Emilio Belenguer, constructor del primer peronismo en la Norpatagonia

De origen obrero y sindical, afiliado a la UCR que luego adhirió a Perón, gobernó Río Negro y Neuquén en un periodo clave: el inicio de la provincialización de los territorios. Un libro del historiador Gabriel Rafart analiza su figura.

Gabriel Rafart presentó el libro «“Emilio Belenguer: un gobernador obrero” en la Feria del Libro neuquina.

Los orígenes y el notable arraigo del peronismo en la Patagonia Norte parecen no tener explicación convincente desde la visión de la historiografía tradicional, que vincula el nacimiento de este movimiento político al proceso de industrialización del país y al surgimiento de una clase obrera de los grandes centros urbanos de las provincias centrales. Sin embargo, los territorios de Río Negro y Neuquén formaron parte del inicio del fenómeno nacional liderado por Juan Perón.

Por este motivo, el historiador Gabriel Rafart, profesor e investigador de la Universidade del Comahue decidió abordar el tema desde otra perspectiva, centrada en los actores que lideraron el fenómeno regional. De allí surgió su tesis doctoral, revisada y convertida en libro: “Emilio Belenguer: un gobernador obrero. Liderazgo político en el primer peronismo norpatagónico: 1946-1955”, de Educo, editorial de la Universidad del Comahue.

Busca ser un texto al alcance tanto del historiador como del lector aficionado, sobre una figura clave de la época: Emilio Belenguer, obrero ferroviario y de origen radical que fue gobernador tanto de Neuquén (1946-1949) como de Río Negro (1949-1955) . Fue referente de Perón en la Patagonia en un momento bisagra: cuando se gestaba la tranformación de los Territorios en provincias. La pregunta central fue , como señala en el prólogo el historiador Enrique Masés: “¿Cómo explicar los orígenes del peronismo en la Patagonia norte, donde no se había consumado un proceso de industrialización y donde la mayor parte de la población estaba ubicada en el mundo rural?”. Más aún cuando el fenómeno va a arraigar con fuerza en las comunidades indígenas y entre los pequeños comerciantes, no asociados desde la visión centralista con las bases del Justicialismo.

Los historiadores Gabriel Rafart y Enrique Masés analizan el libro.

El libro analiza la vida de Belenguer, desde sus orígenes territorianos en Río Colorado y Darwin hasta su labor gubernamental en ambas provincias, la última interrumpida por el golpe de 1955.

Según Rafart, dirigentes como Belenguer formaron parte de las “segunda líneas” del movimiento liderado por Juan Perón, con menos incidencia en el gobierno central pero que al mismo tiempo aportaron “un prestigio personal, desarrollando una labor política que contribuyó sustancialmente al ascenso y consolidación del peronismo en el norte de la Patagonia”.

Entre sus objetivos, el trabajo buscó reconstruir la trayectoria política de Belenguer, surgido de su militancia en la Unión Ferroviaria y en la Unión Cívica Radical Antipersonalista de Bahía Blanca, que formó parte del radicalismo liderado por Juan Hortensio Quijano, compañero de fórmula de Perón en las elecciones de 1946; establecer las dinámicas convergentes y divergentes de las sociedades rionegrina y neuquina en la adhesión al peronismo; analizar la importancia de “lo local” y su canalización política en el primer peronismo y analizar los cambios institucionales y en las estructuras de poder en el periodo, entre otros. Debates habló con Rafart sobre su libro.

P: ¿Cómo es este peronismo que surge en los territorios? ¿Tiene una base social distinta al de Buenos Aires y el litoral?

R: El peronismo periférico, el peronismo extra céntrico así lo llaman otros autores es un peronismo hecho de otra forma. La militancia original de Belenguer está en la Unión Cívica Radical, en la junta coordinadora la que lleva a Hortensio Quijano a la a la vicepresidencia. Es un un peronismo que se constituye en los territorios nacionales con elementos de la vieja guardia política del radicalismo y su base social mayormente es, si bien del mundo obrero, es de los asalariados rurales y toma a los comerciantes, a cierta elite provincial que podríamos calificar de conservadora pero que busca que el poder sea confiado a alguno de los suyos, que atienda sus demandas y que impulsan la provincialización de los territorios. Y en el caso particular de Río Negro y Neuquén, el componente indígena no es menor. Es la base social la que distingue a los actores del peronismo céntrico, de este “peronismo extracéntrico”.

P: ¿Cambia el Belenguer que gobierna primero Neuquén y después Río Negro?

R: Sí. El Belenger que gobierna en Neuquén tiene un comportamiento más obrerista, en el sentido que se identifica con un movimiento de los trabajadores muy escuálido, pero al que hay que darle organicidad. Trata de “peronizar” los mundos sindicales que ya tenían cierta identificación, en el caso de los petroleros con los comunistas, los ferroviarios de Neuquén con los socialistas y en el mundo de los mineros, donde hay presencia del PC. Sobre ellos va a ejercer una fuerte presión para peronizarlos. Más tarde, en el caso de Río Negro, es otra época, 1949-1950, donde el peronismo ya se ha constituido en términos estatales y por ende puede utilizar todas las herramientas del Estado para ramificarse, extenderse, construir el partido (la rama masculina y femenina, por caso). Este Belenguer ya sabe de las reglas políticas y usa ese liderazgo para influir en las estructuras partidarias. Por otro lado, en Río Negro trata de llegar a un sector de la sociedad rionegrina que no participa de la vida de los partidos y aparece como un “peronismo sin partido”, que se identifica con Belenguer.

P: Ahora que se habla de los “outsiders” de la política, con fenómenos como los libertarios. ¿Se puede hacer algún paralelismo de esa época, donde surgen nuevos liderazgos?

R: Bueno, en 2023, cuando llega al poder el gobierno de Javier Milei, se habló de la importancia de los outsiders para quebrar una hegemonía política y algunos autores hicieron paralelismos con el surgimiento del peronismo en 1943-1946, que a mi juicio no corresponde. Más allá de lo ideológico, Perón pero no era un outsider en el sentido que tiene hoy Milei. Perón ya participaba del sistema político porque integraba unas Fuerzas Armadas tenían un lugar destacado en la política y todos los que lo acompañan en las segundas líneas, incluyendo a Belenguer, también pertenecen a sistemas políticos, en el caso de Belenguer había sido concejal por el radicalismo en Bahía Blanca y era sindicalista ferroviario. En definitiva, no es equiparable. El peronismo se constituyó en ese entonces con varias fuentes entre ellas la figura de Perón, Domingo Mercante y otros militares del mundo sindical, figuras que incluyen al propio Belenguer. Está la Unión Cívica Radical , Forja e inclusive a sectores conservadores de las provincias, o una parte no menor de la burocracia estatal.


Gabriel Rafart presentó el libro "“Emilio Belenguer: un gobernador obrero” en la Feria del Libro neuquina.

Los orígenes y el notable arraigo del peronismo en la Patagonia Norte parecen no tener explicación convincente desde la visión de la historiografía tradicional, que vincula el nacimiento de este movimiento político al proceso de industrialización del país y al surgimiento de una clase obrera de los grandes centros urbanos de las provincias centrales. Sin embargo, los territorios de Río Negro y Neuquén formaron parte del inicio del fenómeno nacional liderado por Juan Perón.

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