Denuncian persecución policial contra joven mapuche con reciente condena en suspenso

La Asociación Gremial de Abogados denunció “persecución política” contra la comunidad Winkul Mapu.

Uno de los integrantes de la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu que resultó condenado en fecha reciente por una usurpación de tierras en Mascardi, Matías Santana, fue detenido ayer en dos oportunidades por la policía rionegrina, a pesar de que le impusieron una pena de dos años y medio de prisión en suspenso y tiene libertad ambulatoria.

En ambos casos debieron liberarlo a los pocos minutos, luego de una gestión telefónica de sus defensor Gustavo Franquet. Pero el episodio revela una llamativa falencia burocrática en las notificaciones judiciales, a la cual -según la Asociación Gremial de Abogados– se agrega la “persecución política” que padece la comunidad Winkul Mapu.

Franquet dijo que su recomendación a Santana fue que presente cuanto antes un recurso de hábeas corpus, ya que de otro modo las detenciones podrían repetirse tanto en Río Negro como en Chubut, donde el joven tiene familia y pensaba viajar este fin de semana.

“Se ha demonizado y criminalizado a esta comunidad, al punto de que los ven por la calle y los detienen”, denunció Franquet. Según subrayó, Santana fue condenado el lunes último por el juez federal Alejandro Silva a dos años y seis meses de prisión de ejecución condicional y en el mismo fallo dispuso en su caso el levantamiento de la prisión domiciliaria, que cumplió hasta esa fecha.

Había llegado al juicio junto a cinco mujeres, incluida su pareja Betiana Colhuan, y ninguna recibió penas de prisión efectiva.

“En los casos como el de Santana las órdenes de libertad se notifican de inmediato al Sistema Federal de Cooperación Policial, que administra el ministerio de Justicia y que lo replica a todo el país. Ese trámite se cumplió regularmente, de modo que las explicaciones las tiene que dar el ministerio de Seguridad de Río Negro”, sostuvo el abogado.

La primera detención de Santana se produjo en la calle, a metros de su vivienda, cuando un policía que recorría la zona lo identificó, y al consultar en la base de datos comprobó que tenía pedido de captura vigente.

Gestión mediante, y tras chequear que el número de expediente era el mismo por el que acaba de ser juzgado, lo dejaron en libertad. Pero de modo insólito, a los pocos minutos arribó al lugar una patrulla policial de la comisaría cercana y lo volvieron a detener.

En esa oportunidad varios familiares y allegados se congregaron en el lugar para evitar que se lleven a Santana, hasta que la policía volvió a comprobar el error y lo liberó una vez más. Durante el incidente hubo momentos de tensión cuando los uniformados trataron de evitar que se tomen videos del procedimiento.

La responsabilidad provincial

La Gremial de Abogados culpó de lo ocurrido al gobernador Alberto Weretilneck y a “las fuerzas de seguridad”, y les exigió que “cesen en la persecución de Matías Santana y el pueblo mapuche”. Sostuvieron que al joven “no le perdonan haber sido testigo de la desaparición de Santiago Maldonado”.

La entidad que asumió la defensa judicial de los acusados por los hechos de Mascardi dijo que harán responsables “a cualquier instancia judicial, policial y estatal de las acciones que se produzcan contra Matías Santana, su esposa la machi Betiana y cualquier otro integrante de la comunidad Winkul Mapu. En particular al gobernador Weretilneck”.

Franquet dijo que las restricciones ambulatorias como las aplicadas ayer en el caso denunciado son “ilegales e ilegítimas” y consideró que no cesarán, salvo que exista una disposición expresa obtenida mediante hábeas corpus.

Explicó que la orden de captura que pesaba sobre Santana es la que estuvo vigente hasta febrero de 2024, cuando fue detenido por la usurpación en Mascardi y que nunca fue desactivada, lo cual no había quedado comprobado porque hasta el lunes cumplió detención domiciliaria.

El abogado insistió en que existe una persecución generalizada contra los mapuches y que la policía suele hostigarlos en la calle por controles permanentes, “solo por usar la ropa característica”.