Rosso y Salto suman sus fuerzas y hablan de aliarse

Apuntan a hacer de la política una construcción.

El acuerdo está más avanzado de lo que ellos confiesan.

Sucede que como la política suele reclamar manejo oportuno de los tiempos para lograr objetivos, ellos son renuentes a echar una luz amplia sobre el tema.

Pero lo concreto es que desde hace tres días, en Viedma, el peronista Eduardo Rosso y el líder del Movimiento Popular Patagónico Julio Salto, dibujan una alianza que apunta -aseguran- a convertirse en la tercera fuerza política de la provincia.

Y claro está, destinada a jugar electoralmente en las próximas elecciones generales de Río Negro.

Y si bien al convergencia se genera en ellos, la intención es no dejarla constreñida a sus propias fuerzas.

-Tenemos la decisión de hablar con el Partido Provincial Rionegrino, el Movimiento de Integración y Desarrollo y no menos de una docena de partidos municipales que diseminados por toda la provincia expresan mucho del núcleo básico de nuestro credo- dijo ayer Rosso a este diario.

¿Qué contempla ese credo?

-Como coincidencia fundamental, hacer de la política una alternativa para el conjunto de la sociedad, y no una herramienta para arruinarle la vida a la sociedad- respondió Salto también a este medio.

No se habla de fechas para cerrar acuerdos. Y muchos menos, de la fórmula para gobernador y vice.

-No es importante, al menos ahora- sostiene Rosso, hoy presidente del bloque de legisladores del PJ.

-Hoy importa explorar coincidencias y cohesionarse- coincide Salto.

Claro, ambos tienen distintas exigencias en materia de candidaturas.

Rosso no tiene otro destino que aspirar a la gobernación. No fue a la interna del PJ porque considera que estaba amañada en una única dirección: votar cuanto antes aún sin tener la fecha de las elecciones generales.

Luego cumplió con lo prometido: postularse por afuera.

Salto,en cambio, está tironeado por otras exigencias. Tiene en Cipolletti la expresión más organizada de su poder, y sabe que si lucha por la intendencia está abierta la posibilidad de amargarle muchos de los planes políticos al líder del Frente Grande y jefe comunal, Julio Arriaga.

Entonces -seguramente en algún momento se preguntará Salto- ¿qué hacer? ¿Pugnar por ir con Rosso en la fórmula para la gobernación o marcarse la comuna como objetivo prioritario?

Mientras el dilema queda latente, Rosso y Salto ya tienen la bendición del gobernador santacruceño y precandidato a presidente Néstor Kirchner.

-Juntarse y caminar- les dijo el lunes en Viedma.

Y hacer ambas cosas es lo que por estas horas ocupa a Rosso y Salto.

-Con Kirchner también hay coincidencias porque encarna un discurso patagónico, federal y con reivindicaciones muy sensibles para nosotros. Muchas de esas reivindicaciones forman parte de la razón de ser del MPP- comentó ayer Salto.

Y remató:

-Hay un buen punto de partida para trabajar junto a Rosso: creemos que la corrupción es uno de los problemas que afectan a la provincia… y son muchos los políticos que están en esta senda, los que no hemos estado comprometidos con el régimen radical y sus maniobras, por eso nuestra alianza tiene futuro.

Arriaga con estilo directo: «Aquí no se habla más de internas»

Julio Esteban Arriaga le puso punto final a los dimes y diretes que en su esfera más inmediata de colaboradores generan las potenciales candidaturas a cargos electorales.

«Nosotros no haremos internas», dijo ayer el líder del Frente Grande y candidato a gobernador por «Encuentro de los Rionegrinos».

Con es estilo casi perentorio, bajó línea hacia el frente interno del partido diciendo: «nadie hable más de candidaturas» y así clausuró toda posibilidad de que, por algún cargo en los que haya dos o más autopostulados, pudiera haber una compulsa interna.

– Nosotros no vamos a repetir los mismos errores que han cometido y están cometiendo los partidos que se dicen mayoritarios, como los radicales y los peronistas. Aquí no habrá internas y las candidaturas surgirán por consenso, y por análisis sobre qué es lo que más conviene para ganar las elecciones- dijo Arriaga el lunes por la noche.

Todo sucedió ante un silencioso y expectante auditorio integrado por más de 200 dirigentes y militantes cipoleños.

El disparador de este encuentro fue el lanzamiento de la precandidatura a intendente de Cipolletti del edil y secretario de Gobierno, Fabián Gatti, con el argumento principal de que el propio Arriaga, en febrero pasado, lo había mencionado como uno de los potables para su sucesión en la comuna.

A la estampida de Gatti, no esperada por la mayoría frentegrandista, se sumó el inmediato posicionamiento público de Alberto Weretilneck, presidente provincial del Frente Grande y secretario de Servicios Públicos, quien también reconoció sus aspiraciones de ser jefe comunal.

Empero, la directiva de Arriaga -que es «Palabra Santa» en su partido- en este caso neutraliza el problema en la superficie.

Sucede pero parece muy incierto que por carriles subterráneos las dos corrientes en pugna no aumenten sus caudales de circulación, buscando cada cual adeptos para sus pretensiones.

En el mismo acto con dirigentes y militantes también enfatizó que no hay que caer en «apresuramientos», máxime cuando ni siquiera se sabe cuándo se va a votar en Río Negro.


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