El presidente peruano se defendió en el Congreso, que define su destitución

Pedro Kuczynski, acusado de recibir fondos de la constructora brasileña Odebrecht en forma irregular, negó los cargos y dijo que “está en juego la estabilidad democrática” del país. La votación sería a última hora de la noche.

El presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski, afirmó que no está en juego su permanencia en el cargo sino la estabilidad democrática del país, al defenderse ante el Congreso en el día que se decide su posible destitución por supuestamente negar vínculos con la constructora brasileña Odebrecht.

“No gozo de presunción de inocencia. Muchos (congresistas) dijeron que votarán por la vacancia (destitución). Quieren apartarme por la fuerza de sus votos”, dijo Kuczynski sobre la insistencia de la oposición, que domina el Congreso, en destituirlo.

Kuczynski, economista liberal de 79 años, se presentó en la mañana ante el Congreso para aclarar sus vínculos con Odebrecht, a la cual asesoró después de ser ministro del Gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006), según ha reconocido.

El mandatario llegó acompañado de sus vicepresidentes, Martín Vizcarra y Mercedes Aráoz, su abogado, Alberto Borea, su esposa, Nancy Lange, y su hermano Michael Kuczynski.

En la sesión también estuvieron dos representantes de la Organización de los Estados Americanos (OEA): el secretario de Asuntos Jurídicos, Jean Michael Arrighi, y el asesor de éste, Gustavo Cinosi, quienes evaluarán el proceso.

Lo que pone en riesgo a Kuczynski de ser destituido cuando aún le quedan tres años de mandato no es la propia relación con Odebrecht, sino el hecho de negar ese vínculo al comienzo y luego reconocerlo cuando aparecieron más cuestionamientos.

El mandatario es acusado por el Congreso, dominado por el partido opositor Fuerza Popular (dirigido por Keiko Fujimori), de “incapacidad moral” después de que Odebrecht diera cuenta que le pagó cerca de ocho millones de dólares a una empresa de Kuczynski, Westield Capital, y a otras dos con las que tiene nexos.

Según ha insistido Kuczynski, cuando él asumió cargos en el Gobierno de Toledo se apartó de Westfield y la dejó en manos del chileno Gerardo Sepúlveda, que en ese lapso hizo contratos con Odebrecht por casi 80.000 dólares.

“Soy un hombre honesto. Jamás he recibido dinero, soborno o prebenda que haya torcido mi voluntad”, agregó el presidente, para quien el proceso es “un asalto al orden constitucional”.

Borea, uno de los más destacados constitucionalistas del Perú, afirmó el Congreso quiere dar “un golpe de Estado” porque hasta ahora no existen pruebas de que Kuczynski haya incurrido en actos de corrupción.

“Para decir que ha mentido, tienen que haberlo demostrado. No pueden pasar de la afirmación a la sanción. El juicio político tampoco da derecho a fusilar”, sostuvo el abogado.

Durante la defensa, Kuczynski y su abogado presentaron documentos que demuestran que el mandatario no estuvo relacionado en los contratos que Westfield hizo con Odebrecht.

“Solo espero que el Parlamento no vote por mi vacancia. El daño no me lo harán a mí, sino al Perú. Actúen con conciencia. Está solo en sus manos salvar la democracia o hundirla por mucho tiempo”, dijo el jefe de Estado al finalizar su discurso. Kuczynski, que ha alternado su vida política con la asesoría financiera, se retiró del Congreso para dar paso al debate de los parlamentarios, que podría extenderse hasta las 17:00 locales (22:00 GMT).


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