Que los potreros no desaparezcan

Durante dos años, el periodista investigó “la época dorada” del fútbol regional que ahora plasmó en un libro.

Darío Buonaventura (55) está más que satisfecho de haber podido escribir el libro “Momentos inolvidables del fútbol regional” tras dos años de investigación casi diaria en archivos privados y públicos y de entrevistar a dirigentes y jugadores destacados que tuvo el Alto Valle entre el ´73 y el ´85. “Esa fue una época dorada increíble y urgar por qué tal vez nunca más vuelva a ocurrir ese fenómeno me llevó a esta aventura intelectual que estuvo bien traspirada como buen hincha de fútbol que soy”, afirma.

Una vez retirado de la Policía de Río Negro este conesino se dedicó a full a estudiar sobre el deporte regional, investigar y hacer programas deportivos de radios. Actualmente es comentarista en “Pasión deportiva”, en FM La Cima, de Roca.

Como se tomó bien en serio la indagación del pasado del fútbol regional cursó la licenciatura en Historia en la Universidad del Comahue en Neuquén. “Me falta la tesis y unas pocas materias para recibirme. No obstante fue fundamental esta formación para aprender a investigar con rigor: cómo recortar un tema, cómo elegir las fuentes y cómo evaluar la relevancia e interés del tema elegido y los objetivos del trabajo, entre otros temas”.

Con estos saberes a cuesta, más su pasión futbolera, le permitiron escribir el libro que presentó días atrás en Roca, donde vive desde hace años junto a su familia. “Logré concretar una compilación acerca de la época dorada de nuestro fútbol regional; cuando Cipolletti, Deportivo Roca y Atlético Regina participaron en los torneos de la primera división de AFA, la máxima categoría del fútbol nacional, en el período 1973- 1985. Hasta 1966 se jugaba en el fútbol argentino torneos anuales donde los equipos “grandes” eran generalmente los campeones. Después se reformulan las ediciones y deciden realizar anualmente dos campeonatos, el metropolitano y el nacional. En este último -vía torneos regionales- los equipos del interior del país tuvieron la posibilidad de acceder a jugar en la máxima categoría. Fue así que el primer equipo rionegrino -Cipolletti en 1973- participó por primera vez en el Nacional codeándose con los grandes . Luego fue el turno de Atlético Regina en 1974 y Deportivo Roca en los torneos nacionales de 1978 y 1982. Cipolletti participó también de las ediciones ´75, ´77, ´79, ´80 y ´85. Después de la reestructuración del fútbol en 1986 nunca más un equipo rionegrino pudo participar en esta categoría. Por eso la relevancia de destacar el protagonismo de estos equipos en esa época dorada de nuestro fútbol regional”.

El libro, que se consigue en las librerías de la zona, aborda la cronología de los partidos más relevantes, secuencia de imágenes y entrevistas con los referentes regionales. “Quise destacar el protagonismo del fútbol regional de esos tiempos, rescatar la historia y ponerla en relieve porque muchas veces es olvidada o tapada por los equipos grandes. Creo que ese es mi aporte tras dos años de investigación”, comenta. “Y también es, confío, una manera de rendir tributo a inolvidables jugadores, técnicos y dirigentes. Porque recordemos que en aquella época, aparte de los equipos grandes con jugadores de gran calidad técnica, a Roca vino a jugar la Selección nacional en 1977 o Diego Armando Maradona en 1980 un partido amistoso. Cipolletti recibió la selección juvenil y la selección mayor en 1978 en su última presentación antes de coronarse como campeón mundial. También el Cosmos con presencia de jugadores extranjeros de fuste internacional, como Carlos Alberto, Neskeens y Frank Beckembauer. Indudablemente se trató de un período glorioso del fútbol de acá”, se entusiasma Darío.

“La selección de fuentes para escribir el libro fue lo primordial: el archivo del diario Río Negro principalmente, revistas gráficas deportivas, más lo que tenían los clubes, agrega.

– P: ¿Desde cuándo viene tu pasión futbolera?

R: Desde que jugaba de chico en los “ baldíos” o “canchitas” de tierra en Conesa hasta jugar en el Círculo en Regina, Fatima, El Ciclón y Deportivo Patagones en Viedma. Pero el legado y la trasmisión de los genes por el sentimiento estoy seguro que viene de mi querido “viejo”. Él era un tipo que le gustaba leer mucho, con una memoria prodigiosa y por supuesto fanático de Boca. Con Dardo, mi hermano menor, heredamos esa tradición futbolera y el afecto incondicional por Boquita. El querido Antonio Carrizo decía que es el único equipo grande que admitía un diminutivo y no perdía la esencia de tal.

– P: ¿Qué pasa ahora con eso que hacías vos de chico, en los potreros?

– R: El fútbol es parte de nuestra cultura popular pero la sociedad cambia siempre. En otros momentos jugar a la pelota en la calle, el baldío o la canchita era parte de una práctica habitual que tenía su relación con un sentido de pertenencia a un grupo – un equipo de fútbol- y también a un lugar, donde había ciertos códigos y era un escenario de aprendizaje del juego en si mismo. Horas interminables, partidos eternos, tardes que se hacían noches. Identificarse con una camiseta del club o del barrio era de por si un orgullo y el único incentivo pasaba por salir airoso de la contienda por el solo hecho de representar esa casaca.

Hoy todo eso a cambiado. La calle se tornó insegura y se han perdido algunos valores , como el respeto por las reglas, el compañerismo, el pensarse en comunidad. El resguardo de todo aquello son las escuelas de fútbol o los clubes en algunos casos. Por supuesto que pienso que el potrero no debe desaparecer .

– P: ¿Qué jugadores marcaron el fútbol regional?

– R: Del período analizado en mi libro, 1973-1985, recupero a “El Ruso” Juan Strak -del Club Cipolletti, que jugó la mayoría de los Nacionales – y al “Bambi” Rubén Flores, quien también fue parte del equipo de Atlético Regina. En Roca, por su técnica indiscutida, Miguel Batalla.

– P: ¿Y a quiénes admirás?

– R: A nivel nacional, Riquelme; en lo regional, Strak, con muy buenas condiciones técnicas y enorme personalidad. De grande tuve el enorme placer de jugar a la pelota con él.

Darío considera que las actuales estructuras de torneos federales son largos periplos de certámenes muy onerosos para los clubes y dificil de mantener (contratación de jugadores, traslados de equipos, alojamientos y transporte). “Si uno repasa mi libro se podrá apreciar que aquella época “ dorada”, donde los equipos de acá se codeaban con los grandes, no se ha vuelto a repetir y dificilmente ocurra en un futuro. Esto se aprende de la Historia, aunque la pasión nos diga otra cosa. De todos modos, no olvido que esto es un juego, como la vida”.


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