El trato peronista y la impugnación

En una semana, Doñate y Soria consensuaron dos listas. Falta todavía tiempo para evaluar sus resultados. La jefa roquense estuvo y no estuvo, cruzando rasgos reales y no. JSRN busca neutralizar a un potencial escollo para la reelección de Di Giacomo. Pretende que la boleta presidencial de Milei no tenga adherida su tramo de Diputados.

Tienen candidato? ¿Alguien quiere ser, pero piensen en la campaña? Yo acompaño. Pero, está la posibilidad de que sea Martín Soria”. Así, el 7 de junio, en el Senado, Martín Doñate avisó a sus jefes comunales de que despuntaba ese trato peronista.

Enojos contenidos. El senador se amparó en un pedido superior y los partícipes pensaron en Cristina Fernández. Estado del grupo: acatamiento y conciliación simulada.

Días después, el entendimiento se perfeccionó y se incorporó la demorada regularización del PJ. Las charlas del senador y el ministro se repitieron, extendiéndose al 2025 en juramentos dibujados, como la renovación del hombre de Luis Beltrán en la Cámara Alta.

En una semana, Doñate y Soria consensuaron dos listas: la de Diputados, que encabeza el exjefe roquense, y el rearmado partidario. Una impensada coincidencia de bandos tan antagónicos, y de conclusiones aún por derramar.

La conducta de la intendenta María Emilia Soria figura entre los misterios, con una autoexclusión que cruza rasgos reales y fingidos.

Avaló y, evidentemente, priorizó el cobijo de los fueros que a su hermano ministro le otorgaría su acceso a la Cámara Baja. Existen denuncias penales en trámite.

Ella estuvo y no estuvo. No aceptó ir en las listas aunque si se integraron incondicionales. Facilitó su voto en el Consejo en favor del acuerdo, pero no asistió a Beltrán cuando el senador y el ministro cerraron las nóminas. La representó Carlitos Soria.

La alcaldesa roquense rezagó su plan provincial para el 2027, lanzado después de las elecciones de abril y valentonada por su triunfo en Roca, con el 60%. Su sector quedó relegado en el PJ. Doñate retuvo la mayoría del Consejo y el poder sorista se reduce al Congreso -47 de sus 84 miembros-, siempre emerge lejano de las decisiones.

Posiblemente, en la jefa roquense crezca, cada vez más, la idea de sus cercanos de emigrar con el proyecto 2027 y considerar una construcción diferente. Eso, hoy, es futurología.

La campaña de Soria no será nada fácil, incluso entre los suyos, quejosos después de semejante giro interno que los sorprendió. El titular de Justicia -seguramente- deposite su destino en el arrastre de la candidatura de Sergio Massa. Ya acertó cuando creyó con que su boleta sería la única ligada a una lista de unidad nacional.

El proceso del PJ se siguió desde JSRN, empezando por la actitud de sus aliados peronistas. El registro recayó en las comodidades otorgadas a Soria ya que, entre otras cosas, el sector de Doñate facilitó la mayoría de los avales para la candidatura del roquense.

El teatro electoral no está resuelto, por lo menos, para Alberto Weretilneck. Su partido impugnó la lista de Diputados en Río Negro del libertario Javier Milei.

La intención es desenganchar el tramo provincial de la boleta presidencial, es decir, que la candidata a la Cámara Baja, Lorena Villaverde no se favorezca con el remolque de Milei -que sigue arriba del 20% de intención electoral- y eso perjudique, esencialmente, a la boleta de JSRN, reducida al trozo de Diputados y liderada por Luis Di Giacomo para su reelección.

El martes será la audiencia judicial, pero JSRN ya elevó su impugnación donde se cuestiona que la boleta de FE en Río Negro tiene las mismas características que la de Milei (Libertad Avanza) aunque pertenecen a fuerzas distintas. La segunda y real ofensiva recae en el mecanismo interno que permite la adhesión provincial a la boleta del libertario para la Presidencia. En definitiva, este desacople es la misión encarada por el oficialismo.

Esta acción judicial se abrió tras el fracaso de la política.

Di Giacomo fue el más sorprendido cuando FE inscribió la lista en Río Negro. Tres días antes, en el encuentro de Juntos en Fernández Oro, el diputado repetía que no ocurriría lo que ocurrió. Confiaba en las promesas transmitidas por el interventor de FE y su excompañero en el Parlamento, el bonaerense Pablo Ansaloni. Otras garantías habrían existido: ¿ la del ministro Massa?, también de fuertes contactos con aquel político de FE y dirigente de UATRE.

Otro capítulo de juras políticas declinadas.


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