Orquesta de Cámara a toda sinfonía
El primer concierto de la Orquesta de Cámara del Neuquén en su propio auditorio mostró una masa orquestal que se encuentra en estos momentos en una evolución realmente notable.
La Orquesta de Cámara del Neuquén inició la temporada 2004 con una de las novedades más importantes: la inauguración de su propio Auditorio sito en Leguizamón 328 de Neuquén. Las 250 localidades se vieron totalmente colmadas por el público asistente a este evento. El objetivo para este trimestre de esta Agrupación Musical es recrear el género sinfónico interpretando a tres grandes compositores: Haydn, Mozart y Beethoven.
Franz Joseph Haydn (Rohrau 31/III/1732 – Viena 31/V/ 1809 ). Es quién tuvo a su cargo el desarrollo de dos de los géneros musicales más importantes de la historia de la música: el concierto y la sinfonía. Haydn desarrolla el género concierto e impone la forma de sonata basada en tres movimientos: primero y tercero rápidos y un segundo lento. Esta estructura se conservará hasta hoy en día. También le dio forma a la sinfonía: dos movimientos rápidos, uno lento y un minué. De forma tal que la sinfonía queda de esta forma: primer movimiento rápido, segundo movimiento lento, tercer movimiento minué y cuarto movimiento rápido. El tercer movimiento será transformado por los compositores románticos en un «scherzo», un movimiento más ligero que el minué.
El concierto brindado por la Orquesta de Cámara del Neuquén comenzó con la célebre obertura de la ópera «Las Bodas de Fígaro» k. 491 de Wofgang A. Mozart, que si se quiere, es una sinfonía en sí misma. Luego tocó el turno al concierto para trompeta y orquesta de Joseph Haydn y al final la Sinfonía Nº 6, «La Mañana», del mismo autor.
El concierto para trompeta es una obra con cierto grado de complicación para el instrumentista. Haydn escribió un segundo movimiento con requerimientos muy importantes para el solista para irrumpir, finalmente, en el final donde se encuentra la prueba de fuego para el artista. La Sinfonía Nº 6 «La Mañana», es la primera de las 3 sinfonías temáticas y descriptivas. El primer movimiento de esta sinfonía es muy exigente, con concertantes para la flauta y los oboes quienes tienen a su cargo reflejar musicalmente el despertar de las aves en los inicios de la mañana. El segundo movimiento es prácticamente un concierto para violín. El tercero y cuarto movimientos ofrecen partes concertantes para flauta, violín, cello y fagot. Es una obra muy completa, dinámica, melodiosa y atractiva.
Producida la llegada de las autoridades que arribaron con un considerable retraso sobre el horario previsto, comenzó el espectáculo con la ejecución de la obertura de la ópera «Las Bodas de Fígaro» de Mozart. Impresionó muy bien el crecimiento de la masa orquestal. Bien Marcelo Alvarez en su rol de director.
Luego tocó el turno al concierto para trompeta de Haydn donde pudimos apreciar al solista Juan Pablo Bergese, muy sólido durante los tres movimientos especialmente en el segundo donde dejó asomar que se puede proyectar como un gran concertista.
Otra vez Alvarez al frente de la Orquesta nos demostró que entiende la obra y como tal la transmite.
El final fue la «Sexta Sinfonía» de Haydn, esta vez bajo la dirección de Naldo Labrín. Aquí se evidenció la concertino de la orquesta Nushik Petrosyan,. Muy bien en el segundo movimiento. Otra vez Marcelo Alvarez, esta vez como flautista demostró su solidez y musicalidad. Luis Corrado en fagot y Ana María Clavijo en cello nos mostraron sus capacidades musicales. Labrín acertó en los matices y «tempo» y, digno es destacarlo, la masa orquestal se encuentra en estos momentos en una evolución realmente notable y plausible.
En el cierre del concierto y previo al bis que nos obsequiara la orquesta, Naldo Labrín, en su alocución, agradeció a las autoridades presentes por el apoyo y anunció dos objetivos importantes: la formación de una escuela de música para todos los jóvenes para formarlos musicalmente y «sacarlos» de la calle y el ocio. Además la formación de la Orquesta Sinfónica del Neuquén que todos nos merecemos.
Creo que se está muy cerca y se puede lograr con la incorporación de algunos instrumentos de viento que hoy faltan, un refuerzo en las cuerdas y el agregado de la percusión. No son muchos, quizás con unos diez integrantes más se pueda lograr una orquesta sinfónica. A entusiasmarse y soñar para poder alcanzar este anhelo.
Horacio San Miguel
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