Recordando a Lino
En la cocina
– ¡Eduardito!… ¿En qué venías pensando? -me preguntó el gordo cuando entré al quincho.
– En Palacios…
– ¡Alfredito!… ¡Primer diputado socialista de América Latina!… Recuerdo cuando volvió del Uruguay, donde había estado exiliado, que…
– ¡Nada de Alfredito!… Pienso en Lino…
– ¡Lino Oviedo!… ¡Gran paragua! ¿Te imaginás Eduardito si, como se rumorea, Lino Oviedo se viene a vivir a la Patagonia, todas las experiencias que podría adquirir de los radicales rionegrinos?…
– ¿Enseñarle qué a Lino Oviedo? -pregunté extrañado.
– Y… Lino Oviedo no será una mariposa revoloteando en bosques de abedules, pero como nunca pudo agarrar el gobierno… la manija concreta, bueno… le falta experiencia…
– ¿Experiencia en qué?…
– Y… en vaciar bancos, meter guita en una bolsa y salir rajando… crear empresas que, de tan fantasmas que son, ruborizan al más pintado de los fantasmas… el de Canterville, por ejemplo… ¡Cuántas cosas le podrían enseñar nuestros radicales a don Oviedo! -acotó el gordo.
– Podrán enseñarle muchas cosas, menos en materia de demolición… Oviedo es tanquista… Se pasó cinco años en la escuela de blindados de la OTAN, en Alemania -reflexioné.
– ¡Eduardito, la OTAN!… Los Boinas Verdes… Los Birretes Ladeados… Los Dragones Bilingües… La Brigada Alicate… La VI Flota… En materia de demolición y aniquilamiento de una sociedad, todos ésos son unos pichuchos al lado de los radicales rionegrinos… ¡No dejaron nada, Eduardo!… ¡Nada!…
– Sí, sí… Creo incluso que la UCR tendría que cambiarse de nombre -intervino Ludovico.
– ¿Cambiarse de nombre un partido que tiene 110 años?
– O sumarle algo al que tienen… alguna especificidad que los ajuste más a la realidad…
– ¿Por ejemplo?
– Te doy uno: Unión Cívica Radical, Fuerza Altamente Especializada En No Dejar Nada En Pie… La sigla sería un poco larga… «UCR-FAEENDNEP»-respondió «Ludo».
– Sí, sí…Y toda esa sigla envuelta en una consigna que también se ajusta palmariamente a la realidad construida por los radicales en la transición -comentó el gordo…
– ¿Cuál sería? -pregunté.
– No sé… pero podría ser algo así como «UCR-FAEENDNEP, un partido al que usted le entrega su futuro y se lo pulverizamos»…
– Bueno, pero Eduardo llegó recordando no a Lino Oviedo, sino al gran Lino Palacios… «Don Fulgencio»… «Ramona», esa especie reivindicadora social que la dictadura hubiese metido en cana… «Avivato»…
– Precisamente, una vez me definió a Avivato como aquel cuyo único principio básico es el de la rentabilidad, o sea cómo obtener rentas sin otro capital que no sea la astucia y el doblez… Así son algunos políticos rionegrinos -comenté, y nos fuimos a tomar un tinto del Rhin del que es habitué Lino, el tanquista.
Eduardo Gilimón
Comentarios