Origen musulmán

La historia del profeta Mahoma, fundador del Islam, es de amor y de guerra. Desposó a diez mujeres y mantuvo una amistad inquebrantable con su primo Alí, al tiempo que dejó huellas de su carácter conquistador y su vocación de poder.

De su paso por la tierra no quedaron testimonios concretos. Un siglo más tarde, Ibn Ishac (707-773), natural de Medina, escribió la primera biografía (la Sira).

Hacia el 570 de la era cristiana, Mahoma nació en La Meca, ciudad de caravanas, de alrededor de tres mil habitantes.

Su padre, Abadía, falleció antes de que él naciera y la bella Amina, su madre, recibió la revelación: «Tú llevas al Señor de este pueblo y, cuando nazca, tú dirás: Yo se lo confío al Unico (Dios) para que lo preserve del mal y tú lo llamarás Muhamad» (Sira).

Mahoma perdió a su madre a la edad de diez años. Integrante de la tribu de los Koraichitas debió su educación al empeño de su abuelo, jefe del clan de los Bani Hachem (Hachemitas) y también a la dedicación de su tío abuelo y tutor, Abú Talib, padre de su primo Alí. Fueron ellos quienes lo iniciaron en el comercio, las fuerzas armadas y las guerras entre clanes, pero fueron las mujeres quienes le abrieron el acceso a la élite de la Meca.

Su primera mujer fue Khadija, con quien tuvo cinco hijas. La menor, Fátima, se casó con Alí, el primo del Profeta.

Khadija murió en el 619 y la sucedieron Sawda, Aicha (su esposa preferida), piadosa e inteligente, después Hafsa, Zaynab, Salama, Juwayriyya, Habiba, Safiyya, Maymuna.

Las enseñanzas del Corán, que no anatomiza el placer sexual, legitimarán la poligamia limitada a cuatro esposas.

Hacia el 610, se produjo en el Monte Hira, al noreste de la Meca, la Revelación de Dios a Mahoma, en la noche del 26 al 27 del mes del Ramadán, el noveno del año lunar.

Hasta entonces Mahoma practicaba el culto de los ancestros y de los ritos paganos de la Kaaba.

El ángel Jebrail (Gabriel) le sopló a Mahoma la célebre instrucción de «recitar» la palabra de Dios. «Lee en nombre de tu Señor que ha creado todo». Es el primer versículo de la Revelación coránica.

«Igra» que se traduce como ¡Lee! es el imperativo del verbo quara»a del que deriva el sustantivo quran (lectura o recitado).

Obedeciendo a Gabriel, Mahoma revelará el quran -Corán- a todos los hombres.

Arabia era desértica y tribal, un lugar de paso ubicado entre el Mar Rojo, el Golfo Pérsico, el Océano Indico, rodeado por países de tradiciones milenarias: el Egipto faraónico y Etiopía, convertidos al cristianismo; Yemen y la Mesopotamia, donde el Antiguo Testamento sitúa el Paraíso original; el imperio persa, donde predomina el zoroastrismo, la religión del mago Zaratustra que data del siglo VII antes de Cristo, y el cristiano y declinante imperio bizantino, que abarcaba Siria y Palestina, lugar de nacimiento de Jesús, donde convivían cristianos y judíos.

Tres años después de la Revelación, Gabriel insiste ante Mahoma para que proclame lo que se le ha ordenado y detenga el politeísmo. Las conversiones se daban a cuentagotas: la primera fue su esposa Khadija, después su primo Alí, más tarde Zayd, esclavo que se convirtió en su hijo adoptivo, luego Abu Bakr, comerciante afortunado cuya hija Aicha se casará con el Profeta y será el primer califa.

Crecían la guerra de clanes, la resistencia de las oligarquías y de los cultos politeístas. Comienzan las persecuciones contra su clan (Hachemitas) e insultos contra los conversos. Los primeros compañeros del Profeta -menos de un centenar- marchan al primer exilio en Abisinia. Pero será la segunda emigración (hégira), en el 622, en el Oasis de Yatrib, 350 kilómetros al norte de La Meca, la que resultará decisiva para la nueva religión.

Yatrib se convierte en al-madinat al-nabi (La ciudad del Profeta).

Madinat será Medina. Y Medina será la plataforma de revancha sobre la Meca, de conquista y de expansión del nuevo imperio islámico.

Silvio Huberman (Infosic)