Solo un tercio de los trabajadores realizan tareas compatibles con teletrabajo
La inclusión digital busca democratizar del acceso a las nuevas tecnologías. Un estudio presentado hoy por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, explora tres ámbitos claves: el trabajo, la educación, y las herramientas de pago y financiación.
La expansión de las capacidades de las personas para ampliar las alternativas de vida depende hoy, como nunca antes en la historia, de sus posibilidades de un acceso efectivo a tecnologías digitales.
El aislamiento provocado por el Covid19 generó una ruptura en varios ámbitos de la vida. En este contexto, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo presentó hoy el documento “Inclusión digital y desarrollo inclusivo” que elaboraron en el marco las acciones de recuperación post-Covid-19 llevadas adelante por Naciones Unidas en el país. En el estudio, se exploran las potencialidades y brechas en el acceso a tecnologías digitales en tres ámbitos: el trabajo, la educación, las herramientas de pago y financiación y se proponen líneas de acción.
“El acceso a las tecnologías digitales en el corto plazo, sin dudas fue un factor a considerar. La pandemia significó la mayor disrupción de la asistencia escolar en el mundo desde la Segunda Guerra Mundial. Mucha gente tuvo que restringir las posibilidades de desplazarse a su centro de trabajo, tuvo dificultades para mantener el trabajo, hacer o recibir pagos”, dijo el representante Residente del PNUD Argentina, René Mauricio Valdés y agregó que para los que tienen acceso a las tecnologías, ésta ofrece soluciones prácticas, pero genera brechas digitales e inequidad para quienes no.
En lo que respecta a teletrabajo, el estudio establece que solo un tercio (29%) del total de las y los trabajadores en Argentina realizan tareas compatibles con el teletrabajo y el resto no (71%).
También establece que las y los trabajadores que desempeñan tareas compatibles con el trabajo remoto tienen más años de educación formal y en su mayoría están en situación de formalidad, trabajan en una menor proporción por cuenta propia y tienen un mayor ingreso.
A su vez, al compararse por género, entre quiénes realizan actividades compatibles se presenta una paridad.
“Se pudo ver entre el primer trimestre del 2019 y el primero del 2020, una desigualdad creciente, una brecha en los ingresos de los sectores más ricos y más pobres y se podría inferir una vinculación de como impactó la posibilidad de teletrabajar o no”, dijo la Supervisora de la serie sobre Políticas Sociales Gabriela Catterberg. Por eso creen que es importante la conectividad y el uso de herramientas digitales, para que no aumenten las desigualdades.
En lo que respecta a educación la proporción de estudiantes con al menos un celular con internet en el hogar en el país es alta en relación a otros países de América Latina, incluso considerando la brecha entre los hogares con menores y mayores ingresos.
En contraposición, la cobertura de computadoras y tabletas entre las y los estudiantes en los hogares con ingresos más bajos es aun muy reducida. En este sentido, sostienen que es fundamental que esta cobertura se aumente para complementar la vuelta a la educación presencial con actividades que sirvan de apoyo a los grupos más lastimados por la interrupción de la presencialidad, en especial a la población en riesgo de abandono.
Es que la desigualdad en la educación, ahondada por la pandemia requerirá esfuerzos adicionales en términos de acompañamiento enfocados específicamente en los sectores de menores ingresos. “Esto conlleva la necesidad de desarrollar programas de educación remedial, tutorías y acompañamiento”, destacaron.
En materia de herramientas de pago y financiación, Argentina tiene un nivel de bancarización que se ubica por debajo de países de ingresos medios, como Chile, Brasil, Sudáfrica e India.
Si bien, en medio de la crisis generada por el Covid, creció la oferta de instrumentos de pagos y productos financieros digitales existe una oportunidad para facilitar a partir de ahora un acceso más fluido a los servicios digitales financieros, sostienen.
A partir de los hallazgos, en el estudio plantean reflexiones y recomendaciones para alcanzar una mayor inclusión, que posibilite un sendero sostenible de desarrollo en el mediano y largo plazo.
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