con una base que les permite encarar una carrera universitaria», agregó Castro.


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